Chequia vuelve al estado de emergencia con la vacunación obligatoria en el aire
El Gobierno saliente declaró un nuevo estado de emergencia por 30 días y puso hora al cierre de restaurantes y bares, además de prohibir los mercados navideños, entre otras medidas. El primer ministro, Andrej Babiš, ve inevitable la vacunación obligatoria de algunos grupos de población. Sin embargo, su sucesor en el cargo, Petr Fiala, que será nombrado este domingo, es de otra opinión.
El primer ministro saliente, Andrej Babiš, y el ministro de Salud, Adam Vojtěch, comparecieron en la tarde del jueves para anunciar la vuelta al estado de emergencia en la República Checa por un periodo de 30 días y las medidas con las que quieren reducir los contagios de coronavirus.
- Desde este viernes, restaurantes y bares deberán cerrar desde las 22 horas hasta las 5 de la mañana. Se prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas en espacios públicos distintos a los bares y restaurantes.
- Cierran los mercadillos de Navidad, con la excepción de los puestos de venta de carpas y árboles de Navidad.
- Los restaurantes de los centros comerciales solo podrán servir comida para llevar, que no podrá ser consumida en los espacios habitualmente habilitados para ello.
- En cines, teatros, salas de conciertos y eventos culturales o deportivos en general, el aforo máximo será de mil personas vacunadas o que hayan superado el COVID en los últimos seis meses.
- A eventos sociales, celebraciones, cenas y todo tipo de reuniones sociales podrá asistir un máximo de cien personas. Solo los entierros estarán exentos de esta medida.
La intervención de Babiš y Vojtěch estuvo marcada por una elaborada justificación de la decisión y una exposición de los datos de ocupación hospitalaria actual, así como de las previsiones de su evolución ante una incidencia que es la segunda mayor en el mundo, solo por detrás de la vecina Eslovaquia, que se encuentra bajo confinamiento.
Adam Vojtěch expuso las grandes dificultades que atraviesan ya los hospitales, pero sobre todo, las que les esperan. Al referirse a las previsiones para las unidades de cuidados intensivos, Vojtěch destacó la importancia que está teniendo la vacunación en esta nueva ola para que la situación no sea mucho más difícil, pero también subrayó las complicaciones que provoca tener a un 40% de la población aún sin vacunar.
“El aumento de pacientes en cuidados intensivos no es, afortunadamente, tan fuerte como el del total de hospitalizados, donde es aún mayor que el de las peores previsiones. En cuidados intensivos la evolución se corresponde con las previsones más bajas. Y esto, de manera incuestionable, es efecto de la vacuna. Si no tuvieramos la vacuna, las unidades de cuidados intensivos ya estarían totalmente colapsadas, con dos mil pacientes. Y, por otro lado, si tuviéramos un mayor ratio de vacunación, hoy no estaríamos aquí, no estaríamos hablando de un estado de emergencia y los hospitales harían frente a la situación sin ningún problema”.
Según las previsiones, tanto las que maneja el Ministerio de Salud como las de instituciones internacionales que se aplican a todos los países con entre un 60% y un 80% de la población vacunada, el punto álgido de esta ola se producirá precisamente durante Navidades.
En la actualidad, Chequia cuenta con una incidencia de 1231 casos de coronavirus por cada cien mil habitantes en una semana. Con más de 6000 pacientes ingresados y casi 900 en cuidados intensivos, este mismo jueves se empezaron a trasladar ya enfermos de coronavirus por tierra y aire de Brno a Praga. Pero también en la capital hospitales como el de Motol, el mayor del país, anunciaron el aplazamiento de intervenciones quirúrgicas no urgentes para poder hacer frente a la nueva oleada de enfermos de coronavirus.
¿Chequia camino de la vacunación obligatoria?
