El Gobierno endurecerá las medidas para intentar frenar el coronavirus
Las cifras de nuevos infectados por COVID-19 en la República Checa aumentan cada día a un ritmo vertiginoso. El Gobierno anunciará nuevas medidas este viernes pero avanzan que solo afectarán a la forma de pasar el tiempo libre de la población.
Las cifras de nuevos casos de coronavirus en el país volvieron a marcar un nuevo máximo con los 5335 positivos confirmados a lo largo del miércoles. Casi diez mil nuevos infectados en tan solo dos días, algo impensable hace apenas dos semanas, cuando ya se empezó a limitar el horario de bares y restaurantes o se cerraron algunas escuelas, entre otras decisiones.
El Gobierno dará a conocer este viernes nuevas medidas que permitan al fin aplanar la curva de contagios, que en la actualidad es una línea que no deja de subir. El ministro de Salud, Roman Prymula, rechazó en la Televisión Checa que las medidas tomadas hasta el momento no hayan surtido efecto.
“Partíamos de un ritmo de reproducción de 1,59 y hemos logrado bajar a un 1,2. Así que las medidas sí han causado efecto, pero no tanto como para llegar por debajo de un 1. Por eso, tenemos que anunciar el viernes unas nuevas medidas más efectivas que nos permitan llegar a cifras que seamos capaces de mantener bajo control”.
Mientras algunas capitales europeas comienzan a confinarse, en Chequia los responsables del Comité Central de Crisis prometen no volver a trastocar de momento la actividad comercial o de las empresas en la medida de lo posible ni tampoco cerrar ciudades.
Sin embargo, el propio ministro del Interior, Jan Hamáček, reconocía que de no lograr frenar el número de contagios, en tres semanas los hospitales podrían estar colapsados. Algo que no ocurrió ni de lejos en primavera, cuando todo el país se paró.
También el director del Instituto de Estadística e Información Sanitaria, Ladislav Dušek, alertó este martes sobre las consecuencias en los centros de salud de la actual evolución del incremento de contagios diario.
En el escenario optimista con el que trabaja Dušek, ya que en realidad, es el que ya se da en la actualidad en la República Checa, cuenta con un ritmo de contagio del 1,2. Esto daría hacia finales de octubre un número de contagios de entre cinco o seis mil nuevos infectados al día. Con semejantes cifras, prosiguió, aunque el 80% de los positivos sea asintomático o no necesite atención médica, la cantidad de personas que necesitarían ser hospitalizadas pondría realmente contra las cuerdas al sistema sanitario del país.
En la actualidad, explicó Dušek, unas 80 personas son ingresadas al día en todo el país, pero durante octubre esta cantidad se va a multiplicar. A día de hoy hay 1387 personas hospitalizadas, de las que 326 están en estado grave, según los datos del Ministerio de Salud.
La falta de camas en los hospitales podría solucionarse alojando a parte de los enfermos menos graves con COVID-19 en hoteles, según deslizó el ministro de Salud el miércoles en Radio Impuls. A la vista de los niveles de ocupación hotelera en el país, seguro que el sector vería con buenos ojos la medida.
En cualquier caso, habrá que esperar al viernes para conocer las medidas que, según avanzó el primer ministro, Andrej Babiš, podrían entrar en vigor el lunes y, sobre todo, esperar que funcionen. De lo contrario, el siguiente paso sería la cuarentena del país, como también deslizó este miércoles el ministro Prymula.