Chequia da un primer paso hacia la legalización del matrimonio igualitario
Tras turbulentas declaraciones y un moderado pero suficiente apoyo, el matrimonio de las personas del mismo sexo superó la primera lectura en la Cámara de Diputados este jueves. Lo que no está claro es que la enmienda de ley logre aprobarse antes de las elecciones de octubre.
Chequia ha dado un primer paso hacia el matrimonio entre las personas del mismo sexo. Los diputados checos aprobaron el jueves en primera lectura una enmienda que propone su legalización. Se trata de la primera vez que la Cámara Baja del Parlamento checo votó sobre la propuesta, que llevaba cogiendo polvo exactamente 1052 días, tras ser presentada por primera vez en junio de 2018.
El debate duró alrededor de cuatro horas, con políticos a favor y en contra presentando sus opiniones personales, resumiendo hechos y repitiendo argumentos que llevan resonando en Chequia desde hace años. Por un lado, la voluntad de ofrecer a todos los ciudadanos y a sus familias la misma protección y los mismos derechos, y por otro, la defensa de la llamada “familia tradicional” y del matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.
La brecha entre ambos campos se vio reflejada también en las propuestas presentadas. Además de la enmienda a favor del matrimonio LGBT, los diputados debatieron y aprobaron también una que solicita que la Constitución establezca que el matrimonio puede contraerlo exclusivamente una pareja de sexos opuestos.
El iniciador principal de esta segunda enmienda, Marek Výborný, del democristiano Partido Popular (KDU-ČSL), insistió en que el matrimonio no es un derecho y llamó a la protección de su interpretación actual.
“Nosotros apoyamos la familia estable, constituida y definida por un padre, una madre y sus hijos. Rechazamos que se relativice el valor del matrimonio”.
El único partido en mostrarse unánimemente a favor de la propuesta de aprobar el matrimonio igualitario fue el Partido Pirata. En otros partidos, el voto dependió de los valores individuales de cada diputado.
Los que con más fuerza se opusieron a la redefinición del matrimonio fueron los miembros del democristiano Partido Popular (KDU-ČSL) y del ultraderechista Libertad y Democracia Directa (SPD). Sus representantes ofrecieron declaraciones que se volvieron virales el jueves. Entre las que más resonaron estuvieron las palabras del líder de SPD, Tomio Okamura, quien, tras vivir parte de su niñez en un hogar infantil, rechazó la idea de que las parejas del mismo sexo se conviertan en padres.
“Si a mí, cuando era un niño pequeño que no puede defenderse y a cuya opinión nadie le presta atención, me hubiera adoptado una pareja del mismo sexo, habría preferido tirarme por la ventana”.
La mención del suicidio incitó a algunos a compartir en redes sociales contactos de organizaciones de apoyo y líneas de emergencia. Curiosamente, la memoria implacable de internet reveló un tweet de Okamura de 2013, en el que afirmaba que para un niño es mejor “tener a dos padres que lo aman que estar abandonado en un hogar infantil”.
Una de las palabras que con más frecuencia se escuchó en los debates del jueves fue “Occidente”. Uno de los primeros en usarla fue el diputado Marek Benda (ODS), quien sostuvo que el tema de la legalización del matrimonio igualitario no era una historia de gais y lesbianas, sino de una guerra cultural que está teniendo lugar en gran parte de Occidente. “Tampoco hace falta que probemos cualquier disparate que Occidente decida hacer”, afirmó.
Por el contrario, Džamila Stehlíková, del Comité del Gobierno para las Minorías Sexuales, recordó para la televisión CNN Prima News que numerosos países occidentales han permitido los matrimonios entre las personas del mismo sexo y no se ha producido “ningún apocalipsis”. Por el contrario, se ha reducido la tasa de suicidios entre los adolescentes, según afirmó.
El debate de los diputados tuvo su continuación en redes sociales al igual que en las calles. Delante de la sede de la Cámara se reunieron activistas y partidarios a favor del matrimonio igualitario y distribuyeron tulipanes a los políticos para recordarles que en Países Bajos el matrimonio igualitario fue aprobado hace ya 20 años y que es hora de que Chequia se sume a la lista de los países que lo permiten. Estuvo presente también Štěpán Krutílek, un estudiante de medicina que ofreció su opinión a la Televisión Checa.
“En la facultad siempre me han enseñado que cada vida humana tiene el mismo valor. Los gais y lesbianas somos personas como todos los demás, pagamos impuestos, vamos al trabajo, pero el Estado no nos trata de la misma manera”.
En otra parte del centro de Praga se reunieron ante una gran pantalla en la que siguieron el debate, los que desean defender la “familia tradicional”. Una de las que participaron en el encuentro convocado por la organización Aliance pro rodinu (“Alianza para la Familia) fue Květa Benešová.
“Solo una unión de un hombre y una mujer garantiza el nacimiento de niños y nuevas generaciones. Las demás uniones son solo un gusto de otros individuos, que, en mi opinión, el Estado ni las leyes no tienen que proteger”.
La división de Chequia en torno al tema del matrimonio igualitario, que se hizo patente el jueves en la Cámara de Diputados, las calles y las redes sociales, queda confirmada también por las encuestas. Mientras que unas afirman que hay más de dos tercios de checos a favor del matrimonio LGBT, otros dan poco más del 30 %.
Desde 2006, las parejas del mismo sexo en Chequia pueden contraer uniones civiles, no obstante, estas no ofrecen el mismo nivel de protección y los mismos derechos al no permitirles adoptar y no ofrecer el régimen patrimonial de sociedad conyugal o pensiones de viudedad, por ejemplo.
Las comisiones parlamentarias ahora tendrán 80 días para debatir las propuestas y decidir qué dirección emprenderá Chequia en la cuestión de los derechos de las minorías sexuales. No obstante, con las elecciones a unos meses vista, no es seguro que dé tiempo a que se vuelva a reabrir el debate en el Parlamento.