La ópera Rusalka de Dvořák se estrenó hace 120 años

Kristine Opolais en el papel de Rusalka

La ópera checa más popular, Rusalka, de Antonín Dvořák, se estrenó hace 120 años. La obra romántica con motivos de cuentos de hadas pasó a formar parte permanente del repertorio de los teatros musicales mundiales. Se trata de una obra cumbre de Dvořák junto a la Sinfonía del Nuevo Mundo, las Danzas Eslavas y el Concierto para violonchelo en si menor.

Antonín Dvořák  (1870),  foto: free domain

A un amante de la música extranjero le puede parecer que Dvořák escribió una sola ópera. Pero, de hecho, Dvořák compuso en total once. Los teatros checos habitualmente incluyen en su repertorio, además de Rusalka, también las piezas El jacobino y El diablo y Catalina. No obstante, en el mundo se impuso solo Rusalka. Según datos de la clasificación de Operabase, esta obra ocupa la posición 32 en cuanto a la frecuencia con la que la interpretan las óperas mundiales. Al tomar en cuenta que sólo los mayores creadores de hits de la ópera, como Verdi, Puccini y Mozart, escribieron varias decenas de óperas, se trata de un resultado considerable.

Es paradójico que la ópera checa más interpretada en el mundo no posea el mismo título en su patria. Los checos quieren mucho a Rusalka, pero aún más les gusta La novia vendida de Smetana.

Rusalka es una obra musical romántica, lírica y emocional. Es una historia de cuento de hadas sobre un amor que termina mal. El hada Rusalka se enamora de un príncipe. Por convertirse en mujer paga un alto precio, pierde su voz. El amor con el príncipe termina demasiado pronto, ya que él se enamora de otra mujer. Cuando más tarde quiere volver con el hada, ya es tarde y el príncipe se muere.

Los directores actuales no interpretan Rusalka como un cuento de hadas, sino como un drama con subtexto erótico sobre un amor desgraciado. Rusalka ya ha sido presentada por ejemplo como una prostituta que no baila en el bosque, sino busca clientes en un apartadero de autopista. Rusalka fue puesta en escena la última vez en 2020 en Madrid, donde la historia se desarrolló en un teatro en el que la protagonista se convirtió en una bailarina lesionada. Los espectadores conservadores checos que suelen frecuentar la ópera con sus hijos no están del todo preparados para estos experimentos. Los teatros checos suelen presentar una escenificación tradicional y Rusalka suele ser un romántica hada acuática.

La ópera checa más escenificada y más grabada incluye, por supuesto, también el aria checa más conocida: la Canción de la Luna del primer acto. El hada pide a la Luna, que lo puede ver todo, que le diga al príncipe que el hada lo quiere y lo está esperando. Esta aria lírica la incluyen en su repertorio las sopranos más renombradas del mundo, desde Anna Netrebko hasta Renée Fleming. Nosotros se la ofrecemos en la interpretación de Gabriela Beňačková.

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