Sinagoga de Vinohrady, la joya desaparecida
El 14 de febrero de 1945, los Aliados bombardearon la ciudad de Praga, dañando gravemente la Sinagoga de Vinohrady, una de las más grandes en Europa. “No quedó nada y nos gustaría saber más”, dice el historiador del Museo Judío de Praga Arno Pařík recordando el centro de la vida religiosa de una de las comunidades judías más importantes de las tierras checas a comienzos del siglo XX.
Históricamente, la comunidad judía de la ciudad de Praga estaba estrechamente unida al barrio capitalino de Josefov, a unos pasos de la Ciudad Vieja. Con una población de 6500 judíos, no obstante, a comienzos del siglo XX no se trataba de la comunidad judía más numerosa de lo que hoy consideramos Praga. En aquel entonces, el que contaba con la mayor comunidad (unas 8000 personas) era Vinohrady, barrio que alberga también la Radio Checa y que se sumó a la llamada “Gran Praga” a comienzos de la década de 1920.
Vinohrady, que en checo significa literalmente “terreno plantado de vid”, ya que en la época de Carlos IV surgió la vinicultura en esa zona, contaba a finales del siglo XIX y comienzos del XX con muchos empresarios y registraba un auge en lo que se refiere a la construcción. La numerosa comunidad judía contaba con dos salas de oración en la actual plaza Tylovo náměstí. Y en los años 80 del siglo XIX, como describe el historiador del Museo Judío de Praga Arno Pařík, surgió el proyecto de una gran sinagoga para la comunidad local.
“La Asociación para la Construcción de la Nueva Sinagoga se estableció en los años 80 del siglo XIX, se compró el terreno en el bloque de casas que está por encima de la plaza náměstí Míru y contrataron al famoso arquitecto Wilhelm Stiassny, de Viena. Era una sinagoga enorme y también muy cara, primero el coste era de 800.000 zlatý y luego de un millón de zlatý (unos 20 millones de euros)”.
La huella inolvidable de Wilhelm Stiassny
El mencionado Wilhelm Stiassny, arquitecto y también presidente de la Comunidad Judía de Viena, dejó en Praga una huella inolvidable gracias a la Sinagoga de Jerusalén, en las proximidades de la estación principal de trenes, diseñada al muy decorativo y coloreado estilo morisco.
También hablamos de una época en la que las sinagogas ya no había que esconderlas, puesto que a los judíos se les otorgó la igualdad completa en 1868. La comunidad, por lo tanto, miraba con mucha esperanza al futuro, no tenía miedo de exponer sus edificios sagrados y, al mismo tiempo, quería tener cerca una sinagoga propia. Todos estos factores permitieron el surgimiento de una de las sinagogas más grandes de Europa, comparable con la sinagoga de Pilsen, considerada la segunda más amplia después de Budapest. La construcción se llevó a cabo entre 1894 y 1895 y el 3 de septiembre de 1896 fue su inauguración.
“La flamante sinagoga era algo absolutamente inesperado, su capacidad era de 3000 personas y ocupaba tres parcelas. Tenía unas torres impresionantemente altas y era de estilo neorenacentista con elementos góticos, pero del gótico italiano o bizantino. Todo esto resulta muy imponente. La portada estaba orientada al este, a la calle Moravská; entonces, el sol entraba a la sinagoga a través de un ventanal de roseta con la estrella de David y existen fotos del interior lleno de rayos del sol, eso sí que era impresionante. A mí lo que más me gusta es una foto que refleja el arca con la Torá y unas tres figuras de hombres que llevan esmoquin y sombreros de copa. Esto era muy común en París y en el mundo occidental, pero aquí en nuestras tierras no”.
“La flamante sinagoga era algo absolutamente inesperado, su capacidad era de 3000 personas. Tenía unas torres impresionantemente altas”.
Uno de los administradores de la sinagoga era Eduard Wohryzek, padre de Julie Wohryzková, prometida del escritor Franz Kafka y asesinada por los nazis en el campo de exterminio de Auschwitz en 1944.
De sinagoga a almacén
Cuenta Arno Pařík que la Sinagoga de Vinohrady adoptó la oración reformada, es decir que, por ejemplo, contaba con un órgano y un coro. La liturgia, no obstante, se vio interrumpida durante la ocupación nazi de las tierras checas. Una de las primeras leyes discriminatorias impuestas era la estrella amarilla que los judíos tenían que llevar visiblemente en el pecho a partir de septiembre de 1941. Siguió la prohibición de rezar en las sinagogas al mismo tiempo que los nazis comenzaron a desalojar a los habitantes judíos con el objetivo de saquear sus casas. Esas personas fueron de las primeras que tuvieron que presentarse a los transportes que conducían al gueto polaco de Lodz.
