Dejan el país todos los diplomáticos rusos expulsados de Chequia
La tensión vuelve a reaparecer en las relaciones entre Praga y Moscú. El último grupo de empleados de la embajada rusa expulsados de Chequia abandonó el país en un vuelo especial del gobierno el lunes.
El último día del mes de mayo era la fecha tope para que los empleados de la embajada rusa dejaran el territorio checo. Praga expulsó a 18 diplomáticos identificados por los servicios de seguridad checos como agentes encubiertos, y Moscú respondió expulsando a 20 diplomáticos checos.
Tomando en cuenta el número de diplomáticos checos en Rusia, la medida del Kremlin paralizó el funcionamiento de la embajada checa.
Apoyada en el Derecho Internacional, Praga optó por reducir el número de empleados de la misión diplomática rusa según los convenios de reciprocidad diplomática.
De acuerdo con informaciones de la corresponsal de la Radio Checa en Moscú, Ivana Milenkovičová, las actividades de la embajada checa en Rusia se han reducido al mínimo.
“La embajada checa en Rusia funciona en el llamado modo de emergencia. Esto significa que funciona con solo siete diplomáticos, 25 funcionarios y 19 empleados locales. Y dicha cifra se aplica desde este lunes a la embajada rusa en Praga”.
Las dificultades, debido al empeoramiento de las relaciones entre los dos países, van más allá de las misiones diplomáticas, indicó Milenkovičová.
“La reducción de personal no se ha limitado solo a la embajada en Moscú, afecta también a la llamada Casa Checa, que gestiona un hotel con restaurante, oficinas y apartamentos. En el lugar tienen su sede por ejemplo el Centro Checo y las agencias estatales Czech Trade, Czech Invest y Czech Tourism”.
Desde el punto de vista de la diplomacia cultural y comercial, el cierre de la Casa Checa representa una complicación para Praga, matizó la corresponsal.
“La representación checa trata de mantener el funcionamiento de la institución, aunque sea al mínimo, con el objetivo de reanudar actividades para cuando la situación lo permita. Es sabido que gracias al volumen de actividades, la Casa Checa ayudaba a financiar los Centros Checos en otros países”.
Para los rusos, la expulsión de diplomáticos, funcionarios y empleados genera momentos de tensión y dificultades para el buen funcionamiento de sus instituciones en territorio checo, aseguró la periodista.
“El embajador ruso, Aleksandr Zmeyevski, pidió al despacho presidencial checo que interviniera para evitar la expulsión de los maestros de la escuela rusa. El Ministerio de RR.EE. checo insistió en que esas personas tenían que abandonar el país por ser parte del personal de la embajada deportado. Resulta que la embajada los había acreditado en el país como funcionarios de la misión diplomática”.
A mediados de abril, el primer ministro Andrej Babiš, y el ministro del Interior, Jan Hamáček, anunciaron a la población que los servicios de inteligencia checos disponían de informaciones sobre la participación de agentes del servicio militar ruso en las explosiones en el depósito de municiones de Vrbětice en 2014, que se cobraron la vida de dos personas.
Las tensas relaciones diplomáticas entre Praga y Moscú atraviesan el peor momento de su historia. La República Checa denunció la agresión rusa ante la Unión Europea y la OTAN, mientras que el Kremlin puso a Chequia en la lista de enemigos de la Federación Rusa, al mismo nivel que EE.UU.