Křivoklát podría convertirse en el quinto parque nacional checo
Los más de cien kilómetros cuadrados que conforman hoy en día la zona protegida de Křivoklát podrían convertirse pronto en parque nacional. A favor de la propuesta están el Gobierno y las autoridades regionales, en contra los habitantes, que temen perder su hogar.
La zona natural de Křivoklát, situada en Bohemia Central, podría convertirse en parque nacional en cuestión de meses. Se sumaría de esta manera a los Montes de los Gigantes, la Suiza Bohemia, Podyjí y Šumava, los cuatro parques naturales con los que la República Checa cuenta en este momento.
Křivoklát es un sitio pintoresco lleno de bosques, rocas y cañones, que alberga especies amenazadas de plantas y animales como la salamandra común, el milano real o el tejo negro. De acuerdo con František Pelc, director de la Agencia para la Protección de la Naturaleza y el Paisaje, se trata de una iniciativa que se remonta a varios años atrás.
“Se trata de una zona con un valor natural extraordinario. Los proteccionistas la califican como una de las más valiosas en la República Checa. La idea de establecer un parque surgió como mínimo hace diez o quince años”.
Pelc explica que el carácter único del sitio se desprende de una gran diversidad geomorfológica del terreno sobre la cual se han desarrollado ecosistemas que la actividad humana no ha logrado alterar en mayor medida.
El futuro parque nacional se extendería sobre el 16% del territorio de la actual zona protegida, según informó el Gobierno. Los partidarios de la propuesta enfatizan que el nuevo estatuto ayudaría a proteger la riqueza natural del sitio, los adversarios advierten ante las limitaciones para los habitantes locales y la intensificación del turismo.
De acuerdo con Pelc, el estatuto de zona protegida no es suficiente para cuidar del área natural. Entre los puntos a favor de declarar el parque nacional destaca, sobre todo, la posibilidad de una gestión centralizada y más eficiente, dado que la actual zona protegida es responsabilidad de varios administradores.
Mientras que Pelc afirma que la creación del parque natural no afectaría en mayor medida a los habitantes de la zona de Křivoklát, los residentes del pueblo de Karlova Ves, que vivirían dentro del parque, consideran que la protección actual de la riqueza natural es suficiente y están preocupados por las consecuencias que la declaración del parque podría suponer.
La alcaldesa del municipio, Iveta Kohoutová, explica que, al situarse el pueblo en el centro del potencial parque, la vida de los habitantes se complicaría, por ejemplo, a la hora de realizar construcciones y remodelaciones. Hace referencia también a la experiencia vivida durante los últimos dos años.
“Uno de los problemas, por ejemplo, es la basura. Lo vivimos durante la pandemia, cuando Karlova Ves se llenaba de coches. Los turistas venían, merendaban aquí y tiraban sus desechos por la calle, había mascarillas por todas partes. Otro problema es la capacidad de parking, la falta de infraestructuras. También las carreteras, que son administradas por la región de Bohemia Central, están en muy mal estado. Si aumentara el número de turistas y se acercaran utilizando estas vías, no sería lo mejor”.
Según la concejal regional de Medio Ambiente y Agricultura, Jana Skopalíková, la declaración de un parque nacional no significa automáticamente un aumento de interés por parte de los turistas. Cita el ejemplo de la Suiza Bohemia, el parque nacional checo más joven, donde el turismo se intensificó más bien cuando en la zona fueron creados diferentes servicios con el objetivo explícito de atraer a visitantes.
Por su lado, František Pelc, argumenta que el número de personas que visitan los monumentos naturales crece a largo plazo en todo el país.
“El aumento del turismo en los últimos años es evidente sin importar si se trata de una zona protegida o un parque nacional. Lo observamos, por ejemplo, en los Beskides o incluso aquí en la zona de Křivoklát. El interés tiene que ver con el nivel de vida, los valores de la población y también la pandemia. No creo que el número de turistas disminuya y creo que está bien. A nivel de parque nacional es más fácil sobrellevar el impacto gracias a una cooperación de los municipios con autoridades de un nivel más alto”.
Una de las polémicas en torno al potencial futuro Parque Nacional de Křivoklát se desarrolla en torno al libre movimiento de los habitantes por los bosques. La alcaldesa Kohoutová expresa su preocupación en torno a las zonas de máxima protección, conocidas como zonas de reposo. En estas solo es posible desplazarse por los senderos oficiales.
Mientras que Pelc no descarta que tales zonas surjan en el parque, estima que entre el 70% y 80% del territorio debería permanecer plenamente accesible a los habitantes de los municipios circundantes y los turistas que lleguen para apreciar su belleza.
Entre los argumentos a favor figura también la posibilidad de regular la extracción de madera para asegurar una explotación más ecológica y, en general, la superposición de los intereses naturales sobre los económicos.
De acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente, el Parque Nacional de Křivoklát podría nacer en más o menos un año. No obstante, primero tendrá lugar una serie de análisis de expertos y consultas con los municipios afectados.
Por su lado, la alcaldesa de Karlova Ves afirma que el tema se ha abierto varias veces en los últimos años, pero que la única información que ha recibido en esta ocasión es un folio de formato A4 que no precisa la repartición de las diferentes zonas del parque u otros planes de las autoridades.
Desde su punto de vista, sería mejor ampliar la actual zona protegida en lugar de declarar un parque natural. Este, a sus ojos, roba su hogar a los habitantes del pueblo.