“En septiembre de 1941, con la llegada de Reinhard Heydrich al poder, una de las primeras leyes discriminatorias para los judíos era llevar la estrella amarilla en el pecho, y la segunda ley prohibía llevar liturgia en las sinagogas. Esto se vinculaba al plan de confiscar los bienes judíos y utilizar las sinagogas como almacenes. Entonces, aquí en la Sinagoga de Vinohrady se almacenaban los muebles porque la sinagoga era muy grande”.
Los orfanatos de Belgická y Lublaňská
En noviembre de 1941 comenzaron los transportes masivos al gueto Terezín, situado a unos 60 kilómetros de Praga. En aquel entonces, los judíos de las tierras checas ya tenían prohibido frecuentar las escuelas y, prácticamente, ejercer cualquier actividad de ocio con el resto de la población. Así, en una de las habitaciones de la Sinagoga de Vinohrady, por ejemplo, se realizaba un curso de diseño gráfico para unos 45 estudiantes.
Lo más interesante, prosigue Arno Pařík, es que bajo la Sinagoga de Vinohrady caían también dos orfanatos: el de la calle Belgická, de niños (hoy se ubican ahí las escuelas de Lauder), y el de la calle Lublaňská, de niñas. Los dos lugares se convirtieron en sitios de encuentro no solo para los niños en necesidad, sino también para la comunidad como tal.
“Entonces, los chicos que conocimos después gracias a su creación literaria en el gueto Terezín se habían encontrado ya en este orfanato. Tuvieron muchas actividades y los visitaba mucha gente. También ahí se empezó a ensayar la ópera infantil Brundibár. Ahí se daban cita Adolf Hoffmeister y František Zelenka, autores de la ópera. Esto fue en 1940. Después, la ópera la llevaron a Terezín, donde se repitió muchas veces y se volvió famosa”.
En la casa comunal al lado de la sinagoga también se estableció un refugio para bebés. Una de las chicas que ayudaba a cuidar de los más pequeños era Ruth Bondy, la posterior escritora israelí oriunda de Vinohrady, que también se acordó de esos momentos en sus textos.
El bombardeo de Praga, ¿error o intención?
El 14 de febrero de 1945, Praga se enfrentó a un bombardeo efectuado, sorprendentemente, por los pilotos de los Aliados. Unas 700 personas murieron y más de 1000 fueron heridas.
Dice Arno Pařík que una de las teorías cuenta que, debido al mal tiempo y problemas de navegación, los Aliados confundieron Praga con la ciudad alemana Dresde, bombardeada esos mismos días. La segunda teoría sugiere que lo que estaba planeado era un bombardeo de las fábricas Škoda, situadas en Pilsen y Praga, ya que producían armas para los nazis.
“Esto es más probable, suena mejor. Škoda fabricaba armas para los nazis y, por supuesto, había que hacer que dejara de operar. Creo que Škoda sobrevivió, tanto la de Pilsen como la de Praga, pero existe una línea desde Anděl, en el barrio de Smíchov, por medio de Moráň hacia Vinohrady y por encima de náměstí Míru, donde cayeron muchos edificios por culpa del bombardeo. Y también fue dañada la Sinagoga de Vinohrady. Se inmoló la torre izquierda y la bomba cayó en la sala principal”.
El Holocausto redujo radicalmente la población judía en tierras checas: de los 120.000 habitantes unos 80.000 no sobrevivieron a la persecución nazi. En estas circunstancias, era impensable reconstruir la Sinagoga de Vinohrady de la que, no obstante, quedaron las paredes laterales y una torre. El edificio, por lo tanto, quedó así y la posibilidad de reconstruirlo se volvió aún más imposible después del golpe de Estado comunista en 1948. La sinagoga fue nacionalizada, pero los comunistas no tenían ningún interés en preservar el monumento. Así, en 1951, la sinagoga fue demolida y, posteriormente, reemplazada por una escuela.
“Es ahí donde ocurría la vida de la época, ahí estaba la sinagoga, ahí se llevaba a cabo la música de la sinagoga y ahí acudían las personas. Nos gustaría saber más”.
“Un rabino decía que no era tan terrible porque, al menos, fue reemplazada por una escuela donde los niños deberían aprender sobre las leyes, cómo deberían vivir, etcétera. Pero no quedó nada de la historia. Lo cual es una pena porque es ahí donde ocurría la vida de la época, ahí estaba la sinagoga, ahí se llevaba a cabo la música de la sinagoga y ahí acudían las personas. Nos gustaría saber más”.
Algunas de las historias personales vinculadas al barrio y a la Sinagoga de Vinohrady se pueden leer en el libro Las huellas de la presencia judía en Praga 2, de Martin Šmok. A lo largo de este año, la editorial Academia también publicará un libro que cuenta el bombardeo a Praga del 14 de febrero de 1945 a través de historias y fotografías.
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