Contra tiempo y marea, Chequia va al rescate de las reliquias del cine latinoamericano
El Archivo Cinematográfico Nacional checo realiza un trabajo destacable de conservación de filmes antiguos de América Latina y del mundo. Gracias a ello, Uruguay se reencontró con una joya histórica de su cine.
La Semana Iberoamericana, que se realizó en Chequia entre el 13 y el 19 de mayo, celebra los vínculos del país con el mundo iberoamericano a través de un sinfín de actividades. Entre ellas, la proyección en el cine praguense Ponrepo de Contra tiempo y marea, un film uruguayo de los años 50 rescatado por el Archivo Cinematográfico Nacional checo, condensó de forma destacada el espíritu de la iniciativa.
El evento, coordinado por la Cónsul Honoraria de Uruguay en Chequia, Adriana Dergam, convocó en un interesante debate a Klára Trsková, curadora del Archivo Cinematográfico Nacional, Isabel Wschebor, historiadora de la Universidad de la República, de Uruguay, y Radek Buben, director del Centro de Estudios Iberoamericanos, quien estuvo a cargo de brindar un panorama actual de Uruguay a la audiencia. La historia del redescubrimiento y puesta en valor del film nació de la iniciativa de Klára Trsková.
“Comenzamos con una iniciativa que consiste en contactar a distintas instituciones, archivos cinematográficos y universidades del mundo para confirmar si algún film de nuestra colección podría estar extraviado en su país de origen o si tal vez su calidad de conservación no es lo suficientemente alta como para que pueda disfrutarlo la audiencia general”.
El trabajo realizado por Trsková y su equipo no solo se centra en películas latinas, de las que poseen una importante lista, ya que en el archivo también se pueden encontrar, entre muchas otras, producciones asiáticas y africanas. Gracias a ello, filmes que se creían perdidos en sus países, puede que encuentren su resurgir gracias a los curadores checos.
“Si las películas se encuentran preservadas únicamente aquí en Praga, nos gustaría que se supiera en el país de origen del film. En tal caso, se pueden digitalizar y luego enviar a su país, en donde la gente local podrá disfrutar de la experiencia cinematográfica que les corresponde”.
Contra tiempo y marea no es la única película uruguaya que subsiste en el archivo de Praga. Su elección para el evento provino de Isabel Wschebor, quien posee una gran autoridad en el tema, ya que es coordinadora del Laboratorio de Preservación Audiovisual del Archivo General de la Universidad de la República e integrante de la Mesa Interinstitucional de Patrimonio Audiovisual de Uruguay.
“Le enviamos la lista a Isabel Wschebor y ella lo escogió pensando en que serviría como una buena razón para hablar sobre la importancia de la preservación de películas. Además, Ferruccio Musitelli, el director de la película, fue muy famoso en Uruguay y creó una vasta cantidad de contenidos, pero muy poco de todo ello se conserva hasta la fecha”.
La actitud de la curadora del archivo checo es solidaria porque rescata del olvido a películas de América Latina y el mundo, y también muy inteligente, ya que Trsková entiende que este vínculo también podría beneficiar a Chequia en el futuro.
“Creo que es muy importante mantener esta red entre archivos cinematográficos porque nunca se sabe cuándo pueden suceder cambios drásticos. Por ejemplo, la política puede tomar un giro inesperado. En este preciso momento se desarrolla una guerra en Europa. Por razones como esta, nunca se sabe cuándo un archivo va a necesitar de la ayuda de otros para preservar sus propias películas”.
Contra tiempo y marea, sin embargo, no es una película que haya sido olvidada, ya que su director, Ferruccio “Fucho” Musitelli es una figura destacada de la historia del cine uruguayo. Según Isabel Wschebor, quien participó del debate vía Zoom, la carrera y difusión de las obras de Musitelli tuvo mucho que ver con otros dos personajes destacados de la industria: el emblemático crítico de cine Danilo Trelles y el multifacético realizador italiano Enrico Fulchignoni.
A través de contratos y colaboraciones que los unieron, las películas del director uruguayo comenzaron a circular por países de Europa Central y del Este, ya que ambos tenían contacto con redes vinculadas a estas regiones. Trelles, quien era comunista y tenía un alto cargo en la empresa SAS Airlines, también produjo películas de carácter experimental en Checoslovaquia, que circularon por Uruguay a mediados del siglo XX e influyeron en la formación del propio Musitelli.
Según Isabel Wschebor, Contra tiempo y marea es una obra que atiende a componentes de la vida de las clases sociales diversas en Uruguay, atravesadas por el fenómeno de la inmigración, algo que también fue parte de la propia vida del director.
El cineasta ha sido particularmente conocido por su trabajo de informativo cinematográfico, y películas como la presentada en el evento tienen un valor especial porque recuperan una faceta no tan estudiada de su trayectoria.
“Su producción de carácter más expresivo, y que no fue realizada ni para un medio público ni para un medio de prensa, es bastante desconocida. Y esta película es muy representativa de ese proceso”.
Esta y otras producciones lo insertaron en un movimiento más tarde denominado como “amateurismo avanzado”, que abarcaba filmes amateurs realizados con un cierto cuidado de montaje, encuadre, y una estética propia. En el caso de la película debatida, su género es conocido como “mimodrama”, en el que los personajes no hablan, sino que se valen de su expresividad para comunicar una acción, además de música, especialmente piano, que se hace eco de los movimientos de los actores y del tono del relato.
Aunque en Uruguay se estudia la llamada generación del 45 como un conjunto de producciones de carácter autóctono, según Wschebor, este movimiento se analiza desde su influencia en el teatro y la literatura, pero no tanto desde la perspectiva del cine. Por esta razón, se suele olvidar la existencia de las producciones audiovisuales como esta película, que brindó un impulso al movimiento cultural autóctono uruguayo. A su vez, la mayor parte del contenido generado por Musitelli y otros cineastas de la época, lamentablemente, se ha perdido.
“De esta persona, que tuvo una amplísima producción, es muy poquito lo que se conserva. Entonces, cada pieza que encontramos, es fundamental para nosotros en Uruguay”.
La elección de esta película para el evento estuvo motivada especialmente porque no existe una copia de ella en Uruguay. La pérdida de este tipo de archivos, según la especialista uruguaya, genera una gran desventaja para la producción actual de películas en el país.
“Yo creo que la falta de herramientas para preservar y volver a ver lo que se produjo en el pasado genera una idea de que el cine uruguayo está siempre en un proceso de nacimiento porque, en realidad, las nuevas generaciones no conocen lo que se produjo antes”.
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A pesar de los esfuerzos por comprender cómo ha llegado a parar Contra tiempo y marea al archivo checo, no es posible dar con una respuesta contundente, ya que no existen los registros necesarios. Una posible explicación podría ser que el propio Danilo Trelles la trajera en su valija personal en uno de los tantos viajes internacionales que realizó gracias a su cargo en SAS Airlines.
Según Wschebor, los registros no existen porque, en la época en la que se produjeron los materiales, el destino de las películas físicas era la destrucción, una vez finalizado el contrato que las hizo posibles.
Las personas que desoyeron la orden de deshacerse del material fílmico realizaron actos que, en aquel momento, no eran considerados legales. Sin embargo, estas transgresiones han permitido la existencia de archivos invaluables y el delito sería, hoy, olvidar la importancia de su preservación.
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