Cada vez más jóvenes checos cobran la pensión de invalidez por enfermedades mentales

En la República Checa hay cada vez más jóvenes que cobran una pensión de invalidez por padecer alguna enfermedad mental. La mala situación empeora por la escasez de psicólogos infantiles.

Más de 1300 personas menores de 19 años recibieron en 2023 una pensión de invalidez, según se desprende de un sondeo de la Radio Checa y la compañía PAQ Research. La razón principal por la que los jóvenes dejaban de estudiar o trabajar se debía a las depresiones y trastornos de ansiedad.

De acuerdo con los expertos, una de las causas es la mala accesibilidad a los tratamientos que, muchas veces, llega demasiado tarde, según confirmó para la Radio Checa Matěj Kučera, del Instituto Nacional de Salud Mental.

“Cuando los padres trabajan con los niños, es más o menos igual de efectivo que cuando un terapeuta trabaja con ellos”.
Marie Polášková

“Hay muy pocos psiquiatras infantiles y personas que podrían brindar ayuda profesional. Por eso, es muy importante la prevención, es decir, que el entorno, los padres, los profesores de las escuelas deberían percatarse a tiempo de que algo no está bien con cierta persona”.

Lo mismo sostiene la Asociación de Psiquiatría Infantil y Juvenil que sostuvo que si la intervención llegaba a tiempo y de forma compleja, se reduciría considerablemente el riesgo de que las personas jóvenes llegaran a padecer una enfermedad grave que las convierta en minusválidas.

Por eso, el Instituto Nacional de la Salud Mental comenzó un proyecto en el que se enseña a los padres a “sustituir” hasta cierto punto el papel de los psicólogos. Una de las promotoras de este procedimiento es Marie Polášková quien descubrió esa posibilidad durante su estancia laboral en Reino Unido.

Foto ilustrativa: Grace Madeline,  Unsplash

“A mí me gustó mucho la idea porque, como todos sabemos, en Chequia no tenemos suficientes psicólogos infantiles. Cuando los padres buscan ayuda de los psicólogos, tienen que esperar entre seis y nueve meses. Así que, cuando volví de Oxford, pensé que sería muy bueno traer este concepto a Chequia y empezar a enfocarnos más en los padres”.

Los expertos advierten que los padres juegan un papel crucial en la vida de sus hijos puesto que están con ellos cada día y los conocen mejor que nadie. Por eso, si prestan atención, se pueden dar cuenta muy rápido de algún cambio que se haya producido. Entre los síntomas más frecuentes de alguna enfermedad mental figuran: trastornos de sueño, nerviosismo, ansiedad, falta de apetito o alimentación excesiva, escasez de energía, apatía, etcétera. De acuerdo con los datos, prosigue Polášková, la intervención de los padres puede ser igual de efectiva que la de un médico.

“En Oxford aprendí que los padres pueden jugar un papel muy importante en la salud mental de los niños. En el grupo de expertos en el que yo estaba nos enfocábamos en cómo los padres pueden ayudar a sus hijos. Este concepto en Chequia no existe. Nosotros aquí no trabajamos con los padres sino directamente con los niños que tienen algún problema. No obstante, las investigaciones confirman que cuando los padres trabajan con los niños, es más o menos igual de efectivo que cuando un terapeuta trabaja con ellos”.

Añade Polášková que en la práctica se encontró con muchos padres que querían ayudar a sus hijos, pero no lo hicieron por temor a causar daños mayores. Polášková anima en este sentido y subraya que, si los padres se dejan guiar por el amor hacia sus hijos, no causarán daño alguno. Lo importante es tener paciencia, ofrecer un espacio seguro para hablar, pensar y buscar soluciones y también evitar la relativización del problema del niño desde el punto de vista de una persona adulta, una cosa que es muy frecuente y no debería darse.

Autores: Michaela Sladká , Petr Král , Martina Kutková
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