Raymi Britto, el creador de los divertidísimos videos sobre la vida en Chequia
Italiano y con sangre peruana, Raymi Britto vive hace seis años en Chequia donde trabajó durante mucho tiempo como guía de turismo en Terezín. Sin embargo se hizo conocido gracias a sus hilarantes videos sobre las dificultades a la hora de enfrentar a las empleadas del correo, los curiosos modos de expresarse de los checos y las inagotables particularidades de su idioma, tal como nos cuenta en esta entrevista.
“Mi experiencia como guía en Terezín me ha hecho crecer mucho como persona”.
Se trata, quizás, de una de las grandes revelaciones en redes sociales de los últimos tiempos, al menos para aquellas personas interesadas en el universo checo. El italiano Raymi Britto vive hace seis años en Praga y es el creador de una serie de videos cada vez más populares sobre las involuntarias aventuras que ocurren en un país como Chequia: las dificultades a la hora de enfrentar a una empleada del correo, los cruces entre locales y turistas, los kafkianos trámites para obtener la ciudadanía y hasta una inefable versión local de Alexa. Pero además de haber logrado un notable nivel de checo que utiliza en la mayoría de esos videos, lo que quizás no saben muchos de sus seguidores es que Raymi también habla muy bien español.
“Mi nombre Raymi es quechua porque mi papá es peruano y mi mamá es italiana. Yo nací y crecí en Italia, pero me querían poner un nombre que recordara mis orígenes y querían ponerme Inti como Inti Raymi (Fiesta del Sol), pero era demasiado difícil así que me pusieron Raymi que es más simple y significa ‘fiesta’ y ya”.
Cuenta Raymi que hace apenas unos días viajó a Madrid para reencontrarse, después de trece años, con parte de su familia peruana que ahora vive en España.
A República Checa hacía tiempo que pensaba mudarse para estudiar cine y el destino quiso que se terminara instalando aquí, pero no por estudio sino por amor. Considera que, desde entonces, ha cambiado mucho la vida en Praga, porque en ese momento era casi imposible encontrar trabajo sin hablar el idioma. Sin embargo, esa misma dificultad lo llevó a tomar la firme decisión de aprender checo para integrarse lo mejor posible a la sociedad y recuerda que su fugaz primer trabajo fue en una cafetería que estaba cerca de la embajada italiana.
De guía de Terezín a estrella de TikTok
Cuesta imaginar al ver sus videos tan alegres y divertidos que Raymi Britto se haya desempeñado durante mucho tiempo como guía de turismo en italiano en Terezín, donde también pudo mejorar mucho su nivel de checo. Luego de seis años, acaba de concluir esa actividad que él mismo considera el primer trabajo que tuvo en su vida porque en Italia, según cuenta, es casi imposible estudiar y trabajar a la vez.
“Para mí ha sido un trabajo muy importante a nivel personal porque para mí fue, y lo va a ser siempre, un lugar que me ha hecho crecer. Crecí de diferentes modos como persona y en algún punto también me ayudó con mis videos porque, de repente, toda esa tristeza debía ser balanceada con algo cómico, algo de alegría. Así que también me ha ayudado, pero de seguro me ha marcado mucho esa experiencia en Terezín”.
Además de permitirle conocer a embajadores, diplomáticos y hasta presidentes de varios países gracias a que, cada año, tiene lugar la conmemoración de las víctimas de Terezín a la que acuden las delegaciones de todos los países involucrados en la guerra, asegura que ese trabajo le dio la hermosa sensación de estar haciendo algo importante: transmitir un mensaje, ayudar a impedir que se olvide la historia y, sobre todo, dar voz a todos aquellos que fueron tan brutalmente silenciados. Ahora que deja esa actividad asegura que no le interesa trabajar como guía en el centro de Praga porque a veces tiene la sensación de que mucha gente realiza esa tarea sin un auténtico interés. No obstante, ya consiguió un trabajo en la zona de la estación de Masaryk, donde cuenta que están por abrir un hotel en el que va a empezar a trabajar como recepcionista porque considera importante hacer, de vez en cuando, algún cambio en la vida.
Llevándolo todo a Instagram
Motivado, entonces, por esa necesidad de contrastar la angustia de Terezín con un poco de alegría, la idea de hacer los videos se le ocurrió a Raymi durante la época del Covid: como los hermanitos de su pareja pasaban mucho tiempo en su casa, un día los vio tan ensimismados con el TikTok que les empezó a preguntar cómo funcionaba. Y, a manera de única respuesta, le crearon, sin que se diera cuenta ni tuviera la menor idea de cómo usarlo, su propio perfil en esa red social.
“Y después, cuando empecé a entenderlo y empecé a hacer mis primeros videos, que no tienen nada que ver con los que hago ahora, me puse a pensar en la idea de hacer algo más concreto y expresar lo que significa vivir en República Checa como extranjero, porque un montón de cosas me parecen absurdas. Y así empecé. No con la idea de que alguien pudiera verlos y decir ‘a mí me pasa lo mismo’, sino porque me parecía divertido comparar los dos mundos, es decir, ser italiano en República Checa... y la verdad es que nunca pensé que se volvería algo tan popular”.
Si bien su popularidad y número de seguidores no tardaron en crecer exponencialmente con cada uno de sus videos, asegura Raymi que la diferencia más notable la sintió al abrirse también una cuenta de Instagram, una red social que usan personas de todas las edades, a diferencia de TikTok que, en su opinión, es mucho más popular entre la gente muy joven.
“Al principio lo que me pasaba es que los videos de TikTok conservan el logo cuando los descargas. Instagram lo reconoce y no deja que esos videos se vean demasiado, pero entonces descubrí que hay maneras de sacarlo y cuando lo hice... miles, diez mil, ochenta mil. Esto empecé a hacerlo en septiembre del 2023, yo tenía unos ochocientos seguidores en mi Instagram, quizás menos, personas que conocía, y ahora, tan solo unos seis meses después, tengo más de setenta y cinco mil seguidores y todavía no logro entender cómo sucedió”.
Entre todas esas consecuencias inesperadas, quizás la que más lo alucinó fue la invitación que le enviaron para participar del famoso show de Jan Kraus, uno de los primeros programas de televisión que vio al mudarse a Chequia; y ya en ese momento había fantaseado con la idea de ir algún día como invitado. A pesar de la popularidad que alcanzaron sus videos, reconoce Raymi que eso no se ve reflejado para nada en rédito económico y, de hecho, cuenta que la única publicidad que tiene, hasta el momento, es la de un alimento balanceado para gatos, lo cual le viene muy bien porque vive con once gatos y un perro. Asegura que la fama en sí no le interesa para nada ni tampoco la buscó, pero sí reconoce que no descarta utilizarla en el futuro como un medio para cumplir algunos objetivos que hace tiempo viene pensando, como ayudar a la gente más necesitada que no cuenta con posibilidades ni recursos.
Un lugar lejano no tan lejos
Fascinado por las lenguas y las distintas formas de pensar el mundo que proponen, se nota que, a pesar de burlarse un poco de personajes típicos como la empleada del correo checo, a Raymi le resultan muy interesantes las infinitas reflexiones que suele inspirar el idioma local. Sobre todo porque afirma que a él le encanta ponerse a analizar palabras, expresiones y significados, y en ese sentido la oferta del checo es casi inagotable. Aclara, por supuesto, que a ese interés intenta darle siempre una vuelta divertida para atraer al público porque jamás pierde de vista que lo suyo es el entretenimiento.
“Por ejemplo, la frase ‘do Prčic’, yo siempre pensé que era una forma un poco más delicada de mandar a alguien... ahí, bien lejos, pero nunca me imaginé que era un lugar real, y encima es un pueblo que queda apenas a media hora en coche desde Praga. Es decir, que no es tan lejano y eso es lo que me parece absurdo: ¡te vas a Prčice! No lograba entender que era un lugar de verdad así que hice el video y muchos checos tampoco sabían que es un sitio verdadero y eso es lo más absurdo”.
Pero más allá de las palabras y las gramáticas, queda muy claro al ver sus videos que a Raymi le interesan también otros aspectos de las lenguas como los tonos, acentos, gestos y hasta expresiones faciales. En efecto, cuenta que para aprender checo también le resultó muy útil ponerse a mirar videos y repetir varias veces la musicalidad de una misma frase. De hecho, recuerda que cuando solía visitar la Plaza del Duomo en Milán y pasaba algún turista, siempre le gustaba imitar su acento, y esa misma estrategia es la que utilizó con el checo.
“Para mí fue muy difícil entender la armonía que tiene el checo porque cada lengua tiene una música y un modo de respirar diferente y los checos respiran más por la nariz y hacen pausas pequeñas cuando hablan, por eso parece que hablan horas enteras sin parar, pero hacen como micropausas en su discurso, respirando a través de la nariz”.
Como en casa
“Me parecía divertido comparar los dos mundos, es decir, ser italiano en República Checa, y la verdad es que nunca pensé que se volvería algo tan popular”.
Cuenta Raymi que empezó a ser un poco más consciente de la popularidad que estaban obteniendo sus videos cuando el 31 de diciembre pasado fue con sus amigos a una fiesta en Italia y le dijeron que en su país natal también se estaba empezando a hacer conocido. La confirmación le llegó unos días más tarde, cuando empezó a seguirlo la cantante Paola Iezzi, una de las integrantes del famoso dúo Paola & Chiara de Milán, del que sus primas son muy fanáticas. Él dice que su video favorito es el que cuenta cómo hacer para conseguir la ciudadanía checa y asegura que, en su momento, le llamó la atención la cantidad de checos que empezaron a seguirlo y dejarle comentarios.
“Casi todos son positivos, casi todos, pero hay también algunas personas que no logan entender la comicidad porque cada uno entiende la comicidad de un modo diferente y algunos me dicen: ‘Bueno, si te quejas tanto, regresa a tu país’. Y yo no contesto, o les digo: ‘Pero si ya estoy en mi país’”.
En efecto, dice Raymi que, en algún punto, ya se siente un poco más checo que italiano. De la comida local algunas le gustan mucho y otras no: lo que menos le agrada son los chlebíčky, porque considera que el pan es demasiado chico para contener tantos ingredientes. De Italia extraña, sobre todo, a su abuela que tiene 93 años, porque, a su modo de ver, la tecnología no siempre resulta suficiente para mantener el contacto. No obstante, sigue eligiendo vivir aquí porque dice sentirse muy a gusto con la filosofía de vida de los checos.
“Lo bonito de los checos es que nunca te dicen sí o no, sino ‘me da igual’. Los checos te dicen siempre me da igual. Si no me toca a mí, me da igual, y es lo mejor de este mundo porque eso es imparcial: si tú vives aquí y hablas checo y vives como nosotros, ¿por qué no? Me da igual, no me cambia la vida. Y yo eso lo encuentro genial”.
Aunque Raymi nunca soñó con ser actor, todo parece llevarlo en esa dirección. De hecho, ahora está empezando a trabajar en un proyecto con una directora italiana que vive hace veinte años en Praga y consiste en retomar, según cuenta, una modalidad que era muy popular entre los años sesenta y ochenta: el teatro bilingüe. La idea es presentar obras habladas tanto en italiano como en checo para mostrar que, a pesar de las supuestas diferencias culturales, las personas de esos dos países son mucho más parecidas de lo que se ve a simple vista.