La industria armamentística checa vive un crecimiento descomunal
En un agitado contexto de creciente demanda global, las empresas de defensa checas registran cifras récord, con un enfoque creciente en tecnologías avanzadas como drones y soluciones anti-drones.
Los últimos años marcados por el impacto de la inflación y la inestabilidad económica no han sido un contexto especialmente beneficioso para la mayoría de industrias y sectores. Sin embargo, existen excepciones a este contexto general y en la propia Chequia encontramos un ejemplo perfecto de ello con un mercado que creció un descomunal 350% en el país en los últimos tres años.
Hablamos de la industria armamentística checa, que vive, al igual que a escala global, una etapa de crecimiento casi sin precedentes y que, además, va cada vez más allá de las compañías y mercancías más “tradicionales”.
No es casualidad, pues dentro de ese convulso contexto Europa ya se replantea su modelo y políticas en materia de Defensa, haciendo que, paradójicamente, este sector tenga mejores perspectivas que nunca.
“Los fabricantes tradicionales de armas, municiones, equipos pesados y radares han crecido. Pero las empresas que fabrican drones, ofrecen soluciones anti-drones o protección contra la guerra electrónica ahora tienen una participación cada vez mayor. Este segmento está creciendo y seguirá en esa tendencia", destacó Lubomír Kovařík, presidente de la Sección de Industria de Defensa de la Cámara de Comercio en una reciente entrevista.
Según un análisis de Ernst & Young, en 2023 los fabricantes de armas checos produjeron bienes y servicios por valor de 3.000 millones de euros. Dos tercios de dicha cantidad se destinaron a la exportación, y una gran parte de ella fue con destino a Ucrania, donde los fabricantes checos exportaron armas y equipos por un valor de 800 millones de euros.
Quizás estas compañías sean un tanto desconocidas para el gran público, pero lo cierto es que el “mapa” de la industria armamentística checa es amplio, diverso y se encuentra en pleno apogeo.
Por ejemplo, las checas Excalibur Army y Tatra destacan por sus vehículos blindados y camiones, mientras que STV Group produce munición de gran calibre y Sellier & Bellot hace lo propio con la de los calibres más pequeños.
Por su parte, Colt CZ fabrica pistolas de diverso alcance en el país desde hace ya décadas, aunque más allá de estas empresas existe un pujante mercado tecnológico cuya importancia y aplicaciones en este ámbito se ha multiplicado exponencialmente en el último tiempo. Destaca, por ejemplo, la empresa Era, con sede en Pardubice, y que causó sensación con sus radares pasivos, o Primoco y Liaz, que llevan varios años produciendo sus drones desde la propia Chequia.
Por el momento, Europa titubea con la creciente sensación de que, ahora, le toca “defenderse sola”. Hay ya quien habla incluso de la creación de un ejército europeo en un contexto de creciente tensión y cargado de incertidumbre. Las malas noticias, paradójicamente, indican que, en términos económicos, la industria armamentística checa seguirá creciendo.