Primer ministro Babiš propone pagar un impuesto por los dividendos bancarios
El primer ministro checo, Andrej Babiš, causó un gran revuelo en el sector bancario de Europa Central cuando sugirió que los acreedores del país deberían pagar hasta una quinta parte de sus dividendos en un fondo de desarrollo estatal. Tal medida llevaría entre 400 y 600 millones de euros a las arcas estatales.
Babiš, quien durante mucho tiempo se ha resistido a tal impuesto refutando que la carga final recaería sobre los clientes, y criticó la cantidad de dividendos bancarios que fluyen en el extranjero, presentó una contrapropuesta propia.
Sugirió que los bancos podrían pagar entre el 10% y el 20% de sus dividendos en un fondo de desarrollo estatal, que se utilizaría para financiar programas sociales, construir carreteras o más jardines de infancia, según fuera necesario. Aunque el primer ministro sugirió el plan como voluntario u obligatorio, estaba más inclinado a favorecer esta última opción y dijo que había tenido conversaciones preliminares con funcionarios de algunos bancos sobre el asunto.
Las acciones de varios bancos cayeron en respuesta a la noticia, pero las instituciones bancarias se negaron a comentar sobre la propuesta, diciendo que las negociaciones estaban en su etapa inicial. El recién nombrado ministro de Industria y Comercio, Karel Havlíček, quien también se desempeña como viceprimer ministro, entrará en las negociaciones a petición de Andrej Babiš.Mientras tanto, los socialdemócratas no simpatizan con la propuesta, diciendo que no es un ingreso garantizado por la legislación. Se inclinan a favor de un impuesto bancario progresivo de 0.05% a 0.3%, lo que aumentaría cerca de 540 millones de euros al año.
El diario Hospodářské Noviny dijo que no está claro a cuántos bancos se referiría la propuesta del primer ministro, ya que en algunos, como en el Banco Fio Checo, no pagan dividendos y todas las ganancias se invierten nuevamente en el banco. Sin embargo argumentó que para aquellos que sí conciernen tanto la propuesta de dividendos como el impuesto progresivo tendrían un impacto similar en términos de la fuga financiera involucrada.
Los bancos checos más grandes son de propiedad extranjera. ČSOB pertenece a la KBC de Bélgica, Česka Sporitelna es parte del Grupo Erste de Austria, y Komerční Banka es propiedad mayoritaria de la Societe Generale de Francia.