Václav Vojtech - el primer checo en la Antártida

Václav Vojtech

"Aún tengo por delante un largo camino y quiero alcanzar mi meta. En caso de que se me opongan obstáculos inimaginables y se produzcan accidentes, ¡qué mis líneas animen en nuestro pueblo a nuevos entusiastas a la investigación polar ... ¡Qué entiendan que con el entusiasmo, amor, decisión, tenacidad, abnegación, perseverancia y autosacrificio es posible batir incluso los hielos de las tierras polares y llegar al extranjero a lugares inaccesibles y casi indomables".

Como si presintiera su fin, cuatro meses antes de su muerte Václav Vojtech escribía estas palabras en el prefacio de su libro "Marinero, fogonero y conductor de tiro de perros" como legado a su generación y a las siguientes. Václav Vojtech fue el primer checo que pisó la tierra del sexto continente - la Antártida.

Václav Vojtech era hijo de un guardabosques. Desde su nacimiento, el 28 de noviembre de 1901, respiró el aire libre y puro de la naturaleza. En los bosques, que rodeaban su casa en las cercanías de Nový Bydzov, en Bohemia Oriental, fue despertando su alma intranquila y su pasión por descubrir el mundo.

Su profesor de geografía en el liceo, también un apasionado turista y deportista, continuó desarrollando el interés del joven Václav Vojtech por los viajes. También gracias a él Vojtech decidió estudiar geografía e historia en la Universidad Carolina de Praga.

Antártida,  photo: Václav Vojtěch,  'Marinero,  fogonero,  conductor de tiro de perros en el Polo Sur'
Como no disponía de suficientes recursos para costear su carrera, trabajaba como externo en el Archivo Provincial Checo. El Archivo lo mandó en otoño de 1922, en "viaje de trabajo", a París - a investigar las fuentes relacionadas con la historia de la colonia checa instalada en la capital francesa a principios de la Primera Guerra Mundial y el surgimiento del regimiento checoslovaco "Nazdar".

Era la primera vez que Václav Vojtech abandonaba su país cumpliéndose así su primer gran sueño. Más tarde escribió:

"Fue precisamente aquí en París donde inhalaba a plenos pulmones el olor de lo extranjero y del mar cercano. El que quiere siente el agua salado a cada paso a lo largo del Sena. Basta con tener un poco de fantasía y haber leído una serie de libros de viajes para que las ansias de vagabundear despierten en uno con toda fuerza ... El agua salada me atraía mucho y sabía que no podría resistir la atracción al llegar el momento oportuno".

Un día, después del trabajo, el estudiante Václav Vojtech descubrió cerca de la Sorbonne un cartel que anunciaba una película sobre la trágica expedición del británico Robert Scott al Polo Sur. Entró en el cine y su destino quedó decidido.

Recordemos que Robert Scott disputó en el verano antártico de 1911 y 1912 con el explorador polar noruego Roald Amundsen la primacía de conquista del Polo Sur. Ganó Amundsen. Scott alcanzó el polo poco después y en el viaje de regreso pereció junto con todos los integrantes de su expedición.

En 1927 Václav Vojtech defendió en Praga su trabajo de doctorado en Historia. Después de cumplir el servicio militar pasó a ser redactor de la Agencia de Noticias Praguense. Viajó por los países vecinos, pero no lo abandonaba el deseo de participar en una expedición polar.

En una carta ofreció sus servicios al legendario explorador noruego Fridtjof Nansen, pero fue rechazado. A finales de 1927 el norteamericano Richard Byrd anunció el proyecto de realizar su primera expedición a la Antártida. Vojtech mandó una carta también a él. Al mismo tiempo que intentaba reunir el dinero necesario para el viaje vendiendo periódicos y postales.

Byrd tampoco atendió al principio las repetidas solicitudes del joven entusiasta checo. Pero al final Václav Vojtech tuvo éxito. A principios de septiembre de 1928 Byrd lo invitó a una reunión en la capital de Nueva Zelanda Wellington. Sin embargo, unos días después Vojtech recibió de Byrd una nueva carta de rechazo, pero ya nada podía detenerlo.

Con la ayuda financiera de la editorial Melantrich, del presidente Masaryk y del fabricante Tomá" Bata pudo iniciar el 25 de septiembre de 1928 el viaje.

Este empezó en la estación principal de Praga y continuó en el barco Mataroa que navegaría a través del Canal de Panamá rumbo al Pacífico. Vojtech llegó a Wellington antes que las naves de Byrd a principios de noviembre. Después de unos días logró reunirse con el explorador norteamericano, pero fue otra vez rechazado.

Pasaron unos días. Por fin, bajo la presión de la prensa local, el secretario de Byrd ofreció a Vojtech el puesto de fogonero ayudante en el vapor Eleanor Bolling que se encargaba del abastecimiento de la base Pequeña América en la costa antártica. El primero de diciembre de 1928 Václav Vojtech salió desde el puerto Dunedin rumbo al Blanco Continente.

"El comandante Byrd decidió premiar al doctor Václav Vojtech de Checoslovaquia por sus propósitos y resolución haciéndolo miembro de su expedición", escribió la agencia United Press.

Vojtech trabajaba doce horas al día. Posteriormente logró cambiar su trabajo agotador por un puesto de camarero a bordo de un barco similar. Al descargar sus provisiones pisó por fin el 27 de enero de 1929 el territorio de la Antártida. Fue el primer checo en hacerlo.

En febrero de 1929 Vojtech fue enviado al campo de entrenamiento de conductores de tiro de perros en los Alpes neocelandeses. Volvió a la Antártida a principios del año siguiente. Por los bancos de hielo transportaba en trineos las cargas de los barcos a la base Pequeña América. Por última vez estuvo en la Antártida durante tres días en febrero de 1930 al llevar los últimos pobladores de la Pequeña América a la nave City of New York.

"Esta vez fue realmente la última", anotó Vojtech posteriormente. "Una vez más fui a la cabina de Byrd y a la biblioteca, en la que escogí un libro para recordar mi última visita al campamento - Antología de los clásicos ingleses ..."

Al terminar el verano antártico Václav Vojtech partió en un barco ballenero noruego para Nueva York. En Estados Unidos permaneció dos meses hasta que regresó la expedición de Byrd a finales de junio de 1930. Después Vojtech volvió a Checoslovaquia.

En su patria escribió el libro de viajes "Marinero, fogonero, conductor de tiro de perros en el Polo Sur", pero comprometido por la promesa de dos años de silencio dada a Byrd lo publicó en 1932. Mientras tanto Byrd había condecorado al explorador checo, al igual que a todos los participantes de su expedición, con la Medalla de Oro del Congreso Estadounidense.

Y Václav Vojtech se preparaba para otro viaje a las regiones inexploradas de nieve y hielo. Aprendió a pilotar un avión, queriendo participar en una expedición a la parte ártica de Canadá. Ya tenía comprado el pasaje para el buque Montcalm que el viernes 5 de agosto de 1932 debía zarpar. Pero el barco postergó su salida de una semana.

El sábado 6 de agosto de 1932 Vojtech se fue a remar con un cayac al río Elba. Y allí, cerca de la localidad de Sadská, la embarcación se volcó, Václav Vojtech se dio un golpe en la cabeza y se ahogó.

Un accidente absurdo puso fin a la vida del que fuera apodado "Don Quijote de la ciencia checa".