Antidepresivos de hongos alucinógenos, una alternativa cada vez más próxima
Pacientes con resistencia a los antidepresivos podrían encontrar pronto una solución en nuevos fármacos que se estudian en Chequia basados en la psilocibina, una sustancia de efecto psicodélico procedente de hongos alucinógenos.
El Instituto Nacional de Salud Mental de la República Checa va a realizar pruebas clínicas en voluntarios sobre los efectos de la psilocibina, una sustancia psicodélica extraída de hongos alucinógenos.
El director del centro de investigación de la institución, el psiquiatra Jiří Horáček, contó a la Radio Checa sus ventajas.
“Los psicodélicos parecen tener dos beneficios principales. El primero es que podría funcionar en pacientes en quienes el tratamiento antidepresivo estándar no funciona, lo que representa entre el 30% y el 40% de los pacientes. La segunda ventaja es que el efecto es muy rápido, ya que comienza básicamente al día siguiente”.
El centro de investigación ya está buscando voluntarios para las pruebas clínicas: mayores de 18 años en quienes no hayan funcionado los tratamientos habituales contra la depresión. Los expertos creen que esta sustancia podría resultar la alternativa que necesitan, ya que, explica Horáček, puede desconectar temporalmente las redes neuronales del cerebro responsables de que se prolongue a largo plazo la depresión o la ansiedad. En respuesta a la psilocibina, los receptores de serotonina del cerebro provocan numerosos cambios neurobiológicos, dice el experto.
Dados los beneficios y la rapidez que se le supone a la sustancia, si se demostrase su eficacia en las pruebas, no serán solo los pacientes con resistencia a los fármacos actuales quienes los usen de tratamiento. Pero en la fase de pruebas, el proceso transcurre habitualmente así, asegura el psiquiatra.
“En la mayor parte de terapias nuevas, especialmente con los antidepresivos, primero se prueban en pacientes con resistencia. Porque hay una alta probabilidad de que si funciona en pacientes resistentes, también lo hará en los que no lo son”.
Por fortuna, dice Horáček, los efectos de la psilocibina no están siendo investigados únicamente en la República Checa, sino también en Estados Unidos y otros países de la Unión Europea, donde ya está en proceso de aprobación por las agencias del medicamento correspondientes. Sin embargo, sí hay investigaciones que se están llevando a cabo solo en Chequia.
“Los estudios que se están llevando a cabo en el Instituto Nacional de Salud Mental son únicos porque comparan la psilocibina con la ketamina, que es otra sustancia de potencial psicodélico. Lo que investigamos es cuál de los dos psicodélicos es más efectivo en cada tipo de paciente”.
Según Horáček, se conocen desde hace décadas los efectos de la sustancia, pero por motivos políticos se perdió un tiempo precioso.
“Ya en los 60 había evidencias de los efectos de la psilocibina, pero debido a la configuración política de entonces, principalmente en Estados Unidos en relación con los hippies y el movimiento contra la guerra de Vietnam, todas las sustancias alucinógenas, incluida la psilocibina, fueron incluidas en la lista negra de las sustancias más estrictamente controladas. Fue una decisión política, no científica. Así, después del año 2000, se retomó la investigación de entonces. Los estudios más nuevos tienen supuestos metodológicos mucho mejores y su valor probatorio es incomparablemente mayor que en los 60. Pero sí que había señales de que deberían funcionar”.
Civilizaciones de todo el mundo han utilizado hongos alucinógenos desde hace milenios, como han demostrado hallazgos arqueológicos, convirtiéndolos en la droga más antigua de la que se tiene constancia. En México es precisamente donde se encuentra la mayor parte de especies, más de 50, una cuarta parte del total de las que hay en todo el planeta. Aquella sustancia tan bien conocida por los pueblos precolombinos, siglos después podría ayudar a curar uno de los grandes males de las sociedades modernas.