El ejecutivo estudia varias maneras para afrontar la crisis energética
El gobierno trabaja en varios frentes para ayudar a los ciudadanos ante el aumento de los precios de la energía. Obtener ingresos extra a través del pago de dividendos de la empresa estatal ČEZ o la introducción de la tarifa especial son algunas de las últimas propuestas.
La crisis energética y el consecuente aumento de precios han llevado al ejecutivo checo a explorar diferentes alternativas con el fin de paliar sus efectos sobre la población.
Así, por ejemplo, el gobierno ha puesto el ojo en la empresa energética estatal ČEZ como una vía para obtener mayores ingresos para el presupuesto. Como accionista mayoritario, el estado posee cerca del 70% de las acciones de la compañía, por lo que el ejecutivo propone ahora que esta pague un dividendo de 1,9 euros por acción en favor de las arcas públicas.
"Haremos pleno uso de los ingresos estatales más altos del dividendo de ČEZ el año pasado para compensar los altos precios de la energía para nuestros ciudadanos y para financiar adicionalmente la asistencia social a los necesitados. Por el momento, considero que el uso del dividendo de ČEZ para ayudar a las personas por los altos precios de la energía es el único lógico y correcto", afirmó el ministro de Finanzas, Zbyněk Stanjura.
Según el propio Ministerio, el pago constaría de un componente base de 1,7 euros por acción, procedente de los beneficios obtenidos por la empresa en 2021, más un componente extraordinario de 0,2 céntimos procedente de la venta de ciertos activos. De ser así, el dividendo total a pagar sería de más de mil millones de euros, una cantidad que permitiría cierta flexibilidad presupuestaria al ejecutivo para acometer así otros proyectos.
ČEZ, por su parte, propone pagar una cantidad algo inferior: 1,7 euros por acción, lo que supondría en torno a 959 millones de euros en el pago de dividendos en favor del estado.
Con todo, no se trata del único frente en el que trabaja el ejecutivo a este respecto. Este lleva tiempo perfilando la introducción de la denominada tarifa especial de energía, destinada a aliviar la creciente carga que supone el consumo de energía en los hogares checos y que podría concretarse en los próximos días.
“Ayudar con los precios de la energía es ahora una de las prioridades de nuestro gobierno. Acordamos con el Primer Ministro Petr Fiala discutir la tarifa de austeridad, que estamos finalizando. La tarifa ayudará con los precios de la energía y también motivará el ahorro, que es la base para reducir la dependencia de Rusia”, escribió el ministro de Industria Jozef Síkela en su cuenta de Twitter.
Desde la oposición, sin embargo, no han tardado en surgir voces críticas con la gestión de esta crisis por parte del gobierno. Por ejemplo, el ex ministro de Industria Karel Havlíček señaló que la introducción de esta nueva tarifa requerirá de demasiado tiempo y que no tendrá un impacto inmediato en los ciudadanos.