El Gobierno de Andrej Babiš sobrevive a su tercera moción de censura
El Gobierno checo sobrevivió este jueves a su tercera moción de censura, donde se vivió un debate previo muy intenso que se alargó 12 horas.
Con lo que se suponía el resultado esperado, el Gobierno de Andrej Babiš superó este jueves una moción de censura donde todos los partidos jugaron sus cartas de cara a las próximas elecciones de octubre.
La oposición parlamentaria convocó una moción de censura liderada por el Partido Pirata, Alcaldes e Independientes (STAN), el Partido Cívico Democrático (ODS), TOP 09 y el democristiano Partido Popular (KDU-ČSL).
Conscientes de que difícilmente iban a conseguir los 101 votos necesarios para hacer efectiva la moción, los partidos de oposición quisieron al menos expresar su malestar con Andrej Babiš y hacer patente que la desconfianza hacia el Gobierno ha crecido también entre los ciudadanos.
El Gobierno de minoría compuesto por el movimiento ANO y el Partido Socialdemócrata ha salido muy dañado de la pandemia de coronavirus. Según las encuestas, ANO perdería el liderato y pasaría a ser el segundo partido más votado en las elecciones de octubre. El hecho de que el futuro de su partido esté en el aire, provocó que el primer ministro Babiš se defendiera de forma vehemente.
“Queréis derrocar a un Gobierno que ha conseguido unas pensiones dignas, ha aumentado los sueldos, ha bajado los impuestos y ha mejorado el nivel de vida. Pensamos en las familias y en los consumidores, luchamos por los intereses de Chequia”.
Ante la crítica principal sobre que el Gobierno ha sido incapaz de controlar el coronavirus, Andrej Babiš respondió que ha sido precisamente la oposición la que ha obstaculizado el trabajo de los miembros de su Gabinete.
Por otra parte, el Partido Comunista, que a inicios de la legislatura toleró públicamente al movimiento ANO y aceptó colaborar con ellos, abandonó la Cámara de Diputados durante la moción de censura, lo que en la práctica significaba que esta iniciativa no triunfaría. De acuerdo con las declaraciones a la Radio Checa de Vojtěch Filip, líder del Partido Comunista, aunque ha retirado su apoyo al Gobierno, quería alejarse también de la oposición.
“Hemos dado un paso que nos separa del Gobierno, porque no confiamos en él. Pero nos separa al mismo tiempo de la oposición, que no ha sido capaz de llegar a un acuerdo sobre sus objetivos porque no quiere negociar y solo nos critica”.
Los partidos de la oposición han sido muy críticos con este paso, que consideran un apoyo tácito al Gobierno y una estrategia de cara a las próximas elecciones. La líder del partido TOP 09, Markéta Pekarová Adamová fue tajante con esta cuestión y declaró que el Partido Comunista era responsable de la continuidad del Gobierno.
“Nosotros no vamos a ignorar lo que dice la Constitución: que el poder del Gobierno solo puede emanar de la mayoría en la Cámara de Diputados. Y hoy hemos visto que el Gobierno tiene esa mayoría solo gracias a que los comunistas han abandonado la sala. Ellos tendrán que asumir su parte de responsabilidad en todo lo que ha pasado y en lo que está por venir”.
Sin duda, el tema que más ha desgastado la credibilidad del Gobierno a largo plazo ha sido la pandemia de COVID-19. Las restricciones contra el virus nunca han sido muy aplaudidas por la oposición, a lo que se suma el paso de cuatro ministros de Salud diferentes durante dicho periodo.
Ivan Bartoš, líder del Partido Pirata, dijo que aunque la moción de censura no triunfase, esperaba que el debate sirviera de advertencia al Gobierno para que una posible futura ola de coronavirus no pille al país desprevenido.
“Con esta votación, el Gobierno acepta su responsabilidad por no haber sido capaz de controlar la pandemia de coronavirus y por el colapso de las finanzas públicas. Y aunque los miembros del Gobierno han pasado de forma muy esporádica por este pleno, espero que hayan escuchado las advertencias de que hay que estar preparados para futuras mutaciones del virus en otoño, y que no se repita la situación del año pasado”.
Pero no solo en el coronavirus reside el origen de este movimiento al unísono de la oposición parlamentaria. En abril, la noticia de que la explosión en un depósito de armamento en 2014 en territorio checo fue obra de los servicios secretos rusos desató un conflicto diplomático con Rusia que todavía no se ha resuelto. La oposición considera que la gestión diplomática del asunto ha sido deficiente. Asimismo, un posible conflicto de intereses sobrevuela la figura del primer ministro Babiš desde hace años.
Las últimas encuestas de cara a las elecciones de octubre dicen que la coalición formada por el Partido Pirata y el movimiento Alcaldes e Independientes ganaría con un 26 %, mientras que el movimiento ANO quedaría en segunda posición con un 22 % de los votos.