Rodolfo II y Praga: entre la creación y el sufrimiento
Hace 400 años llegó a su fin la época dorada durante la cual Praga era la capital europea de las artes y la ciencia. En aquel entonces cada astrólogo, pintor, matemático o alquimista era bienvenido en la corte de uno de los reyes más cultos en la historia checa, Rodolfo II. En la presente edición de Legados del Pasado – Testimonios del Presente, hablaremos de este monarca extraordinario y del 400 aniversario de su muerte que se conmemora en la capital checa a lo largo del año 2012
No obstante, se le puede describir mejor como un gran mecenas de las artes y la ciencia, un coleccionista apasionado y un hombre excéntrico pero muy culto. Conozcamos su historia y la época dorada de su reinado en Bohemia.
Julio del año 1552. En la corte de Viena acaba de nacer Rodolfo, el tercer hijo de Maximiliano II de Habsburgo y de su prima, la infanta María de Austria. Esta última era hermana de Felipe II que, en aquel entonces, era uno de los reyes más poderosos de Europa y encabezaba la parte española de la familia de los Habsburgo.
Rodolfo estuvo predestinado desde el nacimiento como futuro sucesor de su padre y su educación importaba mucho al rey de España, explica el historiador Jaroslav Pánek.
“El padre de Rodolfo II, Maximiliano II, mostraba simpatías hacia la fe protestante. Y por eso el líder de la muy católica rama española, el rey Felipe II, decidió que su sobrino Rodolfo iba a ser educado en España, lejos de la mala influencia de su padre“.
Así Rodolfo pasó gran parte de su vida en la corte madrileña y en el castillo de El Escorial. Su estancia en España tuvo su lado oscuro, señala la historiadora Jaroslava Nováková, de la Agencia de Turismo de Praga.
“El reino de España bajo Felipe II ofrecía una cultura muy rica y Rodolfo durante su estancia aprendió mucho sobre las artes. Sin embargo, sufría a nivel psíquico. Sus padres estaban lejos y su tío Felipe no le pudo dar lo que el niño necesitaba más que otra cosa: un ambiente afectuoso”.El profundo interés por las artes y los problemas psicológicos fomentados en España acompañaron a Rodolfo II a lo largo de su vida.
Tras la muerte de su padre Maximiliano II en 1576, a la edad de 24 años, Rodolfo asumió las coronas del Sacro Imperio Romano Germánico y de los reinos de Bohemia y de Hungría. Siete años más tarde tomó una decisión sorprendente. Trasladar su sede principal a Praga. Una de las razones era el hecho de que la residencia tradicional de los Habsburgo en Viena se vio amenazada por la invasión turca.
Pero tal vez hubo un motivo más. Como explica Jaroslava Nováková, el joven monarca admiraba Praga que conoció de niño, en ocasión de la coronación de su padre.“La primera vez que Rodolfo vio Praga, le encantó. En ese momento tenía diez años y Praga era mucho más hermosa que su ciudad natal, Viena. También le ha gustado mucho habitar el Castillo y observar desde la colina toda la ciudad cuyas casas en esa época brillaban de muchos colores”.
Si bien se ignora la razón exacta que ha llevado al emperador a vivir en la capital de Bohemia, no cabe duda alguna que esta decisión cambió la ciudad para siempre. Praga bajo el reino de Rodolfo II se convirtió en el centro cultural de Europa y el ala norte del Castillo de Praga en un gigantesco museo, una enciclopedia del mundo. En este sitio el monarca juntó un sinnúmero de objetos que le ayudaban a entender el pasado y el presente de la humanidad: más de tres mil obras de arte de los maestros más célebres, artesanías, distintas plantas y minerales, juguetes mecánicos o los huesos de un gigante, entre muchas otras cosas. Jaroslava Nováková habla de esa pasión del emperador.
“Rodolfo era un coleccionista apasionado de obras de arte, tanto pinturas como obras plásticas. Le llamaba la atención todo lo extraordinario, insólito o extraño. Junto a su tío Felipe II poseía la colección más grande de trabajos del pintor El Bosco”.Jaroslava Nováková añade que varios artistas y científicos permanecieron algún tiempo en la corte de Rodolfo II y disfrutaban de la hospitalidad del monarca para dedicarse a la creación. El más conocido es seguramente el pintor manierista de origen italiano Giuseppe Arcimboldo, autor de los famosos retratos de Rodolfo II compuestos de frutas, verduras y diversas plantas.
Además del arte, Rodolfo se interesaba en las ciencias. En esta época la división entre las ciencias exactas y las menos rigurosas como la alquimia o la astrología no era tan claramente definida y Rodolfo II invitaba a la corte de Praga a científicos que sabían mucho de ambas.
A los astrólogos les pedía su horóscopo para saber cuales días iban a ser prósperos lo que en esa época solían hacer casi todos los monarcas europeos.
El importante puesto del matemático imperial de Rodolfo II lo ocupaba Johannes Kepler, un astrónomo extraordinario quien descubrió en Praga dos de sus tres leyes sobre los movimientos de los planetas. A diferencia de los artistas y científicos que pasaron por la corte de Praga, la vida personal de Rodolfo no era exitosa y como gobernador era desafortunado.
Mientras su padre se comunicaba fácilmente con la aristocracia, Rodolfo era muy reservado, casi inaccesible y eso causaba problemas tanto a él como a sus aliados políticos, explica el historiador Jaroslav Pánek.
“En España Rodolfo aprendió que el monarca está por encima de todos pero en Europa Central, la situación era completamente distinta. La aristocracia era muy poderosa. Desde su punto de vista el rey era casi como uno de ellos y Rodolfo nunca se acostumbró a ese tipo de relación”.
Además sufría de una enfermedad mental que perturbó considerablemente su vida personal, añade el historiador.“Sus problemas psicológicos no le permitieron casarse y tener familia. Con los niños que tuvo con sus amantes se comportaba de manera muy fría y su hijo bastardo más conocido, don Julio d´Austria, era un loco sádico que murió abandonado, sin ayuda de su padre”.
Por un lado, Rodolfo II probablemente heredó los problemas psicológicos de su bisabuela Juana la Loca y su estancia en España los agravó. Sin embargo, había una causa más: la sífilis, una enfermedad por aquel entonces incurable, señala Jaroslava Nováková.“La sífilis tenía como consecuencia la descomposición física y psíquica del enfermo y Rodolfo sufrió muchísimo durante los últimos años de su vida. Incluso existen documentos que comprueban varios intentos de suicidio”.
En 1608, debido a sus problemas de salud, Rodolfo II tuvo que ceder la gobernación de Austria y Hungría a su hermano Matías de Habsburgo. Buscando el apoyo de la aristocracia checa, concedió la libertad religiosa a los protestantes en 1609. Sin embargo, poco después los checos eligieron como rey a Matías y Rodolfo murió abandonado en el Castillo de Praga en enero de 1612.
Su muerte anunció el fin de la libertad religiosa en Bohemia y el principio de una época triste en la cual las artes y las ciencias fueron reemplazadas por la violencia y la muerte. La Guerra de los Treinta Años que estalló seis años después del fallecimiento de Rodolfo se llevó, además de las increíbles colecciones artísticas robadas por el ejército sueco, la vida de una tercera parte de la población checa.A pesar de su trágico fin y de lo sucedido durante la terrible Guerra de los Treinta Años, el reinado de Rodolfo II en Praga dejó en la capital checa huellas que no se borraron con el tiempo. La historiadora Jaroslava Nováková insiste en la importancia del 400 aniversario de la muerte de este gran monarca.
“Este aniversario es muy interesante y también muy importante para la capital checa. Rodolfo II está enterrado en Praga y los visitantes pueden ver su tumba y también recorrer los caminos por los que anduvo el emperador, visitar sitios en los que pasó tanto los ratos agradables como los momentos difíciles de su vida”.La ciudad de Praga realizará a lo largo del 2012 varios eventos culturales como conferencias, visitas guiadas a los sitios relacionados con Rodolfo II y también un concurso para los alumnos de las escuelas primarias y secundarias que consiste en pintar un retrato de dicho monarca.
Con motivo del aniversario de la muerte de Rodolfo II fue abierta, por ejemplo, su galería en el ala norte del Castillo de Praga y se inauguró una exposición temporal que muestra los objetos personales del emperador. El aniversario luctuoso de Rodolfo II será recordado también en el extranjero ya que el Centro Checo de Madrid organiza en 2012 una serie de actos dedicados a este personaje tan importante para la historia europea.