Los primeros bebés dejados en el “babybox” ya son mayores de edad
El primer babybox, el espacio en el que se pueden dejar de forma anónima los recién nacidos, fue inaugurado en Praga hace más de 18 años. Hoy en día, existen casi 90 babybox en Chequia, en los que unos 260 niños comenzaron una nueva vida.
“Mi deseo no es que los niños terminen en un babybox. Mi deseo es que no se los encuentre muertos en los contenedores”, dijo en su momento el fundador de los babybox, Ludvík Hess, a la Radio Checa. Desde 2005, los babybox funcionan en Chequia gracias a donantes para todos los padres que por cualquier motivo no pueden cuidar de sus hijos y puedan dejarlos de forma anónima en este espacio acondicionado.
“Al apretar el botón verde, se abren automáticamente las puertecillas del babybox. A los 15 segundos de colocar al niño, se cierran solas”, según aparece escrito en checo, inglés y ruso en el babybox. Qué es lo que pasa después, lo describió para la Radio Checa su fabricante, Zdeněk Juřica.
“Dentro hay una cavidad. Si se pone ahí un peso, se enciende la señal principal. El aviso llega a un ordenador que, por lo general, se encuentra en una unidad de cuidados intensivos infantiles y el personal inmediatamente reacciona”.
En verano, el babybox tiene aire acondicionado y en invierno calefacción. También tiene una cámara. El personal de enfermería atiende al bebé en cuestión de minutos, no obstante, el sistema cuenta con una pequeña demora para que los padres biológicos puedan irse sin encontrarse con los enfermeros.
Los médicos registran al bebé, le hacen una revisión médica, se le otorga la nacionalidad checa y Ludvík Hess inventa un nombre provisional que, posteriormente, pueden cambiar los padres adoptivos. Con muchos de ellos conversó la periodista de la Radio Checa Veronika Hlaváčová.
“Hoy en día, la adopción ya no se oculta. Los tiempos han cambiado, antes había familias que ocultaban a sus hijos que eran adoptados y hasta se mudaron de una ciudad a otra para que la madre no tuviera que enfrentarse a preguntas como, por ejemplo, por qué no se le veía el embarazo. Hoy es distinto. Cuando la gente pide la adopción, en las conversaciones con los expertos aprende que hay que decirle al niño que tiene otros padres biológicos cuánto antes. Desde 2012, existe una ley que dice que los padres adoptivos tienen que darle esa información al niño antes de que empiece a ir a la escuela”.
Prosigue Hlaváčová que en sus reportajes se encontró incluso con un niño de tres años que ya conocía la palabra “babybox” y lo mira en fotos, sabe que estuvo en el vientre de otra madre y que lo llevaron en una ambulancia al hospital y le buscaron unos padres nuevos. Dice Hlaváčová que también existen cuentos de hadas terapéuticos: la historia del bebé que navega en una cesta por el río o cómo el famoso personaje animado checo del Topito salva a la cría de un águila, la cuida y la enseña a volar. Y así habló para Veronika Hlaváčová, por ejemplo, Dominika, hoy de 13 años, que nació con el síndrome de alcoholismo fetal pero que consiguió superarlo y quien no se deja desconcertar por haber sido uno de los niños dejados en un babybox.
“Me alegro de que estos problemas ya se me hayan pasado. El cordón umbilical lo tenía atado con un cordoncito. Me imagino que el parto no ocurrió en un hospital. Tuvo que ser, por ejemplo, en la calle”.
El primer bebé fue dejado en el babybox del barrio de Hloubětín, en Praga, el 17 de febrero de 2006. Su madre puso junto a la niña una carta que decía: “Estimado doctor, se me rompe el corazón pero veo que no puedo con esto”. Actualmente, la bebé ya es una mujer mayor de edad y otros cinco niños de babybox cumplen 18 años en 2024.
Durante su existencia, en los babybox fueron dejados 262 niños, el mayor número se registró en Praga y Brno, seguidos por Pardubice. El último babybox, el número 88, se abrió este año junto al hospital de maternidad de Podolí, en Praga.
En la República Checa, las mujeres que quieren dar a luz en un hospital y mandar al niño en adopción pueden solicitar también el llamado “parto anónimo oculto”, pero tienen que tener residencia permanente en el país y ser solteras o no recientemente divorciadas.
Los padres en una situación difícil pueden dirigirse las 24 horas del día a la línea telefónica del Departamento del Trabajo Social y Protección de los Menores para consultar su situación antes de decidir dejar a su bebé en un babybox.