Se traduce al checo 'Hipotermia' de Álvaro Enrigue, una mirada al alma de un inmigrante

Foto: Fra

El volumen de cuentos 'Hipotermia' del escritor mexicano Álvaro Enrigue ha tenido una gran repercusión en Latinoamérica y a partir de ahora espera cautivar también a los lectores checos. Este gran talento mexicano, descubierto para los checos por el traductor Michal Brabec, vino a presentar su obra en persona al Instituto Cervantes de Praga.

'Hipotermia',  foto: Fra
El desarraigo provocado por la distancia, la incapacidad de adaptarse a la realidad que los rodea, y la incompetencia a la hora de establecer comunicación con su entorno. Estos son algunos de los problemas que marcan los destinos de los protagonistas de relatos de 'Hipotermia', mexicanos que decidieron emigrar a Estados Unidos en busca de una vida mejor.

El proceso de alienación al que uno se enfrenta tras darse cuenta de que la persona que uno seguirá siendolo el resto de su vida, es lo que Álvaro Enrigue pretendió retratar en su libro, según afirma.

“Es un poco sobre el fin de la juventud. El libro trabaja sobre esta idea en el mundo contemporáneo en el que la juventud está sobrevaluada y es demasiado importante. Se habla de autores jóvenes, la generación nueva, la ropa, la música. En fin, los sucesivos personajes del libro alcanzan una edad mediana y se enfrentan a la persona que van a ser el resto de sus vidas, ya pasó el periodo formativo”.

“Con la literatura checa me moría de risas”

Por muy melancólico que suene, no es para tanto. Los momentos de risas no faltan en la obra y las carcajadas se pudieron oír también durante su lectura praguense.

Pese a proceder de culturas tan diferentes, Álvaro Enrigue opina que los checos y los mexicanos pueden encontrar en el libro una conexión, que parte precisamente del humor.

“Son países que han sido jodidos constantemente por el imperio vecino, países que han sufrido mucho políticamente y que han resuelto ese problema de represión con habilidad, manteniéndose independientes cuando otros no pudieron. Y esa habilidad está causada por el sentido de humor. La literatura checa es sobre todo una literatura con la que uno se carcajea, esta es mi impresión. Incluso en los libros más duros, que he ido conociendo conforme fui creciendo, me moría de risa. Eso lo tiene la literatura mexicana también. En México el sentido de humor es un método del conocimiento y creo que en la República Checa también”.

“El checo es una lengua desproporcionada”

Anežka Charvátová,  Álvaro Enrigue,  Michal Brabec,  foto: Dominika Bernáthová
'Hipotermia' se ha convertido en un libro de referencia para toda una generación mexicana y un reflector que dio a conocer la producción literaria de Álvaro Enrigue en su país natal y proyectarla también en otros idiomas. El traductor Michal Brabec descrubrió la obra de Álvaro Enrigue durante su búsqueda de autores latinoamericanos menos conocidos, y Hipotermia le absorbió tanto que decidió compartir esta experiencia también con el público checo. La versión checa se publicó en 2014 en la editorial Fra. Ser traducido a un idioma de tantos talentos literarios es para Álvaro Enrigue un placer, según confiesa.

“El checo es una lengua desproporcionada, si uno considera el número de hablantes que tiene el checo y la influencia que tiene en la literatura universal. Todos crecimos leyendo autores checos y hemos sido formados por ellos. Es muy emocionante hacer el viaje al revés del español al checo. Es una lengua rara para ser traducido. Hay una cierta obviedad al ser traducido al francés, al inglés o al alemán. El checo no, es un solo espacio, una sola lengua y una sola tradición. Eso me parece muy hermoso, viniendo de donde vengo, que es una lengua muy extendida y ajena. El español es solo de los castellanos, los demás lo usamos como lengua franca, pero aquí todos son dueños de su lenguaje”.

“Hrabal fue un escritor genial”

En cuanto a la literatura checa, un papel fundamental en su formación tuvo la novela 'La Vida Está en Otra Parte' de Milan Kundera, manifiesta Enrigue.

“Creo que un lector checo podrá ver en mi manera de escribir que fui un joven que leía con una devoción enloquecida 'La Vida Está en Otra Parte'. La ironía, los personajes que se desprecian a sí mismos, que creen que son mejores de lo que son pero en el fondo saben que no lo son realmente, la exhibición de mal gusto que pretende ser buen gusto, etcétera. Yo trabajo con otro tipo de personajes pero me gusta muchísimo Hrabal, me parece un escritor genial, lo primero que hice llegando a Praga fui a ir a esta taberna del Tigre Dorado a la que iba él todas las noches”.

Franz Kafka
Álvaro Enrigue aprovechó su visita a Praga también para dar un recorrido por los lugares de estancia de otro escritor de origen checo, sin el que la literatura del siglo XX no habría sido como es, según admite.

“En lugar de ir a las atracciones turísticas fuimos a visitar todas las casas de Kafka, que son muchísimas, creo que vivió en ocho casas distintas en Praga. Kafka está en la liga de Virgilio, de Borges, de Joyce, los más grandes”.

“Aunque no se menciona, Quevedo está muy presente en Hipotermia”

Álvaro Enrigue es un lector devoto de la literatura del Siglo de Oro español y el Renacimiento italiano y si tuviera que elegir un personaje tutelar, sería el español Francisco de Quevedo.

“Es una figura muy presente en Hipotermia, nunca aparece su nombre, nunca nadie dice que es Quevedo, pero los personajes piensan y dicen cosas que vienen de la obra de Quevedo. La teoría del amor es la que se propone”.

Sus referentes literarios sin embargo varían según el periodo de la vida en el que se halla. Actualmente su admiración va dirigida al estadounidense Cormick McCartney, cuya obra lo cautivó durante su investigación de fuentes literarias sobre la situación en la frontera mexicano-estadounidense en el siglo XIX, el tema de su próximo libro.

La obra de Álvaro Enrigue fue premiada con varios galardones. Su novela 'La Muerte de un Instalador' se llevó en 1996 el Premio Joaquín Mortiz, y 'La Muerte Súbita' lo situó en 2013 entre cuatro escritores mexicanos galardonados con el premio Herralde.