Los adornos navideños de Poniklá fueron inscritos en la lista de Patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO
Los adornos navideños de vidrio del pueblo checo de Poniklá fueron incluidos en la lista de Patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO este jueves. Se trata de decoraciones hechas a mano con perlas de vidrio soplado que se producen en el lugar desde hace cien años.
Situado a unos 85 kilómetros de Praga y con un poco más de 1000 habitantes, el municipio de Poniklá ha sabido conservar la tradición de la manufactura de adornos de navidad con una técnica única en el mundo que no ha cambiado desde hace un siglo.
La particularidad de los adornos radica en una especie de perlas de cristal soplado que no se pueden encontrar en ningún otro lugar del planeta.
La inscripción de estos particulares adornos navideños en la lista de la UNESCO empezó a plantearse en serio en 2017. El primer impulso de importancia fue dado por el Museo del Paraíso Checo de la ciudad de Turnov, que dio los primeros pasos para la nominación a la UNESCO de los tradicionales adornos.
De acuerdo con fuentes del museo, el procedimiento para la creación de los adornos ha conservado todas las características tradicionales. Se fabrican a mano de la misma manera desde hace un siglo, los secretos de la técnica empleada pasan de padres a hijos, y se trata de algo que surgió exclusivamente en el lugar.
Al principio, las perlas de cristal soplado no se fabricaban para la decoración de árboles de Navidad, servían como base para la producción de piezas de bisutería para la exportación.
Todo empezó por casualidad. Los cristaleros de Poniklá empezaron a enhebrar las perlas de vidrio defectuosas en alambres y crearon adornos para decorar los árboles de Navidad en sus casas.
Poco a poco los cristaleros fueron puliendo y mejorando aquellos adornos que cautivaron a los clientes locales y después a personas en todo el mundo.
A pesar de las dificultades, la compañía Rautis, fabricante exclusiva de los adornos de Navidad con perlas de vidrio no se dio por vencida y logró salvar la tradición centenaria.
Los adornos de Navidad de Poniklá se exportan al mundo entero. Los clientes tradicionales se encuentran en Europa, pero cada vez más personas decoran sus casas con este tipo de adornos en EE.UU., Rusia y Japón.
Los habitantes de Poniklá saludan que la UNESCO incluyera sus adornos en la lista del patrimonio cultural inmaterial y confían que la tradición perdurará para las futuras generaciones.