La dependencia de alimentos importados sigue siendo un problema para el mercado checo
La dependencia de alimentos importados sigue siendo un problema para el mercado checo, aunque los precios de los alimentos han comenzado a estabilizarse.
Los precios elevados de la comida en la República Checa han obligado a muchos de sus habitantes a realizar sus compras en países vecinos como Polonia y Alemania. Como reacción a las altas ganancias de las compañías agrícolas, el primer ministro Petr Fiala dijo que está contento de ver una estabilización en los costes de los productos básicos como la leche, el azúcar y la mantequilla. No obstante, la dependencia de productos importados hace imposible el control de los precios de alimentos por la falta de competencia doméstica. Dana Večeřová, presidenta de la Cámara de Agricultura y Alimentación Checa, comentó que ahora se observa estabilidad en comparación con el año pasado.
“El aumento de los precios se ha frenado. El año pasado enfrentamos una grave crisis de precios poco después del inicio de la guerra en Ucrania. Los costes de la energía, el gas y la electricidad subieron drásticamente. Dependiendo del tipo del producto, los precios de producción subieron entre un 40% y un 80%. Los precios de los materiales agrícolas, utilizados para el procesamiento y empacamiento, también se incrementaron. Desafortunadamente, la República Checa sigue teniendo los costes de la energía más altos en toda Europa, lo que influye también los precios en el sector de la agricultura y la alimentación”.
Dana Večeřová señaló que los precios de los productos lácteos, por ejemplo, han comenzado a bajar. La leche, como ella explicó, alzanzó 54 céntimos de euro por un litro en diciembre del año pasado, mientras que ahora un litro cuesta 42 céntimos de euro. La presidenta añadió que es posible que los cereales también bajen de precio. Sin embargo, la situación se complica en los productos y sectores donde Chequia no es autosuficiente. Tal es el caso con la carne de cerdo donde la República Checa depende del mercado alemán. Además Dana Večeřová advirtió que el país debe tener cuidado con los alimentos importados.
“El mayor riesgo es el coste. Si no hay competencia doméstica, las cadenas minoristas definirán los precios. Por ejemplo, esto está presente con las frutas y verduras. Los pimientos de una compañía española están dos veces más baratos en Austria que en Chequia. Esto sucede a causa de las decisiones de las cadenas minoristas y el gobierno debería concentrar sus esfuerzos en el apoyo al sector de frutas y verduras, así como al de la ganadería porcina.”
Dana Večeřová contó que es difícil determinar las razones concretas de esta falta de independencia en algunos sectores alimenticios en la República Checa. Destacó que a los jóvenes ya no les interesa tanto la agricultura porque requiere trabajo muy duro. Aunque Chequia ha sido uno de los mayores productores de frutas y verduras durante 30 años, algunas compañías han dado pasos atrás últimamente. A pesar de esto, la presidenta de la Cámara no cree que haya necesidad de regulaciones, pero lamenta que el gobierno checo no haya hecho nada para los agricultores.
“Por ejemplo, en Polonia más de 300 productos alimenticios tienen un IVA cero y nosotros tenemos un 15% de IVA. La segunda razón por la cual la comida está más barata en Polonia, se debe a precios más bajos de la electricidad. Ellos pagan un tercio de nuestro precio, lo que significa que su coste de producción es más reducido, por lo tanto, su comida cuesta menos.”
Mientras tanto, los meses siguientes mostrarán si esta disminución continuará o es sólo “un soplo de aire fresco” para los ciudadanos de la República Checa.