Zátopek corría para ganar y para escapar de sus propios errores
En el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary se estrenó Zátopek. En su nuevo biopic, el director David Ondříček cuenta la vida del legendario atleta checo, desde sus éxitos deportivos, su matrimonio, hasta sus tropiezos políticos.
Los que aseguraron su plaza en la gran sala del hotel Thermal en Karlovy Vary el pasado fin de semana tuvieron la oportunidad única de ver el estreno mundial del biopic Zátopek, la primera película checa en abrir el Festival Internacional de Karlovy Vary en su era moderna.
El camino de la película hasta llegar a la gran pantalla fue largo. Los preparativos y el rodaje tomaron años y su estreno se vio aplazado debido a la pandemia. David Ondříček, el director y uno de los guionistas de la película, cuenta que oyó hablar de Zátopek por primera vez cuando tenía ocho o nueve años y su fascinación por la ‘locomotora humana’, como apodaban al atleta checoslovaco, no lo abandonó durante años.
“A mí encantaba su eslogan: ‘¡Cuando no puedes más, acelera!’ Durante décadas fui leyendo diferentes historias sobre Zátopek y aprendiendo sobre su vida. Pero la idea de hacer la película fue del músico y actor ocasional Jan P. Muchow. Nos pusimos a trabajar y tardamos catorce largos años en completarla”.
La historia de Zátopek es fascinante por su improbabilidad. La leyenda del atletismo nació en un entorno que no prometía exactamente un futuro brillante, cuenta Ondříček.
“Me cautivó su historia. Nació en una pequeña casa en Kopřivnice, con ocho hermanos. Fui a verla, vivían en una habitación minúscula. Y sin ninguna aptitud especial se convirtió en el mejor atleta del mundo. Además, empezó a correr a los 19 años por pura casualidad, cuando lo obligaron en su trabajo en Zlín a participar en una carrera. Él no quería y disimulaba un dolor de rodilla. Pero terminó participando y le gustó tanto que no dejó de correr y empezó a ganar”.
La historia del cuatro veces campeón olímpico, naturalmente, fascina por sus extraordinarios logros sobre las pistas de atletismo. No obstante, en ciertos aspectos, Zátopek puede ser más que un ídolo deportivo. Lo principal que motivó a Ondříček a crear una película sobre su vida fue su ambición y tenacidad, según cuenta.
“Creo que es una historia muy importante también para nuestros tiempos, más aún cuando uno es checo. Porque a veces tenemos la tendencia de burlarnos un poco de, no quiero decir el sueño americano, pero del hecho de que si alguien desea algo verdaderamente, puede lograrlo. Nos burlamos un poco, pero, de hecho, tenemos uno de los mejores ejemplos en nuestro propio pequeño país. Esa fue mi motivación principal”.
Zátopek no es una película deportiva. Por un lado, algunos dicen que debería haberse llamado ‘Los Zátopek’, es decir incluir en su título también a la campeona olímpica y esposa de Emil Zátopek, Dana Zátopková. Su relación vertebra los 131 minutos del biopic.
La pareja de oro del deporte checoslovaco de la época la representan los actores Václav Neužil y Martha Issová. Sobre todo la actuación de Neužil ha cosechado elogios. El actor, describió en la rueda de prensa en Karlovy Vary lo difícil que fue asumir el rol.
“El proceso de preparación fue completamente diferente a otros papeles que interpreté porque necesitábamos acercarnos en cierta medida a la genialidad deportiva de Zátopek. Lo sabía años antes de que sonara la primera claqueta. David Ondříček y el entrenador Jan Pernica me habían comentado que no sería posible camuflar plenamente las carreras o el atletismo profesional, que el cine era capaz de muchas cosas, pero que en este caso particular sería embarazoso si lo hiciera a medias o intentara evitarlo de alguna manera. Así que fue un gran reto para mí”.
También Issová tenía mucho trabajo por delante para poder interpretar fielmente los extraordinarios logros de Dana Zátopková, campeona olímpica de Helsinki en 1952.
“Yo lancé la jabalina por primera vez en la primavera de 2013, cuando iniciamos la primera etapa de los preparativos para el rodaje de Zátopek. Llegué al estadio donde iba a aprender con el entrenador Rudolf Černý e iba allí con confianza, porque había jugado al tenis toda mi niñez y me considero una persona bastante atlética. Pero terminó siendo una mañana muy triste en mi vida, porque resulta que la jabalina es una disciplina muy específica. Logré lanzarla a una distancia de un metro y medio y solo se deslizó por el pasto, ni siquiera se clavó. Entonces entendí que el camino sería largo”.
Issová afirma que fue una experiencia bonita e interesante, aunque a veces dolorosa y desesperante, como el deporte profesional suele ser. Además del entrenador Rudolf Černý, tuvo a su lado a una de sus antiguas estudiantes, la bicampeona olímpica Barbora Špotáková, quien se convirtió, en las propias palabra de Issová, en su entrenadora, mentora e ídolo.
En nombre de la patria socialista
La brillante carrera de Zátopek constituye solo uno de los planos de la película. Además de inspirar a toda una generación, Zátopek se convirtió en el blanco de fuertes críticas por sus posturas comunistas y su afinidad con el régimen que acababa de tomar las riendas de Checoslovaquia.
El rodaje de la película preocupó a historiadores, quienes temían que Zátopek, en su gloria deportiva, se convirtiera en un ícono moral para los jóvenes espectadores. No obstante, David Ondříček se comprometió a retratar sus logros al igual que sus tropiezos, según contó para la Radio Checa.
“Sería falso si solo lo celebrara. Yo quise mostrar a Zátopek y su historia como fueron de verdad. Ese fue el requerimiento principal cuando empecé a trabajar en la película y, en mi opinión, es algo que cumplí. Admito que no pretendo evaluar sus acciones, sino más bien enseño las cosas como fueron y le dejo el espacio al espectador para que llegue a sus propias conclusiones”.
El Zátopek que vemos en la pantalla es un tipo alegre, con una pasión por cantar canciones folclóricas, ser siempre el más gracioso del grupo y caerle bien a todo el mundo. Zátopek quería correr y competir y muchas veces pasaba por alto las emociones y necesidades de otros al igual que el significado real de algunas decisiones políticas.
De acuerdo con Ondříček, era típico para Zátopek no pensar demasiado en las cosas.
“Se tiraba de cabeza en las cosas y luego las revaluaba. Hacía algo heroico y después se retractaba. Una y otra vez. Era un rasgo típico de su carácter. La carrera de Zátopek culminó entre 1948 y 1953, años muy difíciles para el país. Se metió de cabeza en el deporte y, como comunista, participaba en numerosos eventos propagandísticos”.
Uno de los episodios más controvertidos de la colaboración de Zátopek con el régimen comunista fue cuando apareció su nombre bajo un artículo en el diario oficial Rudé Právo. En él, Zátopek se mostraba a favor de castigar severamente a Milada Horáková y a otros ‘criminales’ que habían sido víctimas de un proceso político.
El artículo salió 17 días antes de la ejecución de Horáková. De acuerdo con Ondříček, Emil y Dana Zátopek rechazaron haber participado en su publicación. En su libro sobre el atleta, el escritor Pavel Kosatík afirma que, mientras queda claro que el atleta no había escrito el artículo, sí llevaba su firma.
Todo cambió en 1968. Según cuenta Ondříček, Zátopek se puso su uniforme y su medalla y salió a la Plaza Venceslao, llamando a los presentes a que se defendieran contra los soldados y tanques de las tropas del Pacto de Varsovia que acababan de invadir Praga.
De acuerdo con el director, como todos los corredores de larga distancia, Zátopek corría para escapar. Primero de la pobreza, después del peso de la época en la que vivía y, finalmente, de sus propios errores.