El entrañable juguete checo que ayuda a atravesar la pandemia

Radek Micopulos, foto: Petr Toman

Una pequeña esfera con pinchos que hay que liberar con mucha paciencia. La fama del erizo en la jaula nació gracias a los libros de aventuras de Jaroslav Foglar y con el tiempo se fue convirtiendo en uno de los juguetes más emblemáticos de la cultura checa. En esta entrevista el diseñador Radek Micopulos, que los viene fabricando desde 2005, nos cuenta su origen pero también su notable actualidad en tiempos del coronavirus.

Jaroslav Foglar,  foto: archivo ČT

Para evaluar la repercusión de una obra alcanza con fijarse si logró imponer en el lenguaje cotidiano alguna expresión nueva, como sucedió por ejemplo con la palabra “robot” en R.U.R de Karel Čapek.

Pero más raro aun es cuando un libro consigue exportar al plano de la realidad un objeto de su propia invención. Ese es el caso del erizo en la jaula (en checo “ježek v kleci”), uno de los juguetes más emblemáticos de la cultura checa, un producto tan popular que incluso se vende también en algunos negocios para turistas. Y que tal como explica Radek Micopulos, diseñador de juegos de ingenio en general y especialista en el erizo en la jaula, tiene un claro origen literario.

“Jaroslav Foglar está definitivamente detrás del éxito que tuvo este juego de ingenio en toda la República Checa. Gracias a sus novelas, el erizo en la jaula se ha convertido en nuestro enigma favorito desde la década de 1940. Un juguete misterioso que todos querían tener”.

Homenaje al erizo en la jaula en la calle Ve Stínadlech,  foto: Juan Pablo Bertazza

En la novela El misterio del rompecabezas, tal vez la más conocida de la trilogía Las flechas rápidas de Jaroslav Foglar, un grupo de chicos debe superar muchas dificultades para cumplir su objetivo: liberar al erizo de la jaula donde, al parecer, alguien escondió el secreto para poder construir una bicicleta voladora.

Se trata de historias que, en su momento, eran leídas y comentadas por casi todos los niños y Radek Micopulos entiende que el gran éxito de las novelas de Jaroslav Foglar tal vez se deba al hecho de haber captado y narrado con gran talento el universo aventurero de los niños.

“Son muchas las generaciones de lectores niños o jóvenes que han vivido literalmente a través de él, experimentando cada uno de los misterios que el autor propone en sus libros. Pero además se trata de obras que inculcaron valores muy importantes como la honradez, la integridad y el respeto”.

Calle Ve Stínadlech en Praga,  foto: Kristýna Maková

En las novelas de Foglar el sitio donde tiene lugar la acción se llama Barrio de las sombras (“Stínadla” en checo) y los lectores de varias generaciones solían divertirse tratando de encontrar en la Ciudad Vieja, Malá Strana o el barrio judío el campanario, la iglesia y otros lugares mencionados en la novela.

Calle Ve Stínadlech en Praga,  foto: Juan Pablo Bertazza

Ya en 2007, año en que se cumplió el centenario del nacimiento de Foglar, el gobierno de Praga decidió homenajearlo llamando Ve Stínadlech a una de las calles de la ciudad. En realidad se trata de un estrecho pasaje cerca del convento de Santa Inés de Bohemia con un muro que aun hoy tiene algunas inscripciones vinculadas a los libros de Foglar. Al mismo tiempo no se sabe con certeza si la creación del erizo en la jaula fue pura invención del escritor o, por el contrario, una adaptación literaria de algo que existía con anterioridad. De hecho, ese es un asunto que el propio Radek Micopulos se dedicó a investigar.

“Según mis últimas búsquedas, el erizo en la jaula vino en realidad de Estados Unidos y se remonta al siglo 19. Foglar probablemente vio este enigma en algún lugar y, en efecto, lo incluyó con algunas modificaciones en una de sus novelas, donde además el erizo es extraído de su jaula. Es decir que al mismo tiempo fue creando toda una leyenda acerca de cómo el juguete había sido encontrado y también sobre su funcionamiento”.

“Según mis últimas investigaciones, el erizo en la jaula vino en realidad de Estados Unidos y se remonta al siglo 19”.

Entre los muchos admiradores de las aventuras de Las flechas rápidas se encuentra el propio Radek Micopulos, quien en el año 2017 creó junto a Milan Teslevič, ilustrador de los cómics basados en sus libros, el Museo Jaroslav Foglar en el castillo de Ledeč nad Sázavou. Se trata del primer museo consagrado al escritor y aun hoy se sigue expandiendo con nuevos materiales. Y, como no podía ser de otra manera, entre las vitrinas hay una con forma de erizo que el propio Micopulos se encargó de realizar.

Pero la mayor parte del tiempo la dedica este joven diseñador a distribuir a lo largo de toda Chequia y algunos países del extranjero los erizos en la jaula que él mismo diseña y produce.

“La producción del erizo en la jaula es muy exigente. La jaula está hecha de una pieza de material y el erizo debe tener la forma adecuada para ser sacado, lo cual implica cierta dificultad técnica aun hoy”.

En su amplio catálogo pueden encontrarse muchos erizos tradicionales y también algunos muy innovadores. Tienen diversas formas y materiales como acero, madera y aluminio, entre otros. También creó un erizo totalmente personal por el que obtuvo un importante premio. Sin embargo, tal como él mismo reconoce, al final del día algunos modelos terminan siendo más populares que otros.

Eerizo en la jaula de metal,  foto: Juan Pablo Bertazza

“Desde 2005, desde que he empezado a trabajar en este emprendimiento, he creado varias variantes del erizo. Uno de acuerdo a la forma que tiene en la serie, otro inspirado en la novela, otro según el ejemplar que el propio Foglar poseía. Pero además me gusta ir creando muchas otras alternativas con diferentes materiales y formas. Los extranjeros suelen elegir los modelos más novedosos, mientras que en la República Checa hay una clara preferencia por el erizo en la jaula clásico”.

“Los extranjeros suelen elegir los modelos más novedosos, mientras que en la República Checa hay una clara preferencia por el erizo en la jaula clásico”.

Lo interesante es que siendo un juguete tan tradicional y entrañable para la cultura checa el erizo en la jaula vive una especie de regreso en estos tiempos de coronavirus.

De hecho, suele aparecer en la portada de algunas revistas y diarios que aprovechan su atractivo y popularidad para realizar distintas menciones acerca de la actual pandemia. Y pese a que el covid19 en muchos aspectos significa una amenaza para la economía de todos los países del mundo, lo cierto es que las ventas del erizo en la jaula siguen siendo más que saludables.

Eerizo en la jaula de madera en ul local de recuerdos turísticos,  foto: Juan Pablo Bertazza

“En lugar del erizo algunos entusiastas han creado el Virus en la jaula, como expresión de deseo de que no siga extendiéndose y pueda detenerse. Pero en lo que respecta a las ventas, el erizo en la jaula se sigue vendiendo muy bien incluso en este contexto, quizás porque en tiempos de pandemia las personas suelen estar aburridas y el erizo es una opción ideal para poder encontrar la mejor solución”.

Muchas veces se dice que cada adulto lleva dentro de sí al niño que fue. Quizás eso explique que tantas personas de todas las edades a lo largo del país aún sigan intentando sacar el erizo de la jaula. Aunque hoy el deseo quizás no sea tanto descubrir el secreto para construir la bicicleta voladora sino que, al fin, se detenga la pandemia.

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