Rifles, pistolas, aviones y explosivos checos para frenar el terrorismo

Foto: ČT24

Las armas checas se han puesto de moda. La compleja situación internacional favorece a la industria armamentística y los checos recuperan muchos de sus antiguos mercados. Sus pertrechos militares se emplean en la lucha contra el Estado Islámico y sirven para la protección personal.

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Durante el régimen comunista, Checoslovaquia suministró gran cantidad de armamento a los grupos guerrilleros de izquierda que en países de Asia, África y América Latina intentaban tomar el poder por la vía armada.

Con la derrota del comunismo en 1989, el presidente Václav Havel, promotor de la defensa de los Derechos Humanos y de ideas humanistas, impulsó la transformación de la industria bélica en civil.

Las armas checas, con una larga tradición sobre sus espaldas, cedieron su lugar en el mercado mundial a otros grandes productores como EE.UU., Reino Unido, Rusia o Francia.

Con el correr de los años la industria armamentística checa ha vuelto a recuperar terreno y por cuarto año consecutivo registra ganancias millonarias. Las cifras récord superaron en 2015 los 550 millones de euros.

Jiří Hynek,  foto: archivo del Ejército Checo
El presidente de la Asociación de la Industria de Defensa y Seguridad, Jiří Hynek, está convencido de que la estrategia aplicada por el sector ha empezado a arrojar los resultados esperados.

“Las empresas checas pusieron en marcha una profunda restructuración. Esto les ayudó a elevar la calidad de sus productos y mantener buenos precios. Gracias a las medidas tomadas podemos competir con éxito en los mercados internacionales. No se trata de algo automático, puesto que conseguir a un cliente nuevo tarda como mínimo cinco años”.

Además de la calidad y el precio, el gran interés por los pertrechos militares y armas de uso personal se debe a la tensión internacional, la lucha contra el llamado Estado Islámico y al temor de muchos ciudadanos a los ataques terroristas en diferentes países, especialmente en EE.UU. indicó Hynek.

L-159,  foto: archivo del Ejército Checo
“Hay que tener en cuenta que la situación internacional ha empeorado de manera notable y que a corto plazo no mejorará”.

El 90% de la producción armamentística checa está destinado a la exportación. La industria checa suministra municiones, pistolas, fusiles de asalto, explosivos, pertrechos para la artillería, sistemas de radares y aviones L-159.

Entre los principales clientes destacan países miembros de la Unión Europea, la OTAN y EE.UU., sin olvidar a la propia Fuerza Armada de la República Checa.