Sin pornografía ni juguetes, pero felices
La educación sexual no era un tema público en la Checoslovaquia comunista ni tampoco existían la pornografía o los juguetes eróticos para condimentar la vida sexual. Las peculiares fuentes de información sobre el sexo y las consecuencias de la falta de la educación sexual son el tema del cuarto episodio de la serie El sexo en la época del comunismo.
La educación sexual no se enseñaba en los colegios ni representaba un asunto que se explorara en revistas y libros en la Checoslovaquia comunista. No obstante, el sexo interesaba a los jóvenes, que tenían que buscar la información por su cuenta, especialmente en la literatura universal.
Más de un checo mayor de 50 años recordará alguna novela de la que obtuvo información sobre sexo en su juventud. En una pequeña encuesta realizada al respecto para este programa, no se mencionaron solamente novelas como El amante de Lady Chatterley, del escritor británico David Herbert Lawrence, sino también títulos menos esperados como La vida de Klim Samguín, del ruso Maksim Gorki, y novelas del escritor japonés Kenzaburō Ōe. Las propias películas checoslovacas tampoco eran mojigatas, sostuvo para Radio Praga Internacional la socióloga Kateřina Lišková.
“Creo que la Nueva Ola Checoslovaca de los años sesenta fue mundialmente famosa por su apertura en todos los sentidos posibles, incluido el sexual. La literatura de los sesenta también es muy famosa. Creo que Milan Kundera es realmente conocido por todo el mundo que sepa leer”.
El cine atrevido
Tomas bastante atrevidas para su época aparecieron en las películas Los amores de una rubia, de Miloš Forman, Las pipas de Vojtěch Jasný o El incinerador de cadáveres, de Juraj Herz, entre muchas otras. Los años setenta acabaron con esta apertura, después de que los comunistas volvieran a apretar al régimen e imponer una censura estricta. Todo lo que era "políticamente inapropiado" se suprimía de la literatura y del cine, y tampoco se aceptaban escenas de amor con actrices desnudas. Algunas escenas eróticas no se eliminaban por completo, sino que se acortaban y moderaban.
Un relajo moral regresó en los años ochenta, sobre todo en la segunda mitad, y las escenas de amor volvieron a las películas checas en una forma que apenas difiere de la actual.
El fotógrafo Jaroslav Mach recordó que encontrar mujeres dispuestas a posar desnudas resultaba fácil por entonces.
“Por ejemplo, había mujeres que querían hacerse fotos desnudas como regalo navideño a su marido. Yo personalmente no lo entendía, no me haría mucha ilusión que mi mujer me regalara este tipo de imágenes, pero eso es cosa de cada uno. Así que había mucho sexo por aquel entonces, desde luego no sufríamos su falta, y los fotógrafos mucho menos”.
Los sexólogos de la época prestaron mucha atención a problemas no existentes en la actualidad en la República Checa, como la vida sexual de los soldados en el servicio militar básico. Durante la época comunista, los hombres de entre 18 y 21 años tenían que cumplir un servicio obligatorio de dos años en el ejército, con pocas salidas de los cuarteles. Las publicaciones especializadas como Conversaciones Íntimas, de Roman Útrata, abordaban la educación de los soldados para evitar situaciones indeseadas en sus escasos contactos con las mujeres.
El aborto como método anticonceptivo
La educación sexual en las escuelas era prácticamente inexistente. El Ministerio de Educación reconocía su necesidad, pero no se invitaba a los sexólogos a preparar el plan de estudios, por lo que los maestros no sabían muy bien cómo introducir este tema. En 1970 se publicó el libro Matrimonio joven, que brindó instrucciones detalladas sobre la vida sexual con muchas ilustraciones. En breve, el libro se agotó en las tiendas y dos años después se publicó una segunda edición, pero entonces sin una sola ilustración.
La falta de educación sexual tuvo una serie de consecuencias negativas. Una de ellas fue el alto número de abortos, que en 1987 ascendió a 115.000 casos frente a los 15.000 en 2020. El aborto se percibía como un método anticonceptivo debido a la dificultad de acceder a otras formas de prevención de embarazos no deseados. El aborto era legal en Checoslovaquia desde 1957, pero hasta 1986 las mujeres tenían que enfrentarse a un procedimiento humillante y pedir permiso a una comisión especial. No obstante, la comisión casi siempre aprobaba la solicitud. Tras el cambio de la ley, las mujeres podían abortar gratuitamente y sin trámites burocráticos.
A la cárcel por unos vibradores
Juguetes eróticos tampoco había en el mercado checoslovaco. Fue famoso un pleito por el delito de distribución de vibradores, cuyos autores acabaron en prisión. El castigo no se impuso supuestamente porque a una mujer socialista simplemente no se le permitiera usar un vibrador, sino por empresa ilícita. Solamente una empresa estatal podía dedicarse a su venta, pero no había tiendas eróticas estatales en Checoslovaquia.
El cambio de régimen en 1989 supuso un cambio radical también en materia sexual. Los quioscos se inundaron de revistas pornográficas e imágenes de mujeres desnudas aparecían en casi todos los anuncios, aunque fuera de neumáticos. La República Checa se ha convertido en un exitoso productor de películas porno. Sin embargo, aunque no existen estadísticas, se sostiene que el número de contactos sexuales es hoy mucho menor que hace 40 años y que los jóvenes prefieren otras formas de entretenimiento que el sexual.
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