¡No más pan duro!
Científicos de la Universidad Técnica de Liberec desarrollaron una bolsa especial, en la que el pan y otros productos de panadería se mantienen frescos hasta nueve días.
Desarrollar una bolsa especial para conservar fresco el pan fue idea de la asociación Invala, que administra varios Talleres Protegidos, entre ellos uno de coser. La propietaria de la asociación, Klementina Gáspárová se dirigió a científicos de la Universidad Técnica de Liberec, solicitándoles ayuda en la materialización de su idea.
Al cabo de algún tiempo y de pruebas de varios materiales para encontrar el más adecuado, así como de utilizar para ello un sinnúmero de panes, los científicos llegaron a diseñar un prototipo de la “bolsa fresca”, que se asemeja a una manopla de cocina. En ella los panes perduran frescos hasta nueve días, mientras que normalmente en otros sacos endurecen y llegan a cubrirse de moho en unos dos o tres, como dijo a la Radio Checa Roman Knížek, de la Facultad textil de la Universidad Técnica de Liberec.
“Hemos recurrido a pruebas prácticas, porque no me imaginaba cómo se podía verificar algo así en un laboratorio. Desarrollamos un prototipo de la bolsa, compramos varios panes y fuimos probando cuánto tiempo aguantaba fresco. Si no daba resultado positivo, teníamos que desarrollar otro material con mejores características. Así surgieron cuatro prototipos, antes de dar con el modelo más adecuado”.
La bolsa, según Knížek, debe conservar una temperatura específica y para su elaboración fueron usados tres tipos de material. Al comienzo, el equipo de desarrolladores creyó estar ante una tarea fácil, pero, al final, resultó bastante complicada. De acuerdo con el investigador, en las pruebas se gastó una gran cantidad de panes.
“Según recuerdo, fue una cantidad bastante grande, pero no sé cuántos panes hemos gastado con exactitud. Sin embargo, si contamos que fueron cuatro prototipos de bolsa, cada uno con varias bolsas, más el prototipo ganador, pudieron haber sido utilizados en las pruebas unos 50 panes”.
Lo cierto es que la “bolsa fresca”, como lleva inscrito en uno de sus lados, surgió gracias a la cooperación con una asociación del sector privado. La propietaria de la asociación Invala, Klementina Gáspárová, recordó que, en su momento, a ella y a su equipo se les había ocurrido aprovechar su capacidad de coser para hacer sacos de pan en sus propios Talleres Protegidos. Gracias a la cooperación con la Universidad Técnica de Liberec, la idea trajo sus frutos. Gaspárová apuntó que también a ella le gusta el pan fresco, al tiempo que rechaza desperdiciar los alimentos, lo que en el caso del pan no siempre fue posible respetar.
Las primeras “bolsas frescas” llegarán al mercado checo a comienzos de diciembre de este año. Las bolsas serán de dos tamaños y actualmente se está viendo la posibilidad de que puedan ser vendidas también por las empresas de fabricación de panificados, o directamente en las panaderías.
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