Praga tendrá su primera estación de hidrógeno como combustible
El hidrógeno se está volviendo una alternativa cada vez más relevante en la propulsión de vehículos. En Praga se debería construir la primera estación de hidrógeno de los países del Grupo de Visegrád.
En la capital checa se debería empezar en un par de semanas con la construcción de la primera estación de hidrógeno de uso público en los países del Grupo de Visegrád, integrado por Polonia, Chequia, Eslovaquia y Hungría. Hay planes de edificar hasta seis u ocho estaciones de este tipo hasta 2023.
La iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio de Transportes checo en forma de un programa de subsidios.
Sin embargo, los automóviles propulsados por hidrógeno todavía no se venden en Chequia, y la razón principal es precisamente la falta de infraestructura.
Hasta ahora el nuevo combustible se ha producido sobre todo utilizando el petróleo. Mientras tanto, los líderes mundiales en desarrollo de esta propulsión, como Alemania y Japón, están orientando sus tecnologías para el uso de electrolisis. No obstante, se trata de una producción bastante costosa que requiere mucha agua.Por eso los científicos checos proponen otra tecnología de producción basada en el uso del hidrógeno residual, producto de algunas fábricas químicas, explica Michael Jeremiáš del Instituto de Física del Plasma.
“El calor desintegra la materia en componentes individuales y luego enfriándolo podemos obtener los productos finales, o sea, el hidrógeno y residuo carbónico. Se trata de optimalizar todo el proceso en lo que se refiere al coste total”.
Según sostuvo el director de la representación de Toyota en Chequia, Martin Peleška, si el Gobierno checo se centrara en este sector, podría convertirse en uno de los líderes de este mercado no solamente en Europa, sino en todo el mundo.
Entre las ventajas de esta propulsión figura que los automóviles no producen ningún material residual, ya que el hidrógeno no se quema en los motores, sino que se consume en las células de combustible.Además, los tanques de los coches se pueden rellenar en unos tres minutos.
No obstante, la cuestión de producción masiva todavía no está completamente solucionada, y otros desafíos tienen que ver por ejemplo con la seguridad de almacenamiento y transporte.