La oposición critica el pasado comunista del nuevo fiscal general del Estado
El Gobierno aprobó esta semana el nombramiento de Igor Stříž como nuevo fiscal general del Estado. La oposición critica que fuera miembro del Partido Comunista durante el régimen y que desempeñara entonces el cargo de fiscal militar, recordado por su persecución a los objetores de conciencia.
El exfiscal general del Estado, Pavel Zeman, anunció sorpresivamente esta primavera que abandonaría el cargo que había ostentado desde hacía diez años. En su despedida denunció las presiones recibidas por parte de la ministra de Justicia, Marie Benešová. Desde el 1 de julio, el puesto lo ocupó de forma interina Igor Stříž, en calidad de primer vicefiscal general del Estado.
No obstante, este lunes la propia ministra de Justicia anunciaba que el Gobierno había aprobado de manera unánime el nombramiento de Stříž como nuevo titular del cargo.
La oposición consideraba que, a tres meses de las elecciones, debería ser el nuevo Gabinete salido de las urnas el que nombrara al sucesor de Zeman. Pero, finalmente, no ha sido eso lo que menos ha gustado en la elección de Igor Stříž, sino su pasado comunista, como explicó a la Televisión Checa la líder del partido TOP 09, Markéta Pekarová Adamová.
“Treinta años después de la Revolución de Terciopelo tenemos la posibilidad de elegir entre candidatos de calidad que no fueron miembros del Partido Comunista y que no fueron fiscales militares durante el pasado régimen. Para tan alta función, esto debería ser descalificatorio”.
Marie Benešová, por su parte, que es quien propuso a Stříž para el cargo, defendió la carrera del nuevo fiscal general.
“Es un profesional que ha pasado por todos los niveles de la Fiscalía del Estado. Además, participó en la comisión de investigación del 17 de noviembre (de 1989). Si hubiera sido un granuja, los disidentes seguro que no lo habrían elegido”.
Todos los niveles referidos por Benešová incluyen el haber sido fiscal militar durante el comunismo. De aquella época se recuerda principalmente a Stříž por la persecución de los jóvenes que rechazaban hacer el servicio militar obligatorio por objeción de conciencia.
El nuevo fiscal general del Estado resta valor a aquel periodo de su trayectoria, como explicó para la Televisión Checa.
“Fui miembro del Partido Comunista durante dos años antes de 1989. Era un miembro ordinario. No entré en el Partido por motivos ideológicos ni por hacer carrera. Sencillamente, los tiempos eran como eran”.
La oposición en su mayor parte no considera a Stříž adecuado para el cargo. El líder del Partido Cívico Democrático (ODS) incluso aseguró que lo cesará tras las elecciones de octubre. Incluso entre los socios de Gobierno del movimiento ANO, el Partido Socialdemócrata, se escuchan voces que piden que se cambien las reglas de elección del fiscal general del Estado.
En la actualidad, este se nombra por un periodo indefinido pero el Gobierno tiene la potestad de cesarlo en cualquier momento sin necesidad de argumentar las razones.
A Igor Stříž le esperan muchas cuestiones calientes, incluida la investigación sobre la presunta corrupción del primer ministro, Andrej Babiš, en el caso del aprovechamiento indebido de fondos europeos para la construcción de la granja El Nido de Cigüeña. El antecesor de Stříž, Pavel Zeman, destacó en su gestión del caso por reiniciar la investigación en 2019, que había sido cerrada, según Zeman, de forma ilegal y precipitada.
La posición de Babiš en el nombramiento de Stříž ha provocado muchas especulaciones. Llegó a mencionar que el sustituto de Zeman sería elegido por el próximo gobierno, como pedía la oposición. Más tarde, según el diario Lidové Noviny, rechazó la candidatura de Stříž y llegó a amenazar a Benešová con su cese si proponía a cualquier fiscal del círculo de Pavel Zeman.
Finalmente, este lunes, la ministra de Justicia explicó que durante una reciente reunión en la que se conocieron personalmente Babiš y Stříž, el primer ministro se deshizo de todas sus dudas y pasó a apoyar totalmente el nombramiento.