Recuerdos con Yehuda Bauer, el gran historiador del holocausto

Yehuda Bauer

Yehuda Bauer, destacado historiador del holocausto nacido en Praga, falleció este 18 de octubre en Jerusalén a la edad de 98 años. RPI conversó sobre sus raíces, su legado y su importancia con Zuzana Pavlovská, del Museo Judío de Praga, que llegó a conocerlo personalmente.

La delegación checa de la IHRA con Yehuda Bauer | Foto: Archivo de Zuzana Pavlovská

Yehuda Bauer nació el 6 de abril de 1926 en Praga en el seno de una familia judía checo-alemana. Era hijo único y, tal y como dijo Zuzana Pavlovská, directora del Departamento de Educación y Cultura del Museo Judío de Praga, desde pequeño sintió en su casa el espíritu sionista y el deseo de vivir en Palestina. De hecho, sus padres intentaron mudarse a Palestina varias veces y, finalmente, lo consiguieron justo cuando la Alemania nazi ocupaba las tierras checas, proclamando el Protectorado de Bohemia y Moravia, como recuerda Pavlovská.

“Él no hablaba mucho de eso, pero lo que sí sabemos es que nació en Praga en 1926 y que sus padres eran sionistas realmente convencidos. Quisieron irse a Palestina en repetidas ocasiones, pero lo consiguieron el 15 de marzo de 1939”.

“Él destacaba su origen checo, siempre lo subrayaba y decía que era checoslovaco porque había nacido en Checoslovaquia. Hasta la muerte mantuvo su uso del checo en un nivel increíblemente bueno”.

Añade Pavlovská que Yehuda Bauer no solía hablar mucho sobre sus padres y los detalles sobre sus antepasados checos siguen siendo un poco misteriosos. Pero sí que se identificaba como checoslovaco con mucho orgullo, dice.

“Él destacaba su origen checo, siempre lo subrayaba y decía que era checoslovaco porque había nacido en Checoslovaquia. Hasta la muerte mantuvo su uso del checo en un nivel increíblemente bueno si consideramos que estudió el instituto en Haifa y luego también estudió en el Reino Unido. Tenía talento para los idiomas, sabía polaco, francés, yiddish, alemán, inglés... Decía que a todo esto le ayudó su educación original europea y decía que el idioma le abría la puerta hacia las demás personas”.

En 1946, Yehuda Bauer entró en la Universidad de Cardiff, interrumpiendo sus estudios en 1948 para participar en las luchas árabe-israelíes y graduándose finalmente en 1952.

En 1960, obtuvo el doctorado en la Universidad Hebrea de Jerusalén y se convirtió en investigador sobre el holocausto, trabajando también en el memorial israelí a las víctimas del holocausto Yad Vashem.

“Decía que no se puede enseñar sobre el holocausto sin tener en cuenta otros genocidios, que no se podía separar”.

Prosigue Pavlovská que una de sus ideas principales como historiador fue trabajar con las fuentes en distintos idiomas, de ahí su conocimiento de una amplia gama de lenguas. Publicó unos cuarenta libros y numerosos artículos científicos. Su importancia a nivel internacional se debe al hecho de que empezó a estudiar el tema del holocausto en un contexto histórico y social más amplio, centrándose también en sus antecedentes y su importancia para la humanidad en general, no solo para la sociedad judía.

“Decía que no se puede enseñar sobre el holocausto sin tener en cuenta otros genocidios, que no se podía separar. Él decía: ‘Durante la Segunda Guerra Mundial murieron unos 40 millones de civiles y seis millones eran judíos. Es decir, que si no se lucha contra el antisemitismo, son enemigos de su propio pueblo’. Según él, por un lado está la cuestión judía, pero si el mundo no cambia, estas cosas seguirán sucediendo”.

La Sinagoga Pinkas en Praga,  memorial para las víctimas del holocausto  | Foto: Martina Kutková,  Radio Prague International

El holocausto, uno entre muchos momentos históricos

La delegación checa de la IHRA con Yehuda Bauer | Foto: Archivo de Zuzana Pavlovská

“El holocausto sí fue un suceso único, pero también fue solo un momento de la historia”, amplía Pavlovská las declaraciones de Bauer, subrayando que había que seguir luchando contra el antisemitismo.

Por eso, Yehuda Bauer ayudó a crear en 1998 la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA, por sus siglas en inglés) que junta más de 35 países de todo el mundo para saber cómo se enseña el tema del holocausto a nivel internacional y cómo se mantienen los lugares de memoria.

“Nosotros fuimos de los primeros miembros de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto gracias a Miloš Pojar, el primer embajador checo en Tel Aviv. Gracias a su vínculo con el memorial Yad Vashem jugamos un papel crucial en el surgimiento de la IHRA”.

Zuzana Pavlovská | Foto: Jan Šteffl

Desde 2011, Zuzana Pavlovská es uno de los representantes de la República Checa en la IHRA, concretamente, en el grupo de la alianza dedicado a la educación y la enseñanza sobre el antisemitismo. En el pasado participó en la creación del material “Cómo y por qué enseñar sobre el holocausto” y, actualmente, se dedica a la preparación de un material similar enfocado al genocidio de los gitanos.

“IHRA actúa a nivel gubernamental, es decir, que Chequia está representada ahí por medio del Ministerio de RR.EE., que escogió varias personas de distintas organizaciones y las nombró representantes de Chequia en el marco de esta alianza. El hecho se debe a que IHRA comprende varios grupos de trabajo: el grupo para la educación, el genocidio de los gitanos, los memoriales y la investigación”.

El interior de la Sinagoga Pinkas | Foto: Jan Šteffl

“Era una autoridad, realmente, tanto para la IHRA como a nivel personal”.

Gracias al trabajo de la alianza, por ejemplo, los gobiernos de los países miembros adaptaron una nueva definición de antisemitismo que ayuda a luchar contra la violencia y la discriminación. También Yehuda Bauer desempeñó un papel importante en la creación de la misma.

Debido a sus actividades en el marco de la IHRA, Pavlovská tuvo la posibilidad de coincidir con Bauer y, como dice, al historiador siempre le encantaba ver a la delegación checa y eslovaca. Siempre la recibía con una sonrisa.

Yehuda Bauer | Foto: Robert Mikoláš,  Český rozhlas

“Era una autoridad, realmente, tanto para la IHRA como a nivel personal. Cuando se despidió de nosotros hace dos años, diciendo que ya no iba a venir a los encuentros, se creó un silencio, nadie se podía imaginar IHRA sin él. Después, él se conectaba con nostros en línea, la última vez fue en la reunión de la IHRA en Glasgow. Ahora, en Londres, estaremos por primera vez sin él”.

Recuerda Pavlovská que las hijas de Bauer siempre lo acompañaban y siempre decían que su papá hizo un error: no les enseñó checo. También decían que su papá amaba las crepes, pero las crepes checas, los palačinky. Por eso, la delegación checa, una vez, le preparó no solo palačinky, sino que también le llevó la receta traducida al hebreo. “Se lo dimos y él se emocionó mucho y decía que era su recuerdo de la niñez”, concluye Pavlovská sus recuerdos personales sobre el historiador Yehuda Bauer.

El interior de la Sinagoga Pinkas | Foto: Jan Šteffl
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