Medio millón de personas mayores no quieren vacunarse contra el COVID

Alrededor de medio millón de checos mayores de 60 años no ha sido vacunado contra el COVID-19 ni piensa hacerlo, una cifra que alarma a los expertos en vísperas de un nuevo otoño de pandemia. Mientras que las campañas de desinformación han llegado a millones de personas, se critica que desde el Estado no se ha hecho gran cosa por contrarrestarlas o para motivar a la ciudadanía a la vacunación.

En la República Checa algo menos del 56% de la población ha sido completamente vacunada contra el COVID o está a la espera de la segunda dosis. En las últimas semanas ya es patente el desinterés de ese más del 40% de la sociedad. Apenas se aplicaron entre 5000 y 8000 primeras dosis en cada uno de los días laborables de la pasada semana, a pesar de todas las facilidades que se han puesto, como los puntos de vacunación en el acto sin registro previo.

Lo que más preocupa a los expertos es el gran número de personas sin vacunar mayores de 60 años, los más vulnerables frente al COVID. En la Televisión Checa lo explicó el virólogo Libor Grubhoffer, director del Centro de Biología de la Academia de Ciencias.

Foto: René Volfík,  iROZHLAS.cz

“El hecho de que tengamos una cantidad tan alta de personas mayores no vacunadas, aumenta de manera significativa las probabilidades de que tome fuerza una nueva ola de la pandemia. Ese hecho en sí, no supone solo una amenaza para ellos mismos, sino también para su entorno”.

En ese grupo de edad de más de 60 años, unas 2 250 000 personas sí que se han vacunado. Dentro de las residencias de ancianos es donde menos reticencias se han puesto a las vacunas. Solo un 8% de los residentes mayores de 70 años la han rechazado, alrededor de 5000 personas. El presidente de la Asociación de Suministradores de Servicios Sociales, Jiří Horecký, expuso para la Televisión Checa las razones expuestas por estos jubilados.

“Según el estudio que hemos realizado, averiguamos tres razones principales por las que las personas mayores alojadas en residencias no quisieron vacunarse. La primera razón es por falta de información sobre la vacuna y el proceso de vacunación, la segunda es por contraindicaciones y, la tercera, por rechazo en general hacia la vacuna por desconfianza. Por supuesto, registramos también casos en los que la persona quería vacunarse o tenía una postura neutra al respecto y no veía problema en ello, pero fueron sus familiares quienes no lo deseaban y de esta forma evitaron que fuera vacunado”.

Jaroslav Lorman | Foto: Česká televize,  ČT24

La desconfianza sobre la vacuna viene provocada, en gran medida, por el éxito de las campañas de desinformación a través de correos electrónico, vídeos en YouTube o mensajes en WhatsApp, por ejemplo, que circulan sin control por las redes. En ellos se exponen todo tipo de argumentaciones y noticias alarmistas sin contrastar. No es raro encontrar afirmaciones acerca de que la vacunación es un arma biológica, que causa diversas enfermedades o parálisis o que las autoridades mienten en cuanto a las personas que mueren después de haber sido vacunadas.

El director de la asociación Život 90, Jaroslav Lorman, defiende que el Gobierno debería haber hecho más para informar a este grupo de población, el más vulnerable frente al COVID-19, pero también ante las noticias falsas, dijo a la Televisión Checa.

“Las personas que pasan las horas deambulando por internet sin mucho criterio son quienes se muestran más receptivos a estas noticias falsas que luego afectan a sus vidas. Y si nadie los corrige, por ejemplo, entre amigos de su generación o familiares que le aporten otra opinión contraria a lo que han leído o cuestionen lo que cree, ese ya no sale de ahí”.

Para el virólogo Libor Grubhoffer, sin embargo, muchos ancianos pueden aún pagar caro no haberse vacunado, y también se mostró crítico con el Gobierno.

Foto ilustrativa: Michaela Danelová,  Český rozhlas

“La vacunación es realmente una cuestión de vida o muerte para las personas mayores. Que no hayamos sido capaces de conseguir que la vacunación de este rango de edad sea prácticamente total, es sencillamente un fracaso de la coordinación de la campaña de vacunación”.

En la última semana, la epidemia no ha dejado de acelerarse en Chequia, aunque aún se mantiene en cifras bajas, tanto de nuevos contagiados como, lo que es más importante, de personas ingresadas o fallecidas con la enfermedad.

Uno de los factores más temidos ante la posibilidad de una nueva ola, la vuelta a la escuela, por el momento transcurre sin sobresaltos. Los test PCR realizados a los alumnos en todo el país durante la pasada semana dieron un saldo de 111 positivos en total, lo que es un buen dato. Aun así, esta semana se realizarán dos pruebas más para conocer mejor la situación.

Fue ahora hace justo un año cuando, después de una primavera y verano tranquilos, el coronavirus empezó a tomar fuerza en Chequia. Los duros meses de otoño e invierno bastaron para colocar al país como el cuarto con la mayor mortandad del mundo desde el comienzo de la pandemia después de Perú, Hungría y Bosnia y Herzegovina.

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