Chequia quiere acabar con el carbón para 2033
El nuevo Gobierno se ha establecido como objetivo el fin del carbón para el año 2033. La oposición, que cuando estaba en el Gobierno asumió un plazo de cinco años más, no lo ve posible. Por otra parte, el encarecimiento del gas ha vuelto a lanzar la demanda de carbón a nivel global.
“Como República estamos preparados. Tenemos un fondo de modernización, tenemos un Plan Nacional de Renovación y tenemos dinero para ello”.
Entre los objetivos especificados por el Gobierno de Petr Fiala, está el adelantar el fin del uso del carbón en Chequia en cinco años. Esto quiere decir que en el plazo de una década terminaría tanto la extracción como el consumo de carbón en el país, después de siglos en los que ha sido pilar fundamental de la economía.
La ministra de Medio Ambiente, Anna Hubáčková, cree que el plazo es realista, como aseguró para la Televisión Checa.
“Como República estamos preparados. Tenemos un fondo de modernización, tenemos un Plan Nacional de Renovación y tenemos dinero para ello”.
Lo cierto es que muchos factores externos están acabando con el carbón por sí solos. El desarrollo de fuentes renovables y, en particular, los objetivos climáticos de la Unión Europea en la lucha contra el calentamiento global, son los más importantes. La subida del precio de los permisos de emisiones en los Veintisiete ha provocado que sean las propias compañías energéticas las que establezcan sus propios calendarios para terminar con el carbón.
Las estadísticas lo muestran con total claridad. La extracción de lignito en Chequia ha pasado de 80 millones de toneladas al año en 1990 a menos de 30. En el caso de la hulla, la caída es mucho más pronunciada: de 30 millones de toneladas hace 30 años, a dos en 2020.
La oposición, sin embargo, critica el plan. 2033 no es un plazo realista según declaró a la Televisión Checa Karel Havlíček, exministro de Industria y Comercio en el Gobierno que aceptó 2038 como meta.
“Estoy seguro de que no es posible para 2033 porque para entonces no estarán construidas todas las nuevas fuentes alternativas. Pero para entonces no ocupará el cargo esta ministra, por lo que no hay motivo para la preocupación”.
El plazo hasta 2038 que se había establecido el Gobierno de Andrej Babiš, además, lo condicionaba a que para entonces, por ejemplo, estuviera terminado el nuevo bloque de la ampliación de la central nuclear de Dukovany.
Además, curiosamente, en los últimos tiempos, el encarecimiento del gas natural y la recuperación de la economía después de los tiempos más difíciles del coronavirus, han hecho que la demanda de carbón volviera a aumentar considerablemente después de mucho tiempo. Y se espera que la alta demanda de carbón continúe, al menos, durante los seis primeros meses del año. Es una tendencia global. Según el diario The Guardian, se incrementó en un 9% interanual la producción eléctrica en centrales que usan el carbón como combustible. Además, la demanda mundial de carbón alcanzará en 2022 su máximo histórico, según la Agencia Internacional de la Energía. Datos que se reflejan en la actividad de las minas de carbón checas, que han aumentado su producción.
Cómo conseguirá el nuevo Gobierno adelantar el objetivo de despedirse del carbón hasta 2033 es algo que aún no se sabe y que aún pasará un tiempo antes de que lo explique, ya que prevé tener lista la actualización de la concepción energética del país para finales del año 2023.