Reconstruyen los rostros de dos nobles checos del siglo IX
Eva Vaníčková y Ondřej Bílek llevan seis años utilizando métodos científicos para crear reconstrucciones faciales hiperrealistas de figuras históricas. En su último trabajo se han dedicado a dos nobles de la Gran Moravia.
Uherské Hradiště se ubica en la Región de Zlín, a unos 80 kilómetros de Brno. Si bien en la actualidad no es más que una pequeña localidad al sureste del país, su situación hace unos siglos era bien distinta. En tiempos de la Gran Moravia, el lugar representaba un destacado asentamiento y un enclave de gran importancia estratégica para este Estado medieval de apenas un siglo de vida, pero que llegó a controlar vastas zonas del centro y este de Europa.
El análisis de distintos restos humanos ha permitido arrojar algo más de luz acerca de la Gran Moravia pero, además, la antropóloga Eva Vaníčková y el escultor Ondřej Bílek decidieron ir un paso más allá, utilizando métodos científicos para crear reconstrucciones faciales hiperrealistas de personajes históricos. Así, consiguieron reconstruir los rostros de dos nobles de la Gran Moravia del siglo IX hallados en el lugar.
“En la cima de la colina había una iglesia donde encontramos varios lugares de enterramiento. En cuanto al primer hombre, cuyo esqueleto estaba ubicado en la tumba 122, optamos por hacer una recreación hiperrealista de su cabeza. La tumba de este hombre era la más grande de todo el cementerio. Tenía una constitución robusta y una edad de entre 40 y 50 años cuando murió”.
La gran cantidad de restos hallados corroboran la importancia de la que un día gozó el lugar. Con todo, tal y como afirma Vaníčková, fueron las características y las condiciones que presentaban estos dos sujetos al ser hallados lo que les llevó a pensar que se trataba de dos hombres de la nobleza.
Destaca especialmente el segundo de ellos, enterrado en una tumba más grande que las demás y situada en una capilla especial que habría sido añadida a la iglesia principal. Vaníčková se atreve incluso a afirmar que podría tratarse del célebre Svatopluk I, quién fue gobernador del Principado de Nitra y posteriormente Rey de la Gran Moravia tras arrebatarle el trono a su tío Rastislav I.
“Podemos suponer que su estatus social era incluso más alto que el del otro hombre cuyo rostro decidimos reconstruir. La tumba está decorada con una colorida lápida en la que podemos identificar pinturas de estilo bizantino. También podemos ver que se puso mucha atención en la elaboración de la mampostería de la tumba. Sin embargo, el cráneo del esqueleto no está en buen estado, por lo que en nuestra reconstrucción utilizamos principalmente dibujos anteriores de un famoso paleoantropólogo del siglo XX, el profesor Emanuel Vlček".
Cara a cara con nuestros ancestros. Laboratorio de reconstrucción antropológica, es el título del libro en el que Vaníčková y, su colega, el escultor Ondřej Bílek recopilan y presentan al público los frutos de un trabajo conjunto de seis años. El libro contiene imágenes e interesantes detalles acerca de estos dos nobles “reconstruidos” pero, también de un cazador neandertal o de un minero del Medievo entre otros.
“Los nobles conforman los dos últimos capítulos del libro, que también contiene otros 14 rostros históricos que hemos recreado. Cada capítulo presenta fotografías detalladas, así como una descripción de quién era el individuo y cómo recreamos su rostro. Esto incluye, por ejemplo, lo que sabemos sobre su estado de salud, o vida personal, cosas que podemos incorporar a la reconstrucción”.
La Gran Moravia floreció entre el año 833 y los primeros compases del siglo X, ocupando principalmente Chequia y Eslovaquia pero llegando a abarcar zonas de las modernas Hungría, Rumania, Polonia, Austria, Alemania, Serbia, Eslovenia, Croacia y Ucrania. El imperio dejó tras de sí un profundo impacto cultural para las futuras naciones eslavas de Europa Central. El pabellón de antropología del Museo de Moravia, en Brno, es una excelente opción para acercarse y descubrir un poco más acerca de este. Allí, además, se pueden encontrar expuestas cuatro estatuas de los rostros reconstruidos por Vaníčková y Bílek.