Nació para quedarse entre cuatro paredes y sufrir, pero en la actualidad el perro manchado checo es un gran amigo de sus amos y los acompaña durante sus actividades deportivas.
Tierno, amigable y fácil de educar. Estos son los rasgos básicos del carácter de perro manchado checo que se caracteriza por tamaño mediano y pelo corto o largo de tres colores y manchas. Esta bella y popular raza fue criada en 1954 por el cinólogo František Horák para experimentos en laboratorios del Instituto Fisiológico de la Academia de Ciencias de Checoslovaquia, explica la cinóloga Vladimíra Tichá.
“Durante un tiempo fue llamado el perro de laboratorio de Horák. El objetivo fue criar una raza cuyo carácter le permitiera cambiar de dueño a menudo y que obedeciera y respetara a la gente en todos los aspectos, porque era un perro destinado a experimentos”.
Esta triste tarea requería unos perros tranquilos, fáciles de cuidar y criar. Estos atributos han permanecido en la naturaleza de los perros manchados checos hasta la actualidad, pero como consecuencia de los experimentos, algunos pueden sufrir problemas con el aparato locomotor, los dientes o incluso epilepsia, explica Tichá.
“Intentaron criar perros epilépticos para que se pudiera diagnosticar la epilepsia en ellos. De todas formas, hubo muchos experimentos realizados en perros. Otra raza que se utilizó mucho fue el beagle. En ellos se realizaron experimentos para testar medicamentos, productos cosméticos y hasta trasplantar órganos”.
De hecho, el perro manchado checo fue la primera mascota en Checoslovaquia en la que se verificó la posibilidad de un trasplante de riñón.
En los perros se observó también la herencia genética de la coloración y, precisamente por este motivo, la raza fue criada con tres colores.
Salvado de los laboratorios
A finales de los años ochenta, se puso fin a los experimentos en animales en Checoslovaquia y el perro manchado checo empezó a disfrutar de un destino más feliz, señala la cinóloga.
“La gente normal empezó a adoptarlos. Hoy, la raza cuenta con una base bastante decente. Cuando lo miramos, parece un chucho. No se sabe muy bien a partir de qué razas fue criado exactamente, pero se estima que pudo haber sido de un fox terrier y, posiblemente, un pastor alemán”.
El perro manchado checo es una raza deportiva ideal para personas aficionadas a correr o practicar esquí de fondo. También es un buen guardián, pero respeta con tranquilidad a las visitas. No es agresivo y no participa en peleas. Forma un fuerte vínculo con su amo, generalmente tiene una fuerte necesidad de socialización y no lleva bien la separación de su amo. Por su naturaleza tranquila y suave es perfecto para la canisterapia.
El perro manchado checo fue incluido en la lista de las razas nacionales en 1960 bajo el nombre perro de laboratorio de Horák, pero a partir 1981 figura con su nombre actual. Todavía sigue en espera de ser reconocido a nivel global por la Federación Canina Internacional. Su popularidad entre la población ha experimentado un aumento. Mientras que en 1994 solamente nacieron 15 cachorros, en la actualidad se registran aproximadamente 600 individuos vivos.