Dos cuentos de hadas checos en Wimbledon
La checa Markéta Vondroušová causó sensación sobre la hierba de Londres al hacerse con una contundente victoria en un Grand Slam en el que nadie podía contar con ella. Pero, además, en el dobles femenino, Barbora Strýcová puso el broche a su carrera profesional con otra victoria inesperada en un torneo de Wimbledon que pasará a la historia.
La de 2023 ha sido una edición muy especial no solo por la victoria de Carlos Alcaraz sobre Novak Djokovic, que pareció poner una fecha exacta para los anales del cambio de guardia entre la generación de los tres grandes, la del propio serbio, el mallorquín Rafael Nadal y el suizo Roger Federer, para dar paso a una nueva en la que, por el momento solo se ve a un auténtico titán, que es justamente Alcaraz.
Pero el fin de semana en el All-England Club de Londres ya comenzó de forma tremendamente emotiva cuando el sábado Markéta Vondroušová se hacía con la famosa ensaladera totalmente por sorpresa. No es solo que la tunecina Ons Jabeur fuera la gran favorita, sino que la checa, que hasta este lunes ocupaba la plaza 42 del ranking WTA, no contaba en absoluto para nadie para colarse en cuartos o semifinales del torneo. Ni siquiera en su cabeza existía de lejos la posibilidad de ganarlo, dijo a la Radio Checa.
“Tengo que decir que nunca hubiera pensado que tendría la oportunidad de ganar aquí, ni la forma que he mostrado y, además, no tenía buenos cruces. Así que por todo esto ha sido aún más increíble. Es muy gracioso que llegué aquí pensando en que quizá jugaría solo primera ronda y ahora está sucediendo todo esto y es genial ver cómo todos lo están disfrutando”.
Vondroušová hizo historia en Wimbledon al convertirse en la primera tenista que sin ser cabeza de serie, esto es, una de las 32 mejores clasificadas del torneo, se alza con el triunfo final.
Y lo hizo de forma incontestable, imponiéndose con superioridad en dos sets por 6:4 y 6:4 a Jabeur, ahora número seis del mundo y finalista también el año pasado. La tunecina dijo tras el partido que había sido la derrota más dura de su vida.
Para Vondroušová, sin embargo, más dulce es aún la victoria por la cantidad de lesiones que ha tenido que superar con solo 24 años. El Wimbledon del año pasado, por ejemplo, no pudo jugarlo por una lesión de muñeca que la dejó viendo el torneo en casa con una escayola en el brazo. También esos momentos duros la han conducido a la victoria, dice.
“En los últimos años realmente he madurado mucho con las operaciones. Después de eso ya te alegras solo de poder estar en la pista jugando. Es realmente algo extremadamente desagradable estar en casa con un yeso y mirar los torneos por televisión. A mí el tenis me gusta mucho, pero era terrible, no podía verlo”.
Si Vondroušová volviera a sorprender este año en algún torneo, ya difícilmente podría hacerlo sin ser cabeza de serie, ya que su victoria del sábado la aúpa desde este lunes como la décima mejor tenista del mundo.
“No podría pedir un mejor final”
Y de la carrera de una joven tenista que ahora podría haber tomado un impulso definitivo, a otra carrera que acaba por todo lo alto. Barbora Strýcová, de 37 años, anunció con antelación que este sería su último Wimbledon. Junto a su compañera de dobles, la taiwanesa Su-Wei Hsieh saltó más tarde de lo esperado este domingo a la hierba de la pista central del All-England Club, ya que la final entre Alcaraz y Djokovic se alargó hasta las casi 5 horas y solo después podía empezar la del dobles femenino. La pareja, que ya había vencido el torneo en 2019, llegó a Londres con la idea de hacer una buena actuación y un tenis bonito como despedida. Pero lo que tampoco imaginaban es que terminarían triunfando. En dos sets, por 5:7 y 4:6, se imponían a Elise Mertens y Storm Sanders y la emoción se disparaba de nuevo en Londres, contó Strýcová a la Radio Checa.
“Al principio no me lo podía creer en absoluto, y luego solo podía celebrarlo. Durante la entrevista no quería echarme a llorar del todo, así que me concentré para poder hablar. Todavía no puedo creerlo, me parece que no es real. Pero sucedió, mucha gente me ha pellizcado para que me lo crea. Y estoy extremadamente feliz, porque el viaje hasta aquí fue largo y difícil y la recompensa es increíble”.
A Barbora Strýcová le costó, pero realmente pudo contener a duras penas las lágrimas en la entrevista tras el partido cuando se le preguntó si de verdad no quería pensarse mejor eso de la retirada después de la victoria.
Pero no, no cambia de opinión la checa, que, de hecho, lo que más valora es dejar el tenis profesional de esta forma, saboreando la victoria más hermosa. “No podría pedir un mejor final”, dijo.