El Gobierno retrasa el endurecimiento de las restricciones en pleno aumento de casos
El COVID-19 sigue tomando fuerza en la República Checa un día tras otro, pero el Gobierno posterga la adopción de restricciones más duras. Los vuelos con destino o salida del Reino Unido se han suspendido desde el mediodía de este lunes por la nueva cepa de coronavirus descubierta en Inglaterra.
Las cifras de nuevos infectados de coronavirus este fin de semana demostraron que la enfermedad está de nuevo en pleno auge. A pesar de que en fin de semana se realizan menos test que en días laborables, los cerca de 5300 casos del sábado superaron los números del lunes de la semana pasada. Este domingo casi un tercio de las pruebas realizadas, dieron resultado positivo.
Expertos médicos opinan que ya antes del fin de semana se debería haber tomado cartas en el asunto. El viernes y el sábado, tanto el ministro de Salud, Jan Blatný, como el ministro del Interior, Jan Hamáček, hicieron ver que el lunes se negociarían nuevas medidas. Sin embargo, el domingo, el primer ministro, Andrej Babiš, descartó tal opción en declaraciones a la Televisión Checa.
“Hay que esperar al miércoles, el miércoles se tomará la decisión. El martes tenemos que pedir en la Cámara de Diputados la prolongación del estado de alarma y al día siguiente podremos prolongar las medidas actuales y tratar al respecto”.
Los ministros negocian ya, por tanto, entre ellos, pero con la fecha del miércoles como referencia. Si nada cambia hasta entonces, se llegará al mismo día de la víspera de Nochebuena sin restricciones más duras, como sí que han hecho muchos otros países europeos para evitar desplazamientos y reuniones familiares.
Entre los argumentos esgrimidos por Babiš para no acelerar la adopción de mayores restricciones, también indicó que la capacidad de los hospitales checos no se encuentra amenazada por el momento.
Sin embargo, El antiguo ministro de Salud y actual consejero del Gobierno, Roman Prymula, rebatió en la Televisión Checa tal afirmación.
“Cuanto más se tarde en adoptar medidas, más aumentará el número de infectados diarios que tensarán los centros sanitarios del país. Fijarse en este sentido en los hospitales de Praga no es del todo afortunado porque, por un lado, la situación de la infección en Praga es notablemente mejor y, por otro, su capacidad hospitalaria está muy sobredimensionada y no refleja la del resto del país”.
Hospitales de Zlín o Brno ya han anunciado, de hecho, durante este domingo o el lunes que posponen todas sus operaciones programadas mientras que aumenta la afluencia de pacientes de COVID. Muchos hospitales de diferentes regiones del país tienen que volver a habilitar los espacios ya usados de forma excepcional con anterioridad este año únicamente para pacientes con coronavirus.
Se suspenden los vuelos con el Reino Unido
Al aumento de casos de la enfermedad se une la amenaza de la mutación del COVID-19 detectada en el sur de Inglaterra y Gales que aumenta a alrededor del 70% su capacidad de contagio, según los primeros estudios.
Mientras muchos países europeos suspendían este domingo las conexiones aéreas con el Reino Unido, la República Checa se mostró indecisa a lo largo del día. Primero se anunció que cualquier pasajero procedente de Gran Bretaña o que hubiera pasado allí un mínimo de 24 horas en las últimas dos semanas debería estar en cuarentena diez días en todo caso, aunque portara un resultado negativo de un test reciente. A los cinco o siete días de la llegada puede hacerse una prueba, y si el resultado es negativo, entonces puede abandonar la cuarentena.
Después, en la noche del domingo, el Ministerio de Relaciones Exteriores anunció por Twitter que se suspendían desde el lunes los vuelos con salida o llegada en el Reino Unido. Pero en la mañana del lunes puntualizó que la medida se aplicaría desde el mediodía del lunes, por lo que aún dio tiempo a que aterrizara en Praga un avión procedente de Londres y que partieran tres pasajes desde la capital checa a la británica.
Andrej Babiš se pone al frente del operativo de vacunación
La buena noticia es que parece que las vacunas ya existentes son efectivas también con la nueva cepa. El domingo se supo que será el propio Andrej Babiš quien estará al cargo de la operación de vacunación. El cargo fue primero ofrecido a Roman Prymula, que lo rechazó, y a menos de una semana del inicio previsto de la vacunación en toda la Unión Europea, anunció Babiš que él mismo se pondría al frente de la operación.
“Por supuesto, yo siempre asumo las responsabilidades, por eso hago esta microgestión por la que puede que algunos me criticarán. Pero tengo que decir que de todos los gerentes estatales soy el que tiene más experiencia”.
Efectivamente, la mayor parte de la oposición critica precisamente las dotes de gestión del primer ministro, como por ejemplo, señaló Mikuláš Ferjenčík, del Partido Pirata, refiriéndose a que ni siquiera ha sido capaz de encontrar a un experto médico que dirija la gestión del operativo.
Igual que la oposición, Milan Kubek, presidente de la Cámara Médica Checa, lamentó en declaraciones a la Radio Checa, el retraso en la preparación de la vacunación.
“Solo una rápida vacunación de millones de ciudadanos puede devolver nuestras vidas a la normalidad. Cuando veo la enorme y ambiciosa preparación de la vacunación que se ha hecho en Alemania, Francia, o también Israel, y nosotros no hemos hecho absolutamente nada, es algo que realmente me horroriza”.
Una preparación que no solo incluye la vacunación en sí, sino también una campaña mediática que la apoye en un país en el que solo un 40% de la población tiene claro que se pondrá la vacuna cuando le llegue el turno.
De momento, el Gobierno no ha sido capaz de encontrar ninguna empresa que quiera diseñar una campaña para conseguir convencer a la ciudadanía.