El primer ministro, Andrej Babiš, centró su intervención en defender la vacuna como única solución a la pandemia, rechazó las noticias falsas que hablan de que se trata de sustancias experimentales y celebró la aprobación este jueves por parte de la Agencia Europea del Medicamento, de la vacuna para niños desde los cinco años, que llegarán a Chequia para Navidad.
Babiš explicó que ve inevitable la vacunación obligatoria.
“Estamos convencidos de que tenemos que establecer la vacunación obligatoria para los profesionales de la salud, servicios sociales, bomberos, militares y policías. Pero también para las personas de más de 60 años, aunque a la vista de la evolución de la situación en las unidades de cuidados intensivos, estamos convencidos de que la obligación de vacunarse podría aplicarse desde los 50 años en adelante. Aún tenemos que discutirlo, pero creo que es inevitable. No hay otra solución. Todos los análisis lo muestran claramente, así como los datos de otros países, que dicen que una alta tasa de vacunación supone cifras bajas de hospitalizaciones”.
Sin embargo, las intenciones de Babiš pueden no coincidir con las del próximo primer ministro, Petr Fiala, y su equipo antiCOVID, que hasta la fecha ha rechazado la vacunación obligatoria. En sus planes presentados esta semana, de hecho, defendían que se volvieran a aceptar los test negativos de coronavirus para poder acceder a bares, restaurantes y otros servicios. También eran partidarios de no tomar medidas a nivel nacional, sino por regiones y de reconocer como pase COVID también los test de anticuerpos. Por el momento, eso sí, el próximo Gobierno aseguró en un comunicado que acepta las medidas tomadas por el Gabinete actual.
Zeman entra y sale del hospital
Pero en el aire ha estado el propio nombramiento de Fiala, que ahora parece que se producirá el domingo. Originalmente, debería haberse realizado este mismo viernes, pero la sorprendente vuelta al Hospital Militar Central de Praga del presidente Miloš Zeman este jueves, horas después de abandonarlo por voluntad propia, supuso en un primer momento la cancelación de su agenda para las próximas dos semanas, lo que habría dado una inesperada prórroga al mandato de Babiš.
Fue después de las 19 horas del jueves cuando saltaba la noticia de que Miloš Zeman era positivo por COVID-19 y volvía a ser ingresado. Zeman, de 77 años y con una enfermedad crónica hepática, había recibido la tercera dosis de refuerzo contra el coronavirus recientemente y no presenta síntomas, como explicó a la Televisión Checa Tomáš Zima, jefe del concilio médico del presidente.
“El presidente es positivo por coronavirus, no tiene ningún problema, está en buen estado y la hospitalización es, por supuesto, preventiva para aplicarle anticuerpos y realizarle un seguimiento. (…) No sé desde cuándo es positivo, en los últimos días no tenía ningún síntoma ni tampoco los tenía cuando abandonó el hospital. El contacto no sé cuándo se produjo, pero pudo ser en los últimos días”.
El extraño suceso cuenta incluso con dos versiones de cómo fue descubierto el positivo del presidente. Según fuentes médicas se le realizó la prueba de coronavirus por haber tenido un contacto de riesgo a su llegada al palacio de Lány ese mismo día, pero según el entorno del presidente, fue con un test preventivo de rutina.
Zeman salió en la mañana del jueves del Hospital Militar Central por su propia decisión frente a la opinión de los médicos, que le recomendaban prolongar su recuperación en el centro, en el que permanecía desde el 10 de octubre, cuando fue ingresado de urgencia. En la residencia del Palacio de Lány iba a ser atendido por una empresa privada.
Su portavoz, Jiří Ovčáček, anunció en un primer momento que el presidente cancelaba su agenda mientras durase su convalescencia, pero en la mañana de este viernes, informó que el sábado Zeman volverá a abandonar el hospital y el domingo a las 11 de la mañana nombrará en Lány primer ministro a Fiala “cumpliendo con las medidas sanitarias y epidemiológicas en vigor”. A partir de entonces empezaremos a conocer el enfoque del nuevo Gobierno frente a la epidemia.