Rusalka, una joya de la ópera con interpretaciones raras
La ninfa del agua Rusalka convertida en prostituta o encerrada en un sótano por un pervertido. La ópera de Dvořák aparece regularmente en los escenarios de todo el mundo. Sin embargo, a veces, en escenificaciones muy extrañas.
El estreno de la ópera romántica de Antonín Dvořák, con libreto de Jaroslav Kvapil, tuvo lugar en el Teatro Nacional el 31 de marzo de 1901. La protagonizaron los mejores solistas de la época, incluida Růžena Maturová. A partir de ahí, la obra fue puesta en escena en numerosos teatros de ópera mundiales. Gustav Mahler, director de la Ópera de Viena, se interesó por la obra ya en la época de su surgimiento. Gracias a él, en Austria se pudo ver ya en el año 1910. La Ópera Estatal de Viena la puso en escena en 1987.
La Ópera Metropolitana de Nueva York estrenó la obra el 11 de noviembre de 1993. En 2014, el papel de Rusalka lo protagonizó allí la renombrada diva estadounidense Renée Fleming bajo la batuta del director autriaco Otto Schenk.
La Scala de Milán estrenó Rusalka el pasado mes de junio. La obra romántica, que une los personajes de cuentos de hadas con los de la vida real, ha sido dirigida también por Emma Dante y Tomáš Hanus.
Rusalka como una prostituta
La ópera Rusalka llegó también a Ámsterdam, donde tenía que haber sido estrenada bajo la batuta de Jakub Hrůša ya en mayo de 2020, pero debido a la pandemia del COVID, la representación tuvo que ser postergada. La puesta en escena se realizó finalmente más tarde, pero sin nada que ver con la lírica de Dvořák y Kvapil. En esta interpretación, Rusalka es una prostituta joven e ingenua cuyos días terminan por una sobredosis de cocaína.
No fue la primera vez que aparecieron en Europa escenificaciones extrañas de Rusalka. Otras versiones chocantes fueron creadas en el pasado por directores como Stefan Herheim, Jossi Wieler, Sergio Morabito o Martin Kušej.
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