El sueño de la Escuela de Verano

Vista panorámica de la ciudad de Olomouc
0:00
/
0:00

En Chequia existe una gran tradición de lo que se conoce como Escuela de Verano de Estudios Eslavos, una serie de cursos intensivos de lengua y cultura checa. En esta entrevista, hablamos con la profesora Markéta Schürz Pochylová que, además de explicarnos al detalle en qué consiste esta verdadera inmersión en el idioma, nos cuenta por qué Olomouc puede ser la ciudad indicada para lograr ese sueño que algunos creen imposible: aprender checo.

Contra la dificultad que, a veces, puede traer el aprendizaje del checo, desde hace varias décadas los estudiantes de cualquier nivel tienen a su disposición una herramienta interesante: la Escuela de Verano de Estudios Eslavos, un curso tan intensivo como dinámico que propone una inmersión absoluta en el idioma. Pero además de enseñar checo, polaco y ruso, este programa incluye también una serie de talleres orientados a traductores, periodistas y todo el público interesado en la cultura checa y eslava en general y que, tal como explica la profesora Markéta Schürz Pochylová, ya es un clásico del verano.

“Las escuelas de verano son realmente muy populares en Chequia porque sabemos que hay varias ciudades importantes que las organizan: Praga, Olomouc, donde existe una importante tradición que ya tiene 35 años, České Budějovice y, por supuesto, Brno, entre otras grandes ciudades”.

La profesora de checo Markéta Schürz Pochylová | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Pochylová se siente una ciudadana de Europa Central porque, si bien nació y estudió en Chequia, vivió un tiempo en Budapest y, desde hace diez años, reside en la ciudad de Viena. Afirma que en toda la región existen semejanzas en comidas y mentalidad, y también cursos similares a la Escuela de Verano, donde, de hecho, aprendió alemán. Sin embargo, asegura que los programas extranjeros no suelen ser tan completos como los que se ofrecen en Chequia.

“Porque aquí se brindan excelentes cursos de checo, y cada uno lo dan dos profesores, por lo que los estudiantes tienen la posibilidad de entrar en contacto con diferentes enfoques del idioma, escuchar a mucha gente hablando en checo y recibir diferentes métodos de enseñanza. Pero además de los cursos, hay distintas actividades como conferencias y viajes, y la verdad es que semejante oferta no existía en Viena: ahí estaba solo la escuela y, de vez en cuando, algún evento o pequeña excursión, pero no actividades complementarias a diario y un viaje largo cada fin de semana”.

En efecto, la Escuela de Verano se completa con una serie de actividades de carácter opcional, entre proyecciones de distintas películas checas y cursos de historia, teatro, pronunciación, cocina, clases de ruso y polaco. Un menú muy amplio de alternativas que los estudiantes eligen a diario y que también incluyen clases de yoga y la práctica de deportes como vóley, ciclismo o bádminton que ayudan a metabolizar tantas horas de estudio. Por otro lado, Pochylová entiende que el propio entorno de la ciudad de Olomouc también otorga a la Escuela de Verano algo muy especial.

Calle universitaria en Olomouc | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

“Aquí en Olomouc vengo participando casi cada año desde 2007 y es para mí una gran alegría. Aunque enseño durante todo el año en una universidad de Viena, siempre vuelvo porque en Olomouc puedo encontrarme con antiguos colegas y una atmósfera estupenda. En Olomouc, hay algo específico que ni siquiera puedo describir, pero toda la gente es muy amable, incluyendo a los propios estudiantes que están interesados en nuestra cultura”.

En concreto, esta nueva edición de la Escuela de Verano, dirigida por la profesora Pavla Poláchová, empezó el 17 de julio y concluirá el 15 de agosto. Más allá de las actividades complementarias y optativas, ofrece una serie de clases intensivas de checo que se extienden cada mañana de 8:45 a 13:30 en la Universidad Palacký. Durante cada fin de semana, se organizan excursiones a parques, museos y distintos lugares de interés, incluido un viaje a Ostrava. Para Pochylová el hecho de que cada verano lleguen a Olomouc casi cien estudiantes extranjeros hace que la ciudad viva una especie de transformación, como si se preparara para recibirlos en las calles y bares donde, sin lugar a dudas, también tiene lugar el aprendizaje del idioma. Y aprovechando su experiencia, decidimos preguntarle a Pochylová qué consejos concretos les daría a nuestros oyentes interesados en aprender checo.

“Depende mucho de cada persona, todos somos distintos y necesitamos algo diferente, pero lo que yo recomiendo es intentar aprender un poco todos los días, no tres horas, pero sí unos diez minutos y dedicarse a investigar determinado aspecto gramatical interesante. Después, aprender, por ejemplo, unas dos palabras nuevas cada día, escuchar la radio, porque es una buena forma de escuchar el checo que realmente se habla, aunque los locutores suelen tener un registro muy alto, pero siempre puedo elegir entre una emisión con un checo formal o algún programa dirigido más a la gente joven”.

Universidad Palacký de Olomouc | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

También afirma Pochylová que una buena idea es aprovechar las redes sociales y el auge de las videollamadas para mantener un contacto fluido con los checos, algo que, por supuesto, también se puede hacer desde cada rincón del mundo. Sin embargo, aclara que es importante no ceder a la tentación de hablar con locales en inglés o cualquier otro idioma que no sea el checo.

“Hacer amigos checos que no quieran hablar lenguas extranjeras creo que puede ser un problema, porque algunos estudiantes vienen con la intención de hablar checo, pero terminan hablando español. Así que por lo menos habría que hablar un poco en cada idioma, aunque lo ideal es que la persona no conozca el otro idioma y solo hable checo. Por supuesto, todo el mundo aquí habla un poco de inglés, pero quizás no tan bien, así que pueden hablar checo”.

A pesar de las dificultades de la pandemia, en la actual edición de la Escuela de Verano de Olomouc participan 82 estudiantes provenientes de distintos países como Francia, Bélgica, España, Japón, Polonia y Alemania. Además de sentirse emocionada al ver que personas de lugares tan diversos confluyen en el aprendizaje del checo, Pochylová revela que es muy interesante indagar en las múltiples razones por las que los extranjeros deciden estudiar el idioma, ya que eso habla de la trascendencia de la cultura checa: cuenta que, por ejemplo, una de sus estudiantes quería dedicarse a las marionetas, un arte con gran tradición en Praga y excelentes escuelas; mientras que otra alumna que hablaba bastante bien checo decidió hacer la Escuela de Verano porque buscaba perfeccionar su pronunciación para cantar una ópera de Dvořák.

“Tuve, por ejemplo, a un estudiante de Hungría que estaba enamorado del tranvía checo porque es cierto que en este país se construyeron históricamente hermosos tranvías, y él decidió aprender checo para poder estudiar en el idioma original cómo se realizaron esos modelos. Eso me pareció muy interesante”.

Cartelera de actividades | Foto: Juan Pablo Bertazza,  Radio Prague International

Markéta Schürz Pochylová nació en Hronov, al noreste de la región histórica de Bohemia. Su padre es de origen moravo, de Příbor, la ciudad en que nació Sigmund Freud y donde actualmente se lo recuerda con un pequeño museo. Su madre pasó gran parte de la infancia en el sur de Eslovaquia, pero a su vez es de origen húngaro, por lo que sabía muy bien ese idioma, ya que lo había aprendido en la escuela. También contaba con un gran nivel de eslovaco, pero luego aprendió checo de forma autodidacta y, aunque rápidamente estuvo en condiciones de hablarlo, no dejaba de preguntarle a su hija algunas cuestiones puntuales del idioma. Pochylová asegura que esa suma de circunstancias la hizo sentirse predestinada a dar clases de checo a extranjeros.

“Cada profesor que enseña en la Escuela de Verano tiene que tener gran experiencia para organizar los temas de cada clase para que los estudiantes aprendan algo nuevo que les guste y tengan la sensación de estar progresando. Tampoco tiene que ser demasiado, no hace falta aprender 50 palabras por clase, pero sí hacer que pierdan el temor de hablar checo. He tenido estudiantes con excelente nivel de gramática, pero no se animaban a hablar y eso es un problema para el cual la Escuela de Verano puede ser de gran ayuda. La idea es empezar a eliminar las inhibiciones y para mí, por ejemplo, el error no es un problema sino una muestra de que todavía hace falta más explicación, pero lo realmente valioso es que los estudiantes pierdan el miedo a hablar”.

Para Pochylová enseñar checo es una verdadera vocación que la llena de placer y asegura que lo que más disfruta es ver la reacción de cada estudiante a medida que van aprendiendo el idioma, ese sueño para muchos remoto que la Escuela de Verano puede llegar a hacer posible.