Nuevas bolsas de bioplásticos ayudarán a proteger el medio ambiente en Chequia
Un nuevo saco para alimentos hecho de un tejido especial de bioplásticos compostables aparecerá en el mercado checo en el mes de septiembre. A diferencia de las bolsas tradicionales de polietileno de un solo uso, los nuevos sacos podrán reutilizarse varias veces.
Los sacos de Hana Němcová y Tereza Dvořáková son compostables, se descomponen plenamente en la naturaleza, pero a la vez tienen las mismas cualidades que las bolsas tradicionales de polietileno. Al igual que otros bioplásticos, su fabricación se basa en el aprovechamiento de la celulosa de maíz. Su producción requiere un 65% menos de gastos energéticos que la de los plásticos tradicionales.
Las muchachas presentaron su producto el año pasado en la exhibición Prague Design Week y cosecharon gran éxito. Sus bolsas, destinadas en especial para frutas y verduras, se venderán bajo el nombre de Frusack. Su puesta en el mercado se hizo posible gracias a una campaña, que también posibilitó a las autoras del proyecto iniciar la fabricación en serie de su invento. Para resultar más atractivas para los clientes, los sacos serán de varios colores.
El nuevo producto se venderá en sets que contendrán entre tres y seis bolsas de varias dimensiones, siendo la más grande para 1,5 kilos de alimentos aproximadamente, y el set costará unos 18 euros. Las bolsas pueden lavarse, y sus autoras aseguran que su duración es de hasta dos años.
Para el futuro las muchachas planifican ofrecer su Frusack también en los mercados de otros países europeos y del resto del mundo. Consideran que sus bolsas son una de las alternativas para cumplir con el plan de la Comisión Europea de reducir a más tardar para 2025 la cantidad de las bolsas y sacos de plástico que se utilizan en los países comunitarios.