Reformas a Intituciones Políticas - Segunda Parte

Con este espacio, "Del Totalitarismo a la Democracia", Radio Praga trata de ofrecer un vistazo sobre lo que ha representado el proceso de transición en la República Checa. Este espacio está dedicado a todas las personas interesadas en conocer detalles sobre la transformación checa desde la dictadura comunista hasta la democracia, por lo que creemos que encontraremos muchos radioescuchas en Cuba, donde importantes sectores de la población se preparan también para un proceso de cambio pacífico en la Isla.

Todos los países en transición heredan instituciones que fueron creadas para mantener a la previa dictadura en el poder. Un cambio de régimen implica también, hasta cierto punto, un cambio en varias de las instituciones del Estado o una reforma en las mismas. Mientras fue relativamente sencillo disolver los departamentos de planeación central y los demás mecanismos gubernamentales que eran anacrónicos para una economía de mercado, las principales y más difíciles reformas institucionales que se implementaron fueron las reformas a la policía política heredada del régimen comunista. Pero también hubo otras instituciones cuyas reformas resultaron ser importantes para la transición, tales como la de los partidos políticos, el parlamento, el sistema judicial, las fuerzas armadas y las instituciones de apoyo social.

Los ingredientes básicos de un sistema de control y supervisión de los servicios secretos en una democracia establecida son los siguientes:

1. División de servicios. Casi todas las democracias dividen sus servicios secretos principalmente con dos fines: son más fáciles de controlar y se asegura diversidad y por lo tanto la calidad de la información. Además, se crean rivalidades institucionales y presupuestarias que inyectan un bienvenido nivel de celos y competencia entre los servicios. Cada servicio necesita tener una carta o constitución que regule, establezca y limite su misión y sus métodos. Dicha información deberá ser de conocimiento público.

2. Poder legislativo. El parlamento debe ejercer el principal control. Por lo general, usan comités especializados tales como los dos comités de inteligencia elegidos en el Congreso norteamericano. Dicho comité idealmente está compuesto por legisladores “selectos” de diferentes partidos: elegidos por los demás legisladores por su fibra moral, seriedad y visión de Estado. A cambio de una promesa de confidencialidad, dichos legisladores deben tener acceso a todo el material, personal, métodos y programas de los servicios secretos.

Los comités legislativos deben tener un triple papel o rol: a. Programático: Deben considerar y aprobar propuestas del ejecutivo y de los servicios secretos. b. Evaluativo: Vigilan si los servicios han sido efectivos en su desempeño. c. Policíaco: Verifican si los servicios han cumplido con la ley y con sus cartas y estatutos. Por lo general, los comités legislativos cuentan con un grupo de asesores (staff) permanentes que auxilia a los legisladores. Ni los asesores ni los legisladores deberían ser activos militares ni trabajar para los servicios secretos.

El arma más poderosa del poder legislativo suele ser su control del presupuesto y de los ingresos para los servicios secretos. Idealmente, los comités de supervisión del legislativo conocen todas las actividades de los servicios secretos y autorizan, caso por caso, su financiamiento. La legislatura debe castigar cualquier intento de los servicios secretos de obtener financiamiento extrapresupuestario, como se hizo en Estados Unidos durante el escándalo “Iran-Contra”, o como suele suceder rutinariamente en varios países aun con los sistemas de control más avanzados. Los servicios secretos deben recordar que una legislatura involucrada, que se mantiene al tanto con materiales y testimonios, suele mostrar más cooperación y comprensión hacia los servicios secretos y su misión —especialmente en tiempos de crisis— que cuando se la intenta excluir o engañar.

3. Poder judicial. Los ciudadanos deben contar con derecho a un debido proceso y a acceso a las cortes en caso de violación de parte de cualquier institución del Estado, incluyendo los servicios secretos. Además, el poder judicial puede jugar un papel más directo en la supervisión de los servicios secretos. En los Estados Unidos existe un tribunal especial del cual la CIA y el FBI necesitan obtener previa autorización para conducir espionaje a ciudadanos americanos.

4. Poder ejecutivo. Para asegurar la lealtad de los servicios secretos, el gobierno y el poder ejecutivo deben contar con células y comités de supervisión leales a ellos, funcionando a diario dentro de los servicios secretos, y supervisando las actividades de los mismos. Esto puede incluir un consejo de seguridad nacional, comités presidenciales de política de inteligencia o un comité de auditores que responda directamente a la presidencia.

5. Poder ciudadano. Las organizaciones no-gubernamentales han jugado un papel clave en el proceso de control y supervisión presionando, revelando y agitando para que las autoridades cumplan con su trabajo. La organización más famosa es el American Civil Liberties Union (ACLU), la cual movilizó a la sociedad civil en los Estados Unidos para crear un sistema de control sobre la CIA y el FBI después del escándalo político de Watergate. Trabajando con sus aliados en el Congreso y con un sinnúmero de abogados y especialistas, el ACLU elaboró proyectos de ley sobre control y supervisión, aún cuando los políticos no tomaban la iniciativa. Otros países cuentan de igual modo con asociaciones civiles y académicas que ejercen un papel de activismo y educación, tales como Alianza Cívica en México, IDEPE en Perú, el Comité Helsinki en Polonia, la Unión de Libertades Civiles de Hungría, y la Fundación Glasnost y el grupo Control Ciudadano en Rusia.

En el esfuerzo del poder ciudadano es clave la existencia de una ley que permita y garantice a los ciudadanos comunes el acceso a la información gubernamental tal como el Freedom of Information Act (FOIA) de los Estados Unidos, uno de los proyectos de ley del ACLU exitosamente adoptados por el Congreso. Otros países que han adoptado o están a punto de adoptar leyes de libertad de información son Polonia y Hungría.

6. Medios de comunicación. La jefa de asesores en el Comité Selecto de Inteligencia del Senado de los Estados Unidos mencionó que la mitad de los casos de abuso por parte de los servicios secretos que investiga su comité, aparecieron primero en los medios de comunicación. Una prensa investigadora es un elemento importante para asegurar el efectivo funcionamiento de cualquier sistema de control y supervisión.

En los Estados Unidos, gracias a la primera enmienda de la Constitución, otorgando libertad de expresión, no se castiga a los reporteros que revelan casos de abuso ni secretos de los sistemas de inteligencia (aunque sí se puede castigar a su “fuente” dentro de las agencias si ésta es descubierta). Aunque el primer impulso de cualquier gobierno es castigar a los reporteros que revelan y ridiculizan los planes de los servicios secretos, cualquier democracia debe alentar a una prensa investigadora y así poder ejercer mayor control sobre el aparato de inteligencia.

7. Ombudsman /Instituto de derechos humanos. En algunas democracias se cuenta con un supervisor independiente, usualmente un ciudadano reconocido y notable, o una comisión de derechos humanos a donde puedan acudir los ciudadanos comunes con sus querellas.