RCh se suma a la lucha contra el abuso de antibióticos

Miles de personas mueren cada año en Europa a causa de las infecciones bacteriológicas que contraen cuando están internados en un hospital. Uno de los motivos es el uso masivo de antibióticos y la consecuente resistencia de las bacterias al tratamiento. Las autoridades europeas de Sanidad se dieron cita en Praga para buscar y encontrar la mejor solución a este problema.

Vlastimil Jindrák
El antibiótico es un arma de doble filo. Por un lado, ayuda a combatir rápida y eficazmente cualquier tipo de infección, por otro, su abuso conduce a una creciente resistencia de las bacterias.

El uso masivo de antibióticos, especialmente en los hospitales y centros sanitarios públicos, es un problema a nivel mundial, recalca Vlastimil Jindrák, director del Centro de Microbiología y Antibióticos del hospital Na Homolce de Praga.

“El abuso de los antibióticos supone un gran problema, porque hace aumentar la resistencia de las bacterias. De esta manera, nos resulta cada vez más difícil curar a los pacientes con infecciones graves”, destaca Jindrák.

Los motivos del consumo excesivo de antibióticos son varios. Durante los últimos años la gente se ha acostumbrado mucho a consumirlos y exige su prescripción ante cualquier síntoma. Los médicos los recetan para complacer a los enfermos, que creen que los necesitan para curarse.

También es cierto que muchas veces los médicos están sujetos a la presión que ejerce la industria farmacéutica. Recetan un determinado antibiótico porque han establecido una relación muy cercana con una compañía.

En los hospitales, el uso prudente de los antibióticos es indispensable ya que existe un alto riesgo de infecciones. Sin embargo, también aquí se abusa mucho de estos medicamentos, afirma Jindrák.

“En los hospitales se encuentran ingresados pacientes con enfermedades graves. Los médicos temen las complicaciones que podría causar una infección y por eso recurren al uso de antibióticos como método preventivo, también en situaciones que no lo exigen”, señala Jindrák.

La República Checa es consciente de este problema. El país aprovechó su presidencia de turno de la Unión Europea y el pasado mes de abril invitó a Praga a las máximas autoridades comunitarias de Sanidad para coordinar esfuerzos y luchar conjuntamente por reducir el uso de los antibióticos a nivel europeo.

Foto: Comisión Europea
La comisaria europea de Sanidad, Androulla Vassiliou, sostuvo en Praga que la situación es alarmante y que hay que actuar rápido y de forma concertada.

“Se estima que 4,2 millones de pacientes, es decir, un cinco por ciento, contrae cada año en Europa una infección bacteriológica durante su estancia en un hospital. Y cerca de 37 mil personas mueren anualmente a causa de estas infecciones. Esto es inaceptable. Tenemos que esforzarnos por reducir la cifra”, resaltó Vassiliou.

Los especialistas acordaron en Praga crear un plan común de la Unión Europea para apoyar el uso correcto de los antibióticos y prevenir la expansión de los organismos multiresistentes en los hospitales y centros de sanidad. Ya que, según recalcó la ministra de Salud checa, Daniela Filipiová, “el derecho a una asistencia médica buena y segura es uno de los derechos fundamentales de cada ciudadano de la Unión Europea”.