Magiclab, magos en efectos visuales que convierten las películas de Guy Ritchie en lo que son
El estudio praguense de postproducción Magiclab terminó este año la cuarta película del famoso director británico Guy Ritchie. En entrevista para Radio Praga Internacional, el fundador y jefe de la empresa, Michal Křeček, ofreció más detalles sobre su labor, en cierto modo escondida entre los bastidores de la industria cinematográfica.
A comienzos del presente año llegó a los cines checos la nueva película de Guy Ritchie titulada Operación Fortune: el gran engaño que muestra estrellas como Jason Statham, Josh Hartnett o Hugh Grant. La superproducción de Miramax contó con la participación del equipo checo de Magiclab, un estudio de postproducción que se encargó desde el barrio praguense de Nusle de los efectos visuales.
“La primera sección grande que tuvimos que realizar fue un yate superlujoso de Hugh Grant al que se dirigen nuestros héroes. El yate nunca existió. Guy Ritchie nos dio algunas fotos de referencia cómo se lo imaginaba. El yate entero está creado en 3D”.
Añade Křeček que la cubierta del yate se construyó en un estudio de Turquía y que lo rodeaba solo una pantalla azul. Por lo tanto, el equipo de Magiclab tuvo que agregar todos los fondos en 3D, es decir, una bahía con el mar en el que se reflejaba el cielo, una ciudad detrás que recorrían coches, cuyos reflectores también tenían que reflejarse en el agua.
La mayoría de los efectos especiales, sin embargo, se debía a la gran cantidad de escenas de acción, prosigue Křeček.
“Es Guy Ritchie, así que había allí una cantidad enorme de tiroteos. A nuestro héroe en un Mustang lo persiguen unos mafiosos malos en un Jeep y destrozan el coche a tiros. El coche es antibalas, pero quedan agujeros así que nosotros tuvimos que trazar estos agujeros en una serie de tomas que termina con una explosión del Jeep al que disparan desde un helicóptero un misil que nosotros añadimos”.
El primero fue Aladdín
La película Operación Fortune fue la cuarta colaboración entre Guy Ritchie y el equipo de Magiclab. Cuenta Křeček que la primera vez que llegó a trabajar con el director ocurrió en 2019 gracias a la película Aladdín, protagonizada por Will Smith. Además de ser la primera colaboración con Ritchie, también fue el primer encuentro con Disney.
“Al comienzo persiguen a nuestro héroe por la ciudad. Él salta por encima de las casas. Eso fue la mayor parte que hicimos. También añadíamos cielos en el fondo. Tuvimos que hacer retoques porque detrás había grúas y del protagonista salían alambres porque estaba colgado. Eso requería mucho trabajo”.
Después de Aladdín vino la película The Gentlemen. Explica Křeček que en este caso a los creadores de la película les faltaba tiempo y tampoco estaban muy contentos con la postproducción que tenían. A Magiclab le encargaron una labor bastante diminuta, pero que terminó siendo muy importante para la futura alianza.
“Ahí agregamos una etiqueta a la cerveza. El protagonista está sentado en una taberna y se bebe una cerveza. Y como Guy Ritchie tiene su propia marca y fabrica su cerveza, nosotros agregábamos las etiquetas. Así surgió una cooperación más estrecha, gracias a este detalle”.
Confiesa Křeček que la tercera película en la que colaboró con Ritchie pertenece a sus favoritas. Despierta la furia, como se le conoce en España, o Justicia implacable en Latinoamérica le llevó al equipo de Křeček entre 6 y 9 meses y, además de ser otro encargo prestigioso, significó la salvación para el estudio praguense durante los tiempos del COVID.
“Nos ayudó en el período del COVID porque era el mayor proyecto que tuvimos entonces. Me acuerdo de aquella semana cuando nos cancelaron cinco proyectos principales que teníamos que grabar y nos quedó solo Wrath of Men porque ya estaba grabado y montado, así que con el comienzo del COVID nosotros arrancamos esta producción”.
El éxito como combinación de suerte y méritos
Explica Křeček que el primer gran encargo de su empresa, la película Aladdín, fue mérito de una compañera suya, Kamila Ostrá, que tenía un contracto en Londres, donde residía el supervisor de la película y el supervisor de efectos visuales que repartían el trabajo. Magiclab consiguió captar su atención con sus showreel, las oportunidades siguientes ya fueron pleno mérito del propio estudio.
“Nuestra ventaja es que estamos en Praga y el precio aquí es menor que el de Londres, EE.UU. o Canadá donde tienen su sede las mayores empresas que son nuestra competencia. Somos más baratos pero capaces de proveer la calidad adecuada. Ellos nos descubrieron y encontraron un socio fiable, de calidad y más barato”.
Además de las superproducciones, la cartera de Magiclab también cuenta con películas artísticas e independientes como, por ejemplo, las películas checas Il Boemo y Kaprkód o la película de Islandia Beautiful Beings. Subraya Křeček que su empresa intenta llenar el plan de producción no solo con películas que generan dinero, sino también con largometrajes que le emocionan.
“Al mismo tiempo nos esforzamos por hacer películas de arte independientes porque somos empresa de postproducción que hace también correcciones de color y es capaz de hacer la película entera, no solo la parte de los efectos visuales. Así que intentamos llenar nuestro plan de producción no solo con películas que nos traen dinero, sino también con películas que nos gustan y tienen un potencial para los festivales. Es bonito trabajar en estas películas y apoyar la cinematografía”.
Opina Křeček que entre este tipo de películas consiguió el mayor éxito el largometraje iraní A Man of Integrity que en 2017 ganó la segunda competición más importante de Cannes, el Premio Un certain regard. Recuerda Křeček que asistir a este evento fue uno de los grandes momentos de su vida.
¿Qué traerá 2023?
Debido a las leyes cinematográficas, Křeček advirtió que no podía compartir ninguna información sobre las películas que están por venir. Sin embargo, nombró al menos un largometraje hecho en su estudio que se podrá ver este verano.
“No puedo hablar sobre los proyectos. Lo que puedo decir es que acabamos de terminar la película Argylle. Es una de las mayores películas de Apple TV que se estrenará este verano. Eso sí lo puedo decir”.
Entre las actividades de Magiclab en 2023 destaca el hecho de abrir una filial en Varsovia. La ventaja de la capital polaca, explica Křeček, es que está cerca, también desde el punto de vista lingüístico y cultural, y a diferencia de la República Checa cuenta con una filial de Netflix con el que Magiclab colabora a largo plazo, sobre todo en lo que se refiere a series.
Otra filial de Magiclab surge en Bratislava y Křeček planea abrir oficinas en muchos más lugares. ¿Y qué es lo que se necesita para poder trabajar en una empresa así?
“Necesitamos tener personas dotadas artísticamente y que tengan talento, pero al mismo tiempo tienen que ser muy inteligentes para que sean capaces de trabajar en las aplicaciones. El trabajo, por una parte, es una labor plástica y, por otra parte, es un poco programación. Al mismo tiempo necesitamos gente con experiencia porque esto no se aprende en dos meses”.
Ya que en el ámbito checo no existen muchos centros de formación que puedan educar a los futuros empleados de Magiclab, Křeček también planea abrir en 2023 unos cursos para la formación de más profesionales.