Petr Zenkl, un subtitulador rápido y preciso
Hace más de cuatro décadas que Petr Zenkl se dedica a subtitular al checo películas en inglés. En esta entrevista nos cuenta algunos detalles de ese particular oficio cuya mayor dificultad es, en su opinión, tener que lidiar con la presión del reloj.
La primera película que subtituló al checo fue Soldado universal de Van Damme. Una de las últimas fue One life (Los niños de Winton en España y Lazos de vida en Hispanoamérica), sobre el acto heroico de Nicholas Winton al salvar a 669 niños checoslovacos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. En el medio, Petr Zenkl dedicó buena parte de su vida, energía y tiempo a volver comprensibles para muchos checos las películas habladas en inglés que se estrenan, regularmente, en cines y en plataformas como Netflix.
“El inglés suele ser más conciso que el checo, lo que ellos dicen en dos palabras, yo lo tengo que decir en cuatro”.
“Hice algunos trabajos para Netflix hace un par de años porque empezaron a ofrecer todo tipo de películas. Así que trabajé en una o dos películas mexicanas, que tenían subtítulos en inglés y yo hacía los subtítulos al checo. También con películas inglesas y, con una mano en el corazón, las traducciones al inglés de Netflix no siempre son buenas. Por ejemplo, algunas personas que hablan japonés me dijeron que, en el caso del anime, los subtítulos en inglés son muy distintos del original, como que realmente hay grandes diferencias”.
Petr Zenkl es, en efecto, uno de los subtituladores checos más activos de las últimas décadas y, por lo tanto, resulta bastante impresionante pensar la cantidad de películas que ha visto hasta el momento. Como sucede en tantos órdenes de la vida, la tecnología ha modificado en muchos aspectos su trabajo y cuenta que, en ese sentido, internet ayuda a despejar algunas inquietudes puntuales, aunque tampoco es infalible. Por otro lado, confirma en forma categórica la sensación de muchos espectadores respecto a que, a veces, los subtítulos reducen considerablemente el texto original.
“Como, por un lado, en algunas expresiones el inglés suele ser más conciso que el checo, lo que ellos dicen en dos palabras, yo lo tengo que decir en cuatro. Y hay un tema con el tiempo porque todo el tiempo se cuentan las letras que voy poniendo por segundo o fracción de segundo. Entonces, a veces, pueden decirme: ‘mira, ya has excedido lo que una persona es capaz de leer, reduce un poco’. Y yo a veces tengo que responder que no es posible. Si me paso por cuatro o cinco letras no hay problema, pero tampoco puedo extenderme demasiado. Muchas veces hay problemas con ese tipo de simplificación”.
Sobre gustos hay subtítulos
Tal como puede sucederles a los traductores literarios, quienes se encargan de subtitular series y películas también suelen disfrutar un poco más su trabajo con un género, tema o película que les guste mucho. En su caso personal, Petr Zenkl reconoce que su extensa trayectoria le permite algunos privilegios como elegir ciertas películas que él sabe de antemano que le van a interesar. O, como ya lo conocen muy bien en el ambiente, también puede pasar que le encarguen films de sus géneros favoritos: películas de acción, terror, ciencia ficción y superhéroes.
“A veces me dan cosas distintas, como algunas películas de terror, incluso si tienen cierta temática religiosa, porque es probable que yo sea el único católico practicante entre los subtituladores. Por eso subtitulé, por ejemplo, La pasión de Cristo, de Mel Gibson. Elijo aquellas películas que disfruto subtitular y, en esos casos, siempre miro primero toda la película para poder absorberla de alguna manera, y recién después empiezo a escribir. Hay momentos en que se genera cierta sintonía y entonces escucho lo que dicen los personajes y es como que siento que yo mismo los estoy escribiendo, eso está muy bien”.
En contraste, dice que lo que más sufre hacer y, por eso mismo casi nunca hace, son subtítulos de películas musicales, un género que no le gusta para nada. Pero ese no es el único problema: como no disfruta ni entiende la poesía, asegura que tener que ponerse a traducir la letra de una canción significa para él casi una tortura.
Reloj, no marques las horas
Si bien disfruta de su trabajo y le encuentra innumerables beneficios, no niega Petr Zenkl que se trata de un oficio estresante. En primer término porque, a veces, implica un caudal de trabajo bastante irregular y, sobre todo, porque obliga a los traductores a correr contra reloj, teniendo que lidiar muchas veces con la presión de las agujas del tiempo que se ciernen sobre ellos como una verdadera espada de Damocles.
“Creo que lo más difícil de este trabajo es la presión del tiempo. Yo lo comparo, por ejemplo, con las traducciones que hice de cómics de Batman y la verdad es que sueles tener mucho tiempo para eso, pero para hacer los subtítulos de una película solo te dan una semana o catorce días. A veces puedes tenerlo en un día, pero a veces te encuentras con una película más difícil. Incluso si la entiendo y disfruto, por ejemplo, al subtitular una película de guerra, siempre tengo que consultar determinadas expresiones con alguien”.
“Muchas veces sucede que quizás traduces cosas complejas de forma genial y luego se te escapa algo completamente simple”.
Agrega Petr Zenkl que él suele tardar entre tres y cuatro días en subtitular una película de dos horas y media, una duración que, con el correr de los años, se ha vuelto cada vez más frecuente. Sin embargo, aclara que siempre es mejor contar con un poco más de tiempo para poder darse el lujo de dejar reposar el texto y volver a verlo después, un proceso ideal que, entre otras cosas, permite detectar erratas casi absurdas que, tal como él mismo cuenta, suelen ser las que más bronca provocan.
“Muchas veces sucede que quizás traduces cosas complejas de forma genial y luego se te escapa algo completamente simple. Eso me pasó también con el doblaje de una película de guerra, en una descripción había algo que era ‘negro’ y yo puse ‘blanco’, lo cual es una tontería. Pero como los editores no sabían inglés lamentablemente lo dejaron así”.
Petr Zenkl comenzó a trabajar subtitulando películas en el año 1992 cuando, luego de la Revolución de Terciopelo, empezaron a llegar al país avalanchas de películas extranjeras y, por ese entonces, no eran tantos como hoy los que estaban en condiciones de entender el inglés y subtitular, por ejemplo, las películas de Hollywood, al checo. Hoy, por el contrario, la globalización modificó de una forma rotunda las reglas del mercado, a tal punto que, a veces, los responsables de controlar su trabajo no siempre saben checo y, por lo tanto, no están en condiciones de advertir sus eventuales errores o, peor aún, pretenden corregir lo que está correcto.
“Desafortunadamente, muchas veces ese segundo control lo realizan personas que no saben checo y que simplemente lo aprueban. Son angloparlantes que hacen justamente eso, por ejemplo si el personaje se llama John y, alguien se dirige a él, yo escribo en checo ‘Johne’, en caso vocativo, ellos me corrigen poniendo ‘John’ en lugar de ‘Johne’. Entonces yo me pongo a explicar de una forma complicada las declinaciones checas. Para poder explicarlas mejor ya estoy aprendiendo los nombres en latín de los casos checos”.
Más allá de esos contratiempos, Petr Zenkl prefiere quedarse más bien con otro tipo de coincidencias un poco más felices. Por ejemplo, el hecho de haber nacido el 27 de marzo, es decir, exactamente el mismo día que Quentin Tarantino, uno de sus directores más admirados y de quien, como no podía ser de otra forma, también subtituló al checo muchas de sus películas.