Foma, la fotografía clásica todavía vive
Foma es el fabricante checo por excelencia de material fotográfico desde 1921. Aunque la fotografía atravesó grandes cambios a lo largo del siglo XX, Foma sigue siendo un referente para los aficionados a la fotografía clásica en blanco y negro.
De Ibis a Fotochema
Los ingenieros químicos Evžen Schier y Gustav Bárta fundaron un taller de producción de placas fotográficas y diapositivas en 1919 en Praga. Entonces el país no se encontraba muy desarrollado en fotoquímica y Schier fue el primero en traer semejante tipo de tecnologías. La producción praguense se conocía bajo el nombre de Ibis, sin embargo, dos años más tarde, en 1921, el taller se mudó a la ciudad de Hradec Králové y sus fundadores le pusieron el nombre de Fotochema.
A finales de los años 20, la fábrica exportaba sus productos a Alemania, Polonia, Austria y Rumanía. No obstante, la época de oro vino en los años 30, cuando Schier y Bárta comenzaron a fabricar papeles y películas fotográficas en rollos por lo que obtuvieron numerosos premios en las exposiciones internacionales de Bruselas, París y Liubliana. En 1935 la empresa ya tenía unos 150 empleados y era el mayor productor de materiales fotográficos de Checoslovaquia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Fotochema formaba parte de la red de fabricantes de materiales fotográficos bajo una dirección centralizada nazi. Durante el día, los empleados se dedicaban a la producción para Alemania, el turno nocturno fabricaba materiales bajo la propia marca Fotochema.
Después del establecimiento del régimen comunista en Checoslovaquia, Fotochema fue nacionalizada, a Schier le despidieron y su cargo se lo dieron al portero de la fábrica. Fotochema se convirtió en el mayor productor de materiales fotográficos de todo el bloque de países socialistas.
Josef Vrážel, era un fotógrafo aficionado cuando empezó a usar productos Foma. Con el correr de los años se convirtió en un fotógrafo profesional, y en entrevista para la Radio Checa habló sobre su obra, caracterizada por sus imágenes en blanco y negro.
“Desde la infancia saco fotos con una película fotográfica en blanco y negro, otra cosa no había. Mi sueño era sacar fotos en color un día. Aunque hoy puedo hacerlo, me quedé con las fotos en blanco y negro. Creo que el color atrae demasiada la atención y la gente se olvida de observar el contenido. La gente muchas veces está entusiasmada con un otoño coloreado, pero se olvida de las formas que el color esconde. Cuando sacábamos fotos siendo jóvenes, teníamos que pensar mucho, qué es lo que vamos a fotografiar porque teníamos que mirar el mundo en blanco y negro. Yo siempre miraba las formas y la luz. Si no hay forma, no hay nada”.
A finales de los años 40 y principios de los 50, Fotochema amplió su oferta con placas para radiografías, sustancias químicas y papeles fotográficos que se exportaban a todo el bloque socialista.
En 1958 Fotochema produjo el primer papel fotográfico en color, llamado Foma color, el único de toda Europa oriental. En esta época la empresa también decidió abrir una galería en la plaza Jugmannovo de Praga, donde se exponían fotografías. Fue la primera galería que se especializó en fotografía en Checoslovaquia y las primeras obras que se exhibieron ahí fueron fotografías periodísticas. Hoy en día, sin embargo, ya no quedó nada de este lugar.
Los momentos más difíciles para Fotochema llegaron con el año 1989, cuando Checoslovaquia restableció su democracia y abrió su mercado a las empresas occidentales. Fotochema, desde 1990 simplemente Foma, dejó de exportar y tuvo que competir con empresas como Kodak o Fuji. Cuando surgió la fotografía digital, todo parecía indicar que la fotografía clásica desaparecería. Fotochema, sin embargo, se negó a abandonar sus actividades, siguió su curso hasta comprobar que merecía la pena porque seguía habiendo gente en todo el mundo que disfrutaba de la fotografía clásica en blanco y negro, contó a la Radio Checa Vítězslav Krejčí, representante de Foma.
“Contamos con la generación de personas jóvenes que no han conocido esta tecnología y quieren probar revelar una película en casa y sacar fotos con una cámara analógica, una cámara de fotos de las que hay un sinnúmero por todo el mundo. Sigue habiendo muchas cámaras analógicas que funcionan según los principios de la mecánica y es bastante fácil repararlas. Incluso se fabrican nuevas y en este caso estamos hablando de una moda retro que se ha difundido por todo el planeta. Nuestra compañía puede exportar, prácticamente, a todos los continentes donde hay interés por los materiales clásicos en blanco y negro, ya sean películas o papeles fotográficos”.
Hoy en día, Foma exporta sus productos a 70 países de los cinco continentes y es el número dos en la fabricación de películas fotográficas en blanco y negro del planeta. Además, desarrolla películas de cine y materiales para radiografías, rayos X, dactiloscopia, etcétera. Es un prueba de que la fotografía clásica todavía vive.
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