La asociación ecologista Zelený kruh celebra su 35 aniversario
La asociación ecologista Zelený kruh (Círculo Verde), una de las más antiguas de su género en la República Checa, conmemora su 35 aniversario.
El movimiento ecologista independiente fue surgiendo en la entonces Checoslovaquia desde finales de los años 80 del siglo XX. Por entonces, aparecieron varias organizaciones que clamaban a favor de la protección del medio ambiente, pero que no tenían suficiente apoyo de la sociedad. Esto cambió en vísperas de la Revolución de Terciopelo, cuando las protestas contra la contaminación del aire y falta de protección de la naturaleza pasaron a ser temas recurrentes durante los reclamos masivos, como contó en entrevista para Radio Praga Internacional el fotógrafo Václav Vašků, uno de los fundadores de la asociación Zelený kruh (Círculo Verde).
“En 1989 nos conocíamos todos en el ámbito ecologista en Checoslovaquia. Todos éramos personas que no se conformaban, por ejemplo, con que el aire en Praga estuviera tan contaminado por el transporte. En ese entonces, el régimen comunista anunció que preparaba la construcción de una autopista a través de uno de los parques más bonitos de la capital checa, el Stromovka. Hubo muchas actividades en contra de ese plan y una de ellas se celebró dos días antes del estallido de la Revolución de Terciopelo. El 15 de noviembre se efectuó una manifestación frente a la Alcaldía Mayor de Praga contra ese plan, en la que participaron unas 5000 personas”.
Un grupo de amigos del movimiento ecologista acordó luego, en una cervecería, crear una asociación ecologista que juntara a las organizaciones más pequeñas y les ofreciera diversos tipos de apoyo. El segundo encuentro se efectuó a pocos días después del inicio de la Revolución de Terciopelo, el 21 de noviembre de 1989, cuando fue fundado oficialmente el Círculo Verde.
El nombre de la organización fue propuesto por otro de los fundadores, el arquitecto Ivan Plicka, quien indicó que ese nombre simbolizaba la misión de la asociación, o sea, cubrir oficialmente las actividades de todas las organizaciones ecologistas.
A la creación y posterior rápida ampliación del Círculo Verde contribuyó en gran medida el que en noviembre de ese año, en Bohemia y Moravia, hubo una gran inversión en la construcción de fábricas. El alto nivel de actividad industrial terminó generando una gran nube negra que se podía percibir en casi todo el país. En Bohemia del Norte, los habitantes tenían incluso problemas para respirar. Václav Vašků recordó aquella desagradable experiencia en una entrevista para Radio Praga Internacional.
“A mi juicio, todos llegaron a entender entonces que de esta manera no podíamos seguir. Y la ecología era algo en lo que todos coincidíamos y en lo que hemos basado nuestra resistencia contra el régimen comunista”.
Petra Kolínská encabeza el Círculo Verde desde hace unos dos años. En tiempos de la Revolución de Terciopelo y de la fundación de la asociación, apenas tenía 14 años. Su interés por los temas de ecología apareció a fines de la década de los 90, cuando terminó sus estudios. Kolínská explicó a Radio Praga Internacional cómo es la situación actual de la organización.
“Hoy en día, a 35 años de su fundación, el Círculo Verde asocia a más de 90 organizaciones ecologistas tanto grandes como pequeñas, regionales, profesionales y de voluntarios. Su fuerza radica en su capacidad de ver las cosas desde diversas perspectivas y encontrar una solución aceptable para todos. Nos ocupamos del cambio climático, pero también de muchas otras cosas, y somos capaces de unificar nuestros puntos de vista incluso en momentos cuando al comienzo adoptamos posturas adversas. Esto vale por ejemplo, en la protección de la naturaleza por un lado, y la instalación de las plantas eólicas o paneles solares por el otro”.
La directora también se refirió a las posturas del oficialismo frente a los temas ambientales e indicó que desearía que su apoyo al sector fuera mayor.
“Aprecio mucho al actual ministro del Medio Ambiente, Petr Hladík, pero simultáneamente veo y siento que para los partidos políticos, los diputados y otros miembros del gobierno, la protección del ecosistema no es uno de los asuntos prioritarios. En el siglo XXI, eso es sumamente extraño. Y me entristece también que los actores que no defienden a la ecología hayan logrado contraponer los intereses de la protección del medio ambiente a los derechos sociales, porque considero que son cosas que están en consonancia y no en contradicción”.
A las recientes conmemoraciones del 35 aniversario de la asociación ecologista Zelený kruh (Círculo verde) en Praga asistió el ministro del Medio Ambiente, Petr Hladík, quien, en entrevista a Radio Praga Internacional apreció el nivel de las relaciones de su cartera con las organizaciones ecologistas en Chequia.
“Actualmente, son más de 90 organizaciones que centran su atención en el medio ambiente, cada una en algo concreto. Algunas se dedican a la protección de la naturaleza, otras a la protección de los animales, etc. Y con cada una de ellas resolvemos cuestiones particulares y nuestra cooperación es muy buena. O sea, se trata de una cooperación diaria sobre temas concretos”.
El ministro Hladík recalcó que Chequia necesita promover activamente y de manera no ideológica el tema.
“Los checos, moravos y silesianos aman la naturaleza. Queremos seguir visitándola, queremos tener bosques sanos y agua. Queremos que a los ríos y estanques regresen los peces, cangrejos, etc., lo que vamos logrando de a poco. Lo mismo vale para la protección del aire y por ello es necesario adoptar pasos concretos, en lo que ya estamos avanzando”.
Al igual que en 1989, el año de su fundación, también ahora el Círculo Verde se empeña en contribuir sistemáticamente al restablecimiento de la armonía entre la sociedad checa y su entorno, y por participar activamente en la protección de los recursos naturales.
