RCh y España investigan cambio climático en la Antártida
Científicos de la República Checa y España fueron invitados por el Instituto Cervantes de Praga para presentar su investigación en el continente blanco. Su interés se centra en el cambio climático. El encuentro se celebró dentro de las actividades del Año Polar Internacional 2007-2008.
Según explica el biólogo Miloš Barták, la parte occidental de la Península Antártica, donde se ubica la base Juan Carlos I, y la parte del litoral oriental, donde se encuentra la estación Johann Gregor Mendel, son influidas por distintos factores climáticos.
“La comparación del clima local es uno de los campos en los que podemos colaborar con los españoles. La pregunta es qué influencia tendrá el calentamiento de la atmósfera en la parte marítima y más húmeda de la Antártida, donde están los españoles, y qué efecto en la parte continental y más seca donde está la base checa”.
El biólogo Antonio Quesada realiza sus investigaciones en la Península Byers, en la isla Livingston. Apuntó que el objetivo fundamental es averiguar si los ecosistemas de agua dulce se pueden utilizar como sensores del cambio climático.
“No ver si hay cambio climático mediante ellos, sino si podemos modelizar las variaciones que tienen lugar en los ecosistemas de agua dulce para poder pronosticar qué es lo que va a ocurrir con el cambio climático no sólo en latitudes polares, sino también en nuestra latitud. Ver qué ocurre con esos ecosistemas si hay un aumento al 2030 de un grado y medio de temperatura media”.
El biólogo y miembro del Comité Español para el Año Polar, Leopoldo García Sancho, constató que el calentamiento global es una realidad y ha causado cambios importantes sobre todo en la región de la Península Antártica.
“Una tendencia al calentamiento notable, un retroceso de las masas de hielo y una pérdida de volumen de hielo son perfectamente constatables en los últimos 30 o 40 años. Entonces, lo que nosotros tratamos es entender este fenómeno, de ver cómo eso afecta a las comunidades biológicas, es decir, se trata de monitorizar, comprender, prever cuál será la respuesta en el futuro si la tendencia que estamos viviendo ahora continúa. Esto ya no son teorías, son datos”.
El encuentro de expertos checos y españoles en el Instituto Cervantes de Praga incluyó proyección de documentales sobre la presencia de la ciencia checa en la Antártida.