Restauración de libros dañados por las inundaciones será larga y costosa

En este momento se guardan en los frigoríficos industriales de Mochov, al este de Praga, 140 mil libros, rescatados de las bibliotecas anegadas por las riadas durante las catastróficas inundaciones del pasado mes de agosto. Su restauración será difícil, larga y extremamente costosa.

En la Biblioteca Municipal de Praga, las aguas invadieron la sección de impresos raros de cuyas colecciones formaba parte, entre otros valiosos documentos, la Biblia de Praga, de 1488. A la biblioteca ofrecieron generosamente ayuda los frigoríficos industriales de Mochov en cuyas cámaras de frío fueron congelados los libros empapados. En los frigoríficos se han depositado también materiales de biblioteca y de archivo del Ministerio de Agricultura, del Archivo Militar Central, del Instituto de Arqueología de la Academia Checa de Ciencias, del Museo Técnico Nacional y de muchas otras entidades.

Los frigoríficos de Mochov guardan gratuítamente todos los materiales de biblioteca congelados. Para las instituciones culturales es una gran ayuda.Es que el alquiler de las cámaras de frío cuesta diariamente 60 mil coronas equivalentes a 2 mil euros, suma que no podrían comportar los modestos presupuestos de las entidades culturales.

La congelación de los libros empados a temperaturas de entre los 20 y los 30 grados bajo cero proporciona a los bibliotecarios checos el tiempo necesario para escoger los procesos de secado óptimos y reunir el dinero necesario. Según Michal Durovic del Archivo Estatal Central el proceso más conveniente es el secado por congelación al vacío. Su ventaja consiste en que el agua pasa del estado sólico al gaseoso directamente. De esta manera se evitan riesgos con distorsiones y manchas.

La República Checa recibe ahora ofertas de gobiernos y de empresas extranjeras, dispuestos a suministrar equipos de secado al vacío. Gran Bretaña ya ha donado tres pequeñas cámaras de secado. Los expertos austríacos ofrecen un equipo capaz de descongelar 1200 kilos de libros en diez días, pero la instalación requiere una inversión previa de medio millón de euros. Se considerarán todas las ofertas y la decisión final será tomada por una comisión gubernamental.

Una vez descongelados y secados, los libros serán desinfectados. Tan sólo después llegarán a manos de los restauradores. La restauración será un proceso extraordinarimente largo y costoso, como demuestra el caso de Florencia. La aguas del río Arno inundaron las bibliotecas y los archivos de la ciudad renacentista en 1966 y las labores de restauración todavía no han terminado.