Jan Žižka, la película más cara del cine checo, que quiere convertirse en la nueva Braveheart
Jan Žižka, la película más cara en la historia del cine checo y en la que participan estrellas de Hollywood como Michael Caine o Ben Foster, se basa en la juventud de uno de los mayores héroes de la historia del país. Este jueves se estrena en Chequia y otros muchos países.
La producción más ambiciosa en la historia del cine checo ha sido finalmente estrenada. Jan Žižka, o Medieval, como se ha llamado en inglés, film de acción ambientado en la Edad Media, se podrá ver en las pantallas no solo de Chequia, sino de Estados Unidos y otros países europeos, desde este 8 de septiembre. Con un presupuesto de casi 20 millones de euros y la participación de actores reconocidos a nivel internacional, buscará convertirse en algo así como un Braveheart checo (Corazón valiente en Latinoamérica), según dijo el director del largometraje, Petr Jákl, para Radio Praga Internacional.
“La idea de Jan Žižka surgió hace 11 años y pensé que sería genial hacer un filme como Braveheart sobre un héroe checo, porque se lo merece. El filme es sobre gente que lucha por la libertad, pero también es sobre el amor. Pero lo más importante para mí es la esperanza. Hay mucha esperanza al final”.
La película se encontraba finalizada desde hacía tiempo, pero se decidió retrasar su estreno ante la imposibilidad de proyectarla en las salas de cine debido a la pandemia del coronavirus.
“El filme no se podía distribuir durante la pandemia y tiene dos años de retraso. Ahora siento que tuvo que ser así por la guerra en Ucrania. Ahora es el mejor momento para estrenarlo. Creo que la gente debería recordar que estas cosas pasan siempre, pasaron antes, pasan ahora, cerca de nosotros y, desgraciadamente, probablemente pasarán en el futuro también porque la humanidad es así”.
Protagonizado por Ben Foster, quien encarna al héroe nacional checo que lleva el nombre de la película, el film cuenta entre su elenco nombres como Michael Caine, Til Schweiger y William Moseley. Jákl originalmente pensó la obra para un público más europeo, pero luego de recibir la confianza y el presupuesto de inversionistas norteamericanos, decidió colaborar con actores internacionales que se mostraron muy interesados en el proyecto.
“Al principio pensamos en una producción checa en idioma checo. El presupuesto era de 3,7 millones de euros, demasiado para el mercado checo. Luego decidí enseñárselo a todo el mundo, así que tenía que rodar en inglés y el presupuesto creció a 12 millones de euros. Y una vez que conseguimos nombres como Michael Caine, Ben Foster o Til Schweiger, decidimos hacerlo aún más grande. Michael Caine es muy gracioso, pero también muy profesional. Cuando dijo que sí, pensé: ‘Madre mía, ¿cómo voy a dirigir al ganador de un Óscar?’ Luego quedamos y él me dijo: ‘Dime qué quieres que haga’. Se lo dije y él lo hizo. Fue un placer trabajar con él, es muy humilde”.
La historia que narra el film se centra en la juventud de Jan Žižka, héroe nacional checo que fue famoso por no perder jamás una batalla durante las cruzadas husitas. Jákl explicó que prefería centrarse en la etapa previa a los combates que harían tan famoso a Žižka, ya que, de esta manera, podría mostrar el proceso de formación de un guerrero.
“Durante las guerras husitas, que estallaron unos 18 años después de la historia que yo cuento en el filme, utilizaban la táctica de los vagones de guerra. Así que yo recreé el comienzo de todo eso, cómo la inventaron. Creo que es interesante. Él es, prácticamente, el creador de los primeros tanques”.
Por esta razón, la película se desarrolla en momentos en que el rey Venceslao IV, hijo del famoso Carlos IV, ha quedado a la cabeza del Reino de Bohemia y de nada menos que el Imperio Romano Germánico. Sin embargo, el nuevo líder está lejos de poseer las cualidades de su padre y comienza a perder rápidamente el control de la situación. Es en este momento en que Enrique III de Rosenberg, el noble más influyente de la época, no duda en aprovechar la situación para alzarse él mismo con el poder.
En el film, el joven Žižka no tiene titubeos para enfrentarse al ascendente aristócrata. En esta contienda, además de batallas físicas, el guerrero ganaría el corazón de la esposa de Rosenberg, quien le revelaría el plan de su marido para despojar al rey legítimo de su trono. Los planes del noble se hacen realidad y Žižka debe decidir entre convertirse en un alto representante de la corte real, al mando de líderes que no respeta, o continuar luchando por la justicia y contra los usurpadores de la corona, pero esta vez, solo.
La idea de Petr Jákl al realizar el film tenía por objetivo crear una obra por la que la historia de Chequia sea reconocida en el mundo entero.
“Quería enseñar a todo el mundo que tenemos una historia tremenda, unos castillos y una naturaleza preciosos. Mostramos el Puente de Carlos del siglo XV. Rodamos en Praga y en Bohemia del Sur y Central. Siempre quería hacer una película así para promocionar a la República Checa en el mundo, para que la gente dijera: este es un héroe checo, Praga es preciosa, vamos a visitarla. Siempre he sido un patriota”.
Acostumbrado a trabajar en Estados Unidos, el director estaba convencido de que, en el entorno de Hollywood nadie estaba al tanto de las hazañas de Žižka y que su historia de grandeza y valentía merecía ser contada.
Sin embargo, sí se han realizado otras películas basadas en la historia del héroe checo, como la famosa versión de 1955, que lleva el mismo nombre, dirigida por Otakar Vávra y protagonizada por Zdeněk Štěpánek.
La apuesta de la moderna Jan Žižka se diferencia en que no cuenta los hechos más conocidos del prócer, sino la propia formación del héroe.
“Nadie sabe en qué año nació. Podían ser los años 60 del siglo XIV. En el filme tendría como 35 o 40 años. Al Žižka que conocemos tiene 60 años, y hay un filme de Otakar Vávra, pero yo quería hacer algo diferente. Por eso elegí su juventud, el año 1402 cuando Jan Hus empezó a predicar en la Capilla de Belén de Praga. Elegí la historia sobre un mercenario, sobre alguien que se está buscando a sí mismo y el propósito de su vida en este mundo”.
La película está basada en un guion de Marek Dobeš y Michal Petruš, al que Jákl, junto a su padre y a Petr Bok, le dio su forma definitiva. Para entender su propósito, vale destacar que el director se inspiró en películas como Gladiator (Gladiador en Latinoamérica), El último samurái y la mencionada Braveheart. Según Jákl, Žižka representa el personaje ideal para una película de estas características, en las que un héroe debe luchar contra el mundo hostil e injusto en que le toca vivir. En todos estos ejemplos, el hecho de librar batallas por causas e ideales de justicia es más importante que el resultado mismo de la guerra. La valentía e integridad de estos guerreros son las que les garantizan un lugar en la historia. O, al menos, en la gran pantalla.