RCh no cumple criterios para ingresar en eurozona

Foto: Comisión Europea

A diferencia de Eslovaquia, que pronto ingresará en la eurozona, la República Checa no cumple todavía los criterios del Programa de Convergencia para adoptar la moneda común europea.

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La Comisión Europea dio luz verde a Eslovaquia la semana pasada, para que accediera a la eurozona a partir del 1 de enero de 2009. Sus vecinos, la República Checa, Polonia y Hungría, no han recibido recibieron todavía el visto bueno, porque no cumplen los criterios del Tratado de Maastricht para la adopción de la moneda europea. El reciente informe de Convergencia valora que la República Checa logra mantener el déficit fiscal por debajo del tres por ciento, al tiempo que critica la tasa de inflación que excede los niveles establecidos en Maastricht.

lentamente, afirma Oldřich Dědek, coordinador nacional para la adopción del euro.

“La decisión política es lo fundamental para el acceso a la eurozona. En la República Checa no hay suficiente voluntad política para acelerar el proceso de introducción del euro. Y mientras no la haya, el país difícilmente cumplirá los criterios de Maastricht”, señaló Dědek.

La introducción del euro en Eslovaquia el próximo año causa dolor de cabeza a los empresarios checos, ya que podría conllevar un mayor nivel competitivo del sector comercial eslovaco, sostiene Luděk Niedermayer, ex vicegobernador del Banco Central checo.

“Después de su ingreso en la eurozona, Eslovaquia podría atraer a un mayor número de inversionistas extranjeros. Desconocemos todavía la tasa de cambio que se aplicará en ese país al pasar al euro, pero suponemos que, en comparación con la República Checa, las inversiones en Eslovaquia serán más ventajosas. La capacidad competitiva de ese país que ya es alta en relación con la RCh, podría incrementarse más todavía”, señala Niedermayer.

Eslovaquia es el mayor socio comercial de la República Checa después de Alemania. Los analistas recalcan que en vista al constante fortalecimiento de la moneda nacional checa frente al euro, el intercambio comercial entre Praga y Bratislava podría resultar desventajoso para las empresas checas a partir del próximo año, especialmente para el sector automovilístico.