Se cumplen 90 años desde que un checo alcanzase la Antártida

Foto repro: Námořníkem, topičem a psovodem, 1968

Este año se cumplen 90 años desde que el aventurero Václav Vojtěch pusiera un pie en la Antártida y se convirtiese en el primer checo en hacerlo.

Foto repro: Námořníkem,  topičem a psovodem,  1968

Václav Vojtěch  (1901-1932)
Viajar y conocer el mundo era el principal sueño del aventurero checo Václav Vojtěch (1901-1932), que entre enero y febrero de 1929 tuvo el honor de ser el primer checo en poner un pie en la Antártida.

Vojtěch nació en 1901 en un pequeño pueblo cerca de Hradec Králové. Ya cuando estaba en la escuela sentía unas ganas enormes de viajar y conocer el mundo.

Ese espíritu aventurero lo llevó a estudiar Geografía e Historia en la Universidad Carolina de Praga. Para pagarse los estudios comenzó a trabajar al mismo tiempo en el Archivo Provincial Checo, gracias a lo que consiguió viajar en 1922 a París para realizar un encargo de trabajo.

Francia despertó aún más sus ansias de viajar y fue allí donde conoció los detalles de la expedición de Robert Scott al Polo Sur. Aquí comenzó su fijación por estos parajes que no estaban al alcance de cualquier ser humano.

Una vez graduado, hizo varias solicitudes para viajar en expediciones polares, hasta que en 1928 fue aceptado por Richard Byrd en su proyecto para viajar a la Antártida. A pesar de que un principio Byrd se echó atrás, con la ayuda financiera de la editorial Melantrich, del presidente Masaryk y del fabricante Tomáš Bata, Vojtěch pudo presionar a Byrd hasta que fue aceptado.

Fue precisamente gracias a esta aventura, en la que realizó el duro trabajo de fogonero, donde alcanzó su sueño de pisar la Antártida. Una hazaña por la que junto con el resto de la expedición recibió la Medalla de Oro del Congreso de los Estados Unidos, a pesar de lo que a día de hoy su figura no es tan celebrada, como se lamenta Michal Janouch, presidente de la Sección Polar de la Sociedad Geográfica Checa.

“Me da pena que incluso entre los exploradores polares de hoy en día no se hable tan bien de él. Por otra parte, él recibió la Medalla de Oro del Congreso de los Estados Unidos, que es el mayor reconocimiento estatal. Entonces cada uno puede juzgar eso”.

Janouch insiste en la importancia de esos logros teniendo en cuenta el equipamiento del que disponían entonces, sin ninguna de las facilidades que puedan otorgar los medios de transporte actuales.

Michal Janouch,  foto: ČT
“Eran unos pioneros de la ciencia. Hoy en día las expediciones van para menos tiempo, para tres meses o medio año. Van en avión, unas expediciones pueden sustituir a otras. Antes era necesario ir en barco y permanecían más tiempo allí, podían ser un año o dos. Las condiciones eran incomparables también en lo que respecta al equipamiento”.

Unos años después, Václav Vojtěch estaba entusiasmado por la idea de viajar a regiones árticas y estaba planeando un viaje al norte de Canadá. Sin embargo, estando todavía en su patria, el 6 de agosto de 1932 la canoa con la que navegaba por el río Elba volcó y falleció.

Los viajeros polares de la actualidad

La Antártida | Foto: Jan Russnák,  Masarykova univerzita
Michal Janouch destaca que desde aquella época, la presencia de los checos en la Antártida ha sido relativamente frecuente. Primero como parte de expediciones soviéticas, y más tarde bajo la bandera de Checoslovaquia y la República Checa.

Actualmente, hay científicos checos en la zona, concretamente en la isla James Ross, donde la República Checa tiene la estación polar Mendel, que sirve para realizar experimentos, añade Janouch.

“Se llevan a cabo experimentos de biología y geología. Llevamos muchos años estudiando el clima, principalmente midiendo el estado de la capa de ozono”.

A pesar de la dureza del entorno, Michal Janouch afirma que las condiciones en la Antártida son perfectas para trabajar, no hay prisas y existe una gran tranquilidad. Además, todos los científicos que trabajan allí están muy motivados.

Michal Janouch,  foto: archivo de Michal Janouch
“Se vive bien, va la gente que quiere ir, quienes quieren hacer algo. Quieren saber cómo funciona la Antártida y cómo afecta al sistema climático. Y hay una gran ventaja, allí nadie te molesta. No hay nada de estos tiempos histéricos ni prisa”.

Los modernos aventureros checos siguen adentrándose en estas regiones de difícil acceso en pos de conseguir interesante información científica y geográfica.

Sobre Václav Vojtěch y su aventura a la Antártida es posible conocer más detalles a través de un libro que él mismo escribió, cuyo título es Marinero, fogonero, conductor de tiro de perros en el Polo Sur.

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