Placas en las casas como homenaje a las víctimas del comunismo
El nuevo proyecto Última Dirección recuerda a las víctimas del régimen comunista checoslovaco con placas conmemorativas situadas en la última residencia conocida, antes de ser ejecutados. La iniciativa se basa en un proyecto similar realizado en Rusia.
Ahora una placa conmemorativa recuerda a su persona en la fachada de la última casa donde vivió. Otras inscripciones honran la memoria de Karel Bacílek, Josef Macej y Slavoj Šádek, todos ejecutados por el régimen comunista checoslovaco en los procesos de los años 50. El homenaje se realiza como parte inicial del proyecto Última Dirección (Poslední adresa).
Con el lema de “Un nombre, una vida, una placa”, la iniciativa supone una prolongación de una idea surgida en Rusia. El fundador del proyecto original, el periodista ruso Sergey Parkhomenko, explica su propósito.“Este proyecto existe en Rusia ya tres años. La idea consiste en crear un monumento nacional a las víctimas de la represión política. En el caso de Rusia son millones, en Europa del este decenas o centenares de miles de personas. Presentamos estos procesos políticos como historias personales, con nombres y apellidos. Queremos recordar a cada víctima por separado”.
Cualquiera puede solicitar a la fundación Última Dirección que se cree y cuelgue una de estas placas en recuerdo de un familiar fallecido como víctima de la persecución política comunista. Para ello solo hace falta completar la solicitud correspondiente en la página web de la iniciativa.El proyecto es similar a uno que ya funciona desde hace varios años en Chequia y que recuerda a las víctimas del exterminio nazi con placas personalizadas en adoquines, también situados en la última dirección conocida de la persona en cuestión. En el caso del edificio donde vivió Veleslav Wahl se encuentra casualmente un adoquín que rememora a Josef Růžička, muerto en un campo de concentración nazi